Antonio Grámcsi

Antonio Grámcsi nació el 22 de enero de 1891 en Cerdeña, fue activista político Italiano fundador del Partido Comunista. Comenzó sus estudios en la universidad de Turin en 1911 y en 1914 tuvo que abandonarla por problemas de salud. En 1913 se afilió al Partido Socialista Italiano, convirtiéndose enseguida en dirigente de su ala izquierda: tras haber trabajado en varias publicaciones periódicas del partido, fundó, junto con Togliatti y Terracini, la revista Ordine Nuovo (1919).

En el año 1920 formo parte del Consejo de fábricas el cual dice así:

Fue conocido como el marxista de las superestructuras. Gramsci atribuyó un papel central al agenciamiento infraestructura (base real de la sociedad, que incluye:

fuerzas de producción y relaciones sociales de producción)/superestructura ("ideología", constituida por las instituciones, sistemas de ideas, doctrinas y creencias de una sociedad), a partir del concepto de "bloque hegemónico".

Las Clases subalternas La hegemonía es, por lo tanto, el ejercicio de las funciones de dirección intelectual y moral unida a aquella del dominio del poder político. El problema para Gramsci está en comprender como puede el proletariado o en general una clase dominada, subalterna, volverse clase dirigente y ejercitar el poder político, a convertirse en una clase hegemónica.

Las clases subalternas – subproletariado, proletariado urbano, rural y también la pequeña burguesía – no están unificadas y su unificación ocurre solo cuando “se convierten en Estado”, cuando llegan a dirigir al Estado, de otra forma desarrollan una función discontinua y disgregada en la historia de la sociedad civil de los estados singulares. Su tendencia a la unificación “es despedazada continuamente por la iniciativa de los grupos dominantes” de los cuales ellas “sufren siempre la iniciativa, aún cuando se rebelen y se insurreccionen.

Lo que consiguió gracias a los concejos de fábricas fue:

“Aunque ni los industriales ni la burocracia sindical quisieron reconocer a los Consejos y sus comités, éstos consiguieron éxitos notables: echaron a los agentes y espías de los capitalistas, establecieron relaciones con los empleados y con los técnicos para obtener información financiera e industrial; por lo que hace a los asuntos de la empresa, concentraron en sus manos el poder disciplinario y mostraron a las masas desunidas y disgregadas lo que significa la gestión directa de los obreros en la industria”

También dice que identifica como fundamental al espacio laboral como escenario del proceso revolucionario; afirmando que:

“El proceso revolucionario se realiza en el campo de la producción, en la fábrica, donde las relaciones son de opresor a oprimido, de explotador a explotado,

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