ANTECEDENTES CONSTITUCIONALES DEL MUNICIPIO
ghetto86Ensayo12 de Mayo de 2017
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UNIVERCIDAD PRIVADA[pic 1]
DEL
ESTADO DE MEXICO
DERECHO MUNICIPAL
PROF.: LIC. MARGARITO TABLADA
ANTECEDENTES CONSTITUCIONALES DEL MUNICIPIO
POR:
ALUMNO: LUIS MIGUEL ARIZMENDI CORTES
INTRODUCCIÓN
El presente opúsculo, se ha realizado con la finalidad de identificar y conocer los antecedentes del origen del municipio en nuestro país, los preceptos legales que lo contienen a través de la historia, como se fue constituyendo esta figura tan importante, así como su evolución; que como ya es bien sabido, su creación básicamente nace de la necesidad de descentralizar la administración pública para que de esta forma se pueda ejercer sus atribuciones de una manera más eficaz en beneficio de sus habitantes. El municipio se creado con la finalidad de manejar y administrar y los intereses colectivos de la ciudadanía en su favor; pues es una institución a la que se le ha dado cierta autonomía en el área administrativa y que hoy en día juega un papel muy importante en la administración pública.
Cabe mencionar que este sistema de administración ha sido tan eficaz a lo largo de su creación que se dio desde la época del vasto Imperio Romano, que los españoles, al desprenderse de esté, la adoptan y la traen consigo para aplicar una vez consumada la conquista del Imperio Azteca; por ello, para ir controlando de una mejor forma, Hernán Cortes funda el primer Ayuntamiento en la Villa Rica de Veracruz en 1519, hoy actual Veracruz y que tuvo tanta trascendencia hasta evolucionar esta intuición en lo que se conoce hoy día.
OBJETIVO
- SE IDENTIFICARÁ EL SURGIMIENTO DEL MUNICIPIO EN UN PRECEPTO LEGAL.
- SE IDENTIFICARÁ CÓMO FUNCIONABA EN UN PRINCIPIO EL MUNICIPIO.
- SE RECONOCERÁ LA EVOLUCIÓN DEL MUNICIPIO A TRAVÉS DEL TIEMPO.
- SE RECONOCERÁ LA EVOLUCIÓN DEL MUNICIPIO A TRAVÉS DE LOS PRECEPTOS LEGALES QUE LO CONTUVIERON A LO LARGO DEL TIEMPO, DESDE SUS ORÍGENES HASTA LA ACTUAL FIGURA QUE HOY SE CONOCE.
Como ya es bien sabido, en la época prehispánica ya se tenía una organización política muy bien estructurada; a la llegada de los españoles, a tierras aztecas se da una fusión entre el municipio español y el azteca, surgiendo de este modo el Municipio Mexicano, los primeros ayuntamientos mexicanos se ocuparon en dictar las normas para el trazo de la población y emitir ordenanzas para regular la vecindad forzosa de los españoles.[1]
El primer municipio que se fundó en México fue el de la Villa Rica de la Vera Cruz en 1519, posterior a este, se fundan los municipios de Tepeaca (la segunda ciudad fundada y el primer ayuntamiento oficial), Puebla, Coyoacán y el de la Ciudad de México.
Después de la consumación de la conquista, el municipio de la Nueva España se consolida como la unidad básica de gobierno. El régimen municipal hispano, las funciones municipales eran judiciales y administrativas; en estas se encontraban el cuidado de las obras públicas, puentes, caminos, el cuidado y seguridad de los mercados y su abasto, entre algunas otras.
Como primer antecedente, el ordenamiento que contenía la forma de gobierno fue la Constitución de Cádiz, promulgada el 19 de marzo de 1812, en España; y el 30 de septiembre del mismo año, en la Nueva España. La cual pretende establecer la organización de los municipios, como instancia básica de gobierno, así como una organización territorial y poblacional, dando fin a las regidurías perpetuas, pero permitiendo por otro lado la figura de los jefes políticos como instancia intermedia entre los municipios y el estado.
Ya consumado el movimiento de Independencia el 21 de septiembre de 1821, con el abrazo de Acatempan que se dio entre el general realista Agustín de Iturbide y el general de las fuerzas insurgentes Guadalupe Victoria y la entrada triunfal del ejercito trigarante a la Ciudad de México, después de firmada el acta de independencia; comienzan los preparativos y se convoca al Congreso Constituyente. El 31 de enero de 1824 se crea el Acta Constitutiva de la Federación, la cual fue la primera organización constitucional y un estatuto provisional del nuevo gobierno. En ella, se asignaron los puntos básicos con los que se organizaría la república naciente[2]. La nación asumió oficialmente la soberanía y se constituyó por estados libres, soberanos e independientes. Durante los siguientes meses, continuaron los debates constitucionales.
El 4 de octubre de 1824 se realizó la solemne proclamación del pacto federal bajo el nombre de Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos.[3] Se aprobó el Acta Constitutivita de la Federación Mexicana, estableciéndose la Republica Federal en el Articulo IV que manifestó: “La Nación Mexicana adopta para su gobierno la forma de republica representativa, popular y federal. Con 19 Estados, 4 Territorios y un Distrito Federal[4]. Al no hacerse referencia a la forma de gobierno local, deja en plena libertad a los estados para organizar sus gobiernos y administraciones, regulándose los municipios por la normatividad de la Constitución de Cádiz
Los ayuntamientos fueron principales protagonistas del proceso para conformación del Congreso Constituyente del nuevo estado mexicano. Es así como se puede hablar ya de la existencia del municipio con la denominación de mexicano.
Encontramos, en la primera constitución de nuestro país la encomienda para cada estado de organizar su territorio en la Sección Segunda que refiere a las obligaciones de los Estados, en su Artículo 161 Fracción I, que dice. - cada uno de los Estados tiene la obligación: De organizar su gobierno y administración interior, sin oponerse a esta Constitución, ni oponerse á la acta constitutiva[5]. Con este artículo, el Congreso General Constituyente de 1824, daba la encomienda a cada Estado de organizar su propio territorio y administrarlo facultándolo por primera vez en una ley suprema.
Esto, puede considerarse ya como el primer antecedente que quedando ya asentado en la primera Constitución de un México independiente, pues sin duda alguna más adelante, esta misma ley dará origen a la consolidación de los municipios como institución autónoma, misma que quedará asentada en una ley suprema.
Pero las inestabilidades políticas de las primeras décadas del México independiente provocaron un enfrentamiento entre dos facciones que serían protagonistas a través de la historia de nuestro país por un largo periodo: federalistas y centralistas.
Hacia 1835 los centralistas se impusieron, eliminaron la anterior constitución y crearon una nueva conocida como las Siete Leyes, en la cual el país fue dividido en departamentos en vez de estados y se estableció el “Supremo Poder Conservador” que podía anular una ley o un decreto y declarar la incapacidad física o moral del presidente del congreso.
Cabe mencionar que el municipio mexicano en los primeros tiempos del México independiente sufría variantes, ya que en apenas 13 años después, con la Constitución Centralista de 1836, se suprimieron los ayuntamientos, y los pueblos fueron administrados por jueces de paz, prefectos y subprefectos.
La Constitución de 1936, en la Sección Sexta sobre la División del Territorio de la República y Gobierno Interino de sus Pueblos, en su artículo primero, cita: “La República se dividirá en Departamentos, con forme a la Octava de las bases orgánicas. Los Departamentos se dividirán en Distritos y estos en partidos”[6].
Con la victoria de los conservadores, la organización política del México independiente, cobra un giro totalmente contrario, llevándolo por un rumbo distinto en su forma de gobierno, las leyes de 1836 consagraron constitucionalmente a los ayuntamientos, disponiendo que fueran popularmente electos y los hubiera en todas las capitales de los departamentos. Puertos con más de 4,000 habitantes y pueblos con más de 8,000.
En este régimen centralista se incorporó el Distrito Federal al Departamento de México. Por Decreto del 22 de agosto de 1846 se restableció el Distrito Federal y sus ayuntamientos, funcionando hasta el 21 de septiembre de 1853, en que Santa Ana dispuso que el Distrito Federal se convirtiera en Distrito de México.
Los problemas políticos no cesaban, las disputas entre los federales y centralistas se volvían más intensas y estallaban en rebeliones y golpes de Estado; por si fuera poco, Estados Unidos en su ambición expansionista comenzó a mirar hacia su vecino del sur y entre fuertes tensiones diplomáticas a las que México no cedía, después de un enfrentamiento al norte del río Bravo, en un lugar llamado Rancho de Carricitos el 25 de abril de 1846, este sirve de pretexto para Estados Unidos y declarara la guerra a México el 13 de Mayo de 1846 y a su vez México el 23 de Mayo del mismo año, por lo que el presidente en ese momento Mariano Paredes Arrillaga (presidente tras el golpe de Estado de 1845 al derrocar al presidente interino José Joaquín de Herrera) sale a combatir a las tropas estadounidenses y deja en la presidencia a Nicolás Bravo el 28 de julio de 1846. El 4 de agosto Bravo es destituido por un grupo de federalistas encabezados por José Mariano Salas quien asume la presidencia el 6 de agosto.
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