Autogolpe De 1992 Alberto Fujimori

La última década del siglo XX fue una de las más dramáticas en la historia del Perú. El país fue testigo de una serie de reformas. La hiperinflación, dejada del gobierno anterior, fue controlada, y el crecimiento se aceleró en un 7% anual. El gobierno de los año 90, liderada por el ingeniero Alberto Kaynia Fujimori-hijo de humildes inmigrantes japoneses -estuvo marcado por el autoritarismo y destaca su habilidad para relacionarse con el pueblo peruano. Una serie de sucesos ocurridos en esta época son; sin duda alguna, recordados. Uno de estos es el autogolpe de 1992 en el que el Presidente de la Republica, Alberto Fujimori, con el respaldo de las Fuerzas Armadas manda a disolver el Congreso de la Republica, intervenir el Poder Judicial y cerrar diversos medios de comunicación.

La oposición del Congreso hacia los decretos propuestos por el presidente Fujimori en noviembre de 1991. El Congreso le había otorgado el poder al Ejecutivo de legislar en áreas de empleo, promoción de inversión privada y pacificación. Se publicaron 126 decretos. Setenta decretos fueron económicos; en estos se levantaba el control de inversión extranjera, se entablaba el concepto de libre mercado, se establecía una libertad en el comercio internacional y se otorgaba poder al gobierno para firmar acuerdos de “estabilidad tributaria” con países extranjeros. Otros decretos recortaban los beneficios a los trabajadores en planilla. Para el sector financiero, se impusieron restricciones financieras del Estado, se cerraron bancos estatales excepción del Banco de la Nación y Cofide, el banco estatal de desarrollo; se promulgo una Ley de Bolsa de Valores.

Sin embargo, el decreto que provocó el encolerizamiento del Parlamento fueron los dirigidos en contra del terrorismo. Estos decretos le otorgaban poderes al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) y a las comandantes militares, sobre alguna zona de emergencia; obligaban a los pobladores a informar sobre algún acto terrorista al SIN y que apoyasen a la Fuerzas Armadas en sus diversos operativos. Los medios de comunicación podían ser demandados por traición a la patria, en caso de que publicaran información considerada secreta por el SIN. Estos decretos hicieron pensar a congresistas que volvería la “militarización”. El Congreso se reunió y analizó los decretos manifestados por el presidente; sin embargo, el congreso acusó a Fujimori de abusar de sus libertades otorgadas. Tras este hecho el presidente Fujimori acusó a los parlamentarios de agachar la cabeza ante los hechos de los narcotraficantes.

Sucesos ocurridos en marzo de 1992, habían llegado a su tope. La libertad de cien prisioneros terrorista y el intento de liberar a Abimael Guzmán por no tener pruebas suficientes. Irritado, Fujimori rehusó la primera de una serie de recomendaciones para nuevos nombramientos judiciales que le había enviado el Consejo Nacional de Magistratura (CNM). Durante la ausencia de Fujimori, el Tribunal de Garantías Constitucionales había paralizado dos de las medidas impuestas por el presidente. Carlos Boloña, ministro de Economía y Finanzas, se enfrentaba a nuevas mociones de censura. Y con el fin de debilitar más a Fujimori, Alan García hacia un llamado para crear un frente político amplio. Fue así que Fujimori tomo la decisión de encerrarse en Palacio de Gobierno para analizar el llamado intento de oposición política para realizar sus reformas.

Pero fue un hecho realmente alarmante que dio le hizo el mayor daño a Fujimori: la acusación de la primera dama, Susana Higuchi, a Clorinda Abisui, esposa de Santiago Fujimori, y Rosa Fujimori, hermana mayor del presidente Alberto Fujimori y esposa del embajador del Perú en Japón, de traficar con la ropa donada por Japón. Decía, la primera dama, que las mejores prendas eran para su propio uso, las prendas de segunda calidad eran vendidas a boutiques elegantes de segunda mano y las de tercera calidad eran enviadas hacia los pueblos más necesitados en el Perú. Dentro de las 24 horas de la acusación el Ministerio Público designo a un fiscal especial para la investigación. La primera dama ya había dicho que proporcionaría nombres y detalles de las tiendas donde se vendían dicha ropa. La prensa ya investigaba sobre algunos hechos de la acusación de Susana Higuchi.

A partir del jueves 2 de abril, el presidente Fujimori y Vladimiro Montesino, jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), mantenía una serie de largas reuniones. El viernes 3 y el sábado 4 se mantenía varias conversaciones con el jefe del SIN, llevadas a cabo en la sede del SIN de Chorrillos, encabezadas por Montesinos. Tras esto, Fujimori rechazó siete esperanzadoras candidaturas de la Corte Suprema. Toda la evidencia que se disponía muestra que la decisión del autogolpe fue tomada el 3 de abril e inmediatamente fue comunicada a la cabeza de 3 sectores de las Fuerzas Armadas: Nicolás de Bari Hermoza Ríos, comandante general del Ejército y jefe del Comando Conjunto; almirante Alfredo Arnaiz, jefe de la Marina peruana, y al comandante general de la Fuerza Aérea Arnaldo Velarde. El texto del mensaje de a la nación estuvo a cargo de Vladimiro Montesinos. El 5 de abril a las 6 p.m. se les presentaba a los jefes principales de las radioemisoras y las televisoras el video que debía ser presentado.

El 5 de abril de 1992 a las 10:36 p.m., todos los programas televisivos son interrumpidos por un mensaje a la nación del señor presidente Alberto Fujimori. Está sentado detrás de un escritorio, con un vaso de agua y la flameante bandera del Perú cerca de él. Empieza a comunicar la victoria sobre la inflación y el restablecimiento de las relaciones extranjeras. Sin embargo, dice que hay obstáculos en el camino

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