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EL CICLO DE  LA VIOLENCIA DE GÉNERO

La violencia  ha ocurrido desde siempre, pero hoy hemos querido abordar el tema de la violencia de género o violencia contra la mujer, este tipo de violencia  sea incrementado, a raíz de que las mujeres no denunciamos a tiempo nuestros agresores. Ocurre cuando las mujeres somos violentadas por el sexo opuesto; más comúnmente por nuestro compañero sentimental. Este tipo de violencia seda en unas fases las cuales nosotras no tenemos en cuenta a la hora de perdonar una agresión tras otra, y por el contrario nos volvemos más permisivas, perdonando una y otra vez hasta que la cadena se rompe cuando estos hechos terminan en fatalidad.

Queremos resaltar las tres fases que desencadenan la violencia doméstica o de género.

Primera fase acumulación de Tensión: En esta etapa el maltrato es hostil, aunque aún no se demuestra con violencia física, el hombre incrementa su acción abusiva y controladora; la mujer trata de controlar los factores externos, como la familia el trabajo… en esta etapa el hombre menos precia, subestima y se burla de la mujer.

Segunda fase agresión o explosión violenta: En esta etapa comienzan los golpes graves, el hombre pierde el control de sus actos y no sabe cómo terminara.

Tercera fase arrepentimiento o luna de miel: Aquí en esta etapa el maltratador se arrepiente, y promete que no volverá a pasar. No volverá a golpear se muestra generoso y gentil la victima cree en el arrepentimiento. Empieza a pensar que si ella fuera mejor el siempre será cariñoso; es decir cree que ella es quien causa que el la maltrate.

¿Cómo puede terminar este ciclo?

Tendrá un desenlace fatal, siempre y cuando la víctima no denuncie a su agresor. En algunos casos las creencias y actitudes más tolerantes hacia la violencia contra las mujeres en la pareja constituyen uno de los factores de riesgo para su ocurrencia. Entre sus principales causas están el género, las actitudes de rol de género o el nivel educativo, aunque la poca sensibilidad social introduce algunas limitaciones, estos resultados sugieren la importancia de incrementar los proyectos que sugiere el gobierno nacional para reducir este flagelo; y así trabajar fuerte de la mano profesional para reducir esta problemática y sensibilizar a las mujeres víctimas, de denunciar a tiempo a estos abusadores.

En este orden de ideas, lo que queremos es lograr que las voces de la sociedad civil colombiana denuncien esta violencia la cual afecta a  mujeres que piden al mundo monitorear la situación. Con el apoyo de quienes defienden los derechos humanos en el país.

Hasta este momento, Colombia, es un país donde rige la impunidad en esta clase de crímenes, el impacto que causa a nivel nacional hace que nazca  el compromiso personal, de jóvenes dispuestas a luchar por sus derechos y no dejarse opacar por este flageló.

En realidad, son las mujeres e historias que hacen que el mundo grite un S.O.S por la mujer, las marcas y cicatrices que dejan los golpes u  abusos no solo están en su cuerpo sino también en su alma y rostros desfigurados que solo piden justicia por estas atrocidades.    

Sus voces logran probar con angustia el punto central del problemas “NO MAS”  el uso de la violencia sexual contra la mujer ha alcanzado proporciones demasiado amplias y es vergonzoso lo poco que hacen los gobiernos.

La falta de una delegación oficial de Colombia, hace que  numerosas voces de la sociedad civil muestren la realidad a través de sus relatos de dolor y coraje. Gracias a ellas y a sus vivencias podemos empezar a transformar realidades; para mejorar la calidad de vida de estas mujeres que han sido humilladas en algún momento de sus vidas.  

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