Bai Hu, El Dios Del Bosque

Bai Hu

En el bosque de Banbután se rumoraba que habitaba BAI HU, un magnífico dios que de vez en cuando se le podía ver merodeando por los senderos. BAI HU era un enorme tigre blanco, su rugido se podía comprar con el trueno. Él se encargaba de mantener la paz y el orden, y sí que se destacó en eso. Su bosque se consideraba el más hermoso de todos, lleno de frondosos árboles floreados que parecían elevarse hasta el cielo, los riachuelos acogían una eterna riqueza, de ellos brotaban cientos de cristales preciosos, su agua parecía rejuvenecer a toda criatura que bebiera de ella. Los senderos estaban repletos de amistosas flores que te homenajeaban y guiaban por el lugar. En el centro del bosque había una pequeña colina, los rayos de sol caían directamente sobre ella, no había follaje alguno que se interpusiera. Esta creación divina, como el trono de un rey, era el hogar de BAI HU o mejor dicho, alguna vez lo fue.

Un día mientras hablaba con HALUI, un intrépido mono que conoció muy bien a BAI HU ya que se desempañaba como su mensajero e informante, me contó lo que realmente ocurrió aquel invierno, ya todos sabemos a que invierno me refiero, oh si. Ahora mis colegas, es mi turno de contarles lo que realmente pasó, BAI HU así lo hubiera querido.

Era un día helado, por primera vez en cientos de años los campos y los árboles se encontraban completamente cubiertos de una nieve tan densa, que era casi imposible pensar que debajo de ella existía vegetación alguna. Ningún animal se atrevió a salir de su hogar ese día excepto BAI HU que parecía no tener ningún problema con andar caminando sobre la nieve, de hecho parecía entretenerle bastante; su pelaje era exactamente del mismo color de aquella nieve. ¡Oh nieve, que cosas tan terribles presenciarías ese día!

BAI HU contemplaba la cascada de TROM NUN, la cual se encontraba completamente congelada, parecía una escultura tallada por el más talentoso de los artistas, estaba asombrado con la creación tan suave y delicada que le exponía la naturaleza. De pronto un sonido llamó su atención, no solo eso, despertó su sentido de alerta. Inmediatamente se dirigió cautelosamente en la dirección de tan terrible sonido y entonces lo escuchó de nuevo, solo que esta vez se encontraba más cerca. BAI HU aceleró el paso lleno de intriga, quería descubrir quién perturbaba la paz del bosque; fue entonces cuando lo vio, ahí se encontraba parado a unos cinco metros de distancia Ulrich, el famoso cazador de bestias del reino de Libbydonia. Ambos se detuvieron y se miraron fijamente BAI HU sin titubear mucho arrancó con todas sus fuerzas y se abalanzó sobre Ulrich pero, justo cuando lo iba a alcanzar, cayó en un profundo hueco del cual no lograba salir. Rurgía con todas sus fuerzas, sin embargo todos los que escucharon pensaron que se acercaba una tormenta, pues confundieron

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