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AMERICA LATINA EN EL SIGLO XX


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  1.641 Palabras (7 Páginas)  •  1.376 Visitas

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AMERICA LATINA EN EL SIGLO XX

Desde EE.UU. comienza una fuerte intervención, no solo económica, sino también de orden político y social. Fue el presidente Theodore Roosevelt (1901-1909) quien pretendió complementar la antigua Doctrina Monroe (1823), que hablaba de "América para los Americanos". Volvía a plantearse el tema de que era inaceptable la intervención europea en los países americanos justificando, así, la posible intervención norteamericana. El imperialismo yanqui comienza su dominio en América Latina con violentas intervenciones en Nicaragua, Panamá, Cuba, Santo Domingo, Haití y México. Un momento de duros enfrentamientos y de crisis lo fue la década de 1920 a 1930. América Latina, que había vivido una especie de “Vacas Gordas” durante la Primera Guerra Mundial tiene que enfrentarse a una violenta crisis que viene de los países desarrollados, pero a la vez, de otras partes del mundo, como ejemplo, de Rusia. De allí las convulsiones de la sociedad latinoamericana. Es en esta década cuando surgen los primeros partidos marxistas leninistas, y en esta década se hace sentir también con todas sus fuerzas la pequeña burguesía, principalmente jóvenes estudiantes universitarios en pro de reformas en la enseñanza superior.

Los años de re-estructuración económica y social tuvieron considerables consecuencias para las clases medias, la clase obrera urbana, los pobladores de los barrios populares y la población rural. Se transformó no solamente el orden político, sino también la estructura económica y social de la región latinoamericana. El resultado global de estos cambios profundos durante los años ochenta y noventa se refleja en una pobreza masiva, en una informalización de la economía y de la sociedad, y en un proceso de exclusión social de una gran parte de la población. América Latina ha sido durante el siglo XX el continente con la distribución de ingresos más desigual del mundo, incluso en comparación con los continentes africano y asiático. La crisis de los años ochenta y noventa consolidó esa desigualdad. La pobreza, que hasta la primera parte del siglo XX se había manifestado en el ámbito rural, a partir de los años cincuenta pasó a ser un fenómeno también de carácter urbano, especialmente en las grandes metrópolis. La exclusión masiva y probablemente transgeneracional en el ambiente urbano empezó a ser sinónimo de conflictos sociales y radicalización política en las dos últimas décadas del pasado siglo. Un segundo fenómeno es la manifestación de nuevas formas de violencia, esta vez no asociadas con la existencia de dictaduras y regímenes militares como en el pasado, sino con la presencia y la actuación de los nuevos actores armados. La pobreza, la exclusión social y el incremento de la violencia han aparecido de forma simultánea.

Aparentemente se nutren mutuamente, cuando las autoridades del orden y de la ley tienen una presencia relativamente simbólica, se retiran o solamente están presentes de forma represiva; por ejemplo, utilizando unidades especializadas en la lucha urbana, que generalmente están incorporadas dentro de las filas de las fuerzas policiales. Desde principios del siglo XX, los distintos estados latinoamericanos comenzaron la búsqueda de sistemas económicos nacionales que les permitiesen superar los graves problemas sociales de sus respectivas naciones. Por otra parte, después de la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos, comienza

a establecer diversas áreas de influencia en América Latina. Una economía en expansión como la de aquel país requería de materias primas para su industria, y mercados para sus productos e inversión de capitales. Fue así como, bajo el imperativo de la dinámica del capitalismo, los norteamericanos comenzaron a penetrar con sus capitales y empresas primero en Centroamérica, y más tarde en toda América del Sur. Con la crisis económica norteamericana, producida a partir del llamado jueves negro (octubre de 1929) se produce un efecto en cadena que da a la crisis un carácter internacional.Se habla de consecuencias económicas, políticas y sociales. En el orden político, se generó un aislamiento e intervencionismo estatal. Todos los países generaron políticas de proteccionismo aplicadas a sus producciones locales. Se destacan fuertes críticas al sistema de libre mercado estableciendo una nueva teoría que justifique la intervención activa del Estado para fomentar el empleo. A la vez, se produjo el descrédito de las democracias parlamentarias y el recrudecimiento de los nacionalismos. Finalmente, el desempleo generó un aumento de los movimientos obreros y el nacimiento de partidos políticos con base proletaria. En consecuencia, la crisis del 1929 marcó el comienzo de una era que se caracterizó por la presencia creciente del Estado en los asuntos públicos y económicos con el objetivo de superar aquel tipo de situaciones. En América Latina se presentan algunos casos importantes de revoluciones populares que pretenden alcanzar para sus economías un desarrollo sostenido. Las revoluciones, dirigidas y promovidas generalmente por las clases medias y apoyadas por los trabajadores y el campesinado descontento, tuvieron lugar en México, Brasil, Argentina, Guatemala, Bolivia, Cuba, Nicaragua y en otros países; en todas ellas, sus líderes adoptaron diversas ideologías emergentes (populismo, nacionalismo, socialismo). Cuba, independizada de España recién a fines del siglo XIX, permaneció ocupada militarmente por EE.UU. hasta 1902, extendiendo su influencia hasta 1959. No obstante, la base de Guantánamo fue producto de un arriendo por 99 años. En 1959, un grupo de revolucionarios dirigidos por Fidel Castro derroca

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