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Biografias Teoria General Del Estado


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  2.330 Palabras (10 Páginas)  •  322 Visitas

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Juan Bodin

Jurista de formación, Bodin ocupó diversos cargos (abogado en el Parlamento de París desde 1560, procurador del Tercer Estado en los Estados Generales de 1576…) en la época en que Francia se desangraba por las guerras civiles entre católicos y protestantes (hugonotes). Buscando el modo de superar este clima permanente de violencia -que además debilitaba a Francia en su relación con otras potencias-, Bodino abrazó un tercer partido, llamado de los «políticos», que proponía la tolerancia religiosa y el reforzamiento de la autoridad del Estado como árbitro que garantizara la paz entre las comunidades enfrentadas. En consecuencia, y aunque había apoyado anteriormente a la Liga católica, acabó reconociendo como rey al hugonote navarro Enrique IV, cuya conversión al catolicismo puso fin al conflicto mediante una solución de compromiso (1593).

Entretanto, Bodino había plasmado las ideas que sustentaban su postura en un libro fundamental para la historia del pensamiento político occidental: Los seis libros de la República (1576), publicado sólo cuatro años después de la gran matanza de hugonotes de la Noche de San Bartolomé. En ellos acuñó el concepto de soberanía como el poder único, perpetuo, absoluto e indivisible que impone el orden en un Estado impidiendo la guerra entre sus súbditos; bajo ningún concepto consideraba legítima la insurrección contra el soberano, pues estimaba que siempre era preferible la tiranía a la anarquía.

Tomas Hobbes

Se ha dicho que Thomas Hobbes es el más grande filósofo político de la época moderna antes que Hegel. Entre sus aportes más importantes se encuentran los que hablaban de las formas de gobierno en la historia, desde los antiguos hasta sus días del siglo XVII. Con sus formulaciones, quedaban atrás Platón, Aristóteles, Polibio, Maquiavelo y Bodino, entre otros.

A diferencia de sus predecesores, Hobbes no creyó que las formas de gobierno podían dividirse entre buenas y malas y tampoco que pudiera existir un gobierno mixto, es decir, un gobierno donde la soberanía se repartiera entre diferentes sectores sociales. Hobbes creía que el poder era absoluto e indivisible, y por ello mismo ha sido considerado el gran teórico de las monarquías europeas de aquellos siglos.

Hablar del Estado como forma de organizar a un país no era muy común por entonces. Maquiavelo había inaugurado, en cierta forma, esta tradición tan sólo unas décadas antes que Hobbes. Pero el filósofo inglés venía ahora no sólo a continuar este pensamiento moderno, sino a confirmar que el poder debía ser delegado en el Estado. Esto se llevaría adelante a través de un pacto social. Suponía esta idea que, al ser “el hombre lobo del hombre”, para evitar desgarramientos sociales, debían concertar un pacto donde cada uno entregara su cuota de soberanía a un soberano y éste, con los derechos cedidos de forma irrenunciable, tendría la capacidad de poner orden y seguridad. De esta forma, Hobbes, nacido en abril de 1588, construía la más encendida justificación del absolutismo creada hasta entonces. Fallecería el 4 de diciembre de 1679.

Montesquieu

Se dio a conocer como escritor con sus Cartas persas (1721). La fama que adquirió con ésta y otras obras le abrió las puertas de la Academia Francesa en 1728. Consideraciones sobre las causas de la grandeza y decadencia de los romanos (1734), fue su segunda obra importante, una de las primeras obras de peso en la Filosofía de la historia. Su obra maestra es El espíritu de las leyes (1748), que figura entre las tres principales de la Teoría Política. Aquí analiza las tres principales formas de gobierno (república, monarquía y despotismo) donde sostiene que debe darse una separación y un equilibrio entre los distintos poderes a fin de garantizar los derechos y las libertades individuales.

La doctrina de Montesquieu trata de mostrar que todo tipo de gobierno se concreta y se articula en un conjunto de leyes específicas, que se refieren a los más diversos aspectos de la actividad humana y constituyen la estructura del mismo gobierno. Estas leyes se refieren a la educación, a la administración de la justicia, al lujo, al matrimonio y, en fin, a toda la vida civil. En Latinoamérica, sus textos se leían ávidamente a principios del siglo XIX. En el Río de la Plata el periódico Semanario de Agricultura (1802) y el Correo de Comercio (1810) sirvieron como medios de difusión de las ideas de Montesquieu y de Rousseau, fermento de lo que luego sería la Revolución de Mayo de 1810, inicio a la emancipación de América Latina.

En los últimos años de su vida, se dedicó a justificar sus tesis y a pulirlas; preparó una nueva edición del Espíritu de las leyes (1757) y un ensayo, el Gusto, para la Enciclopedia, con la que afirmaba su solidaridad con las nuevas corrientes.

John Locke

Locke sostuvo una fehaciente defensa de la Propiedad privada en el libro Ensayo sobre el gobierno civil. Es aquí donde sentó los principios básicos del constitucionalismo liberal, al postular que todo hombre nace dotado de ciertos derechos naturales que el Estado tiene como misión proteger.

En un hipotético escenario de estado natural, donde no existiera gobierno, Locke planteaba que los mismos hombres acordarían -mediante un "contrato social"- la creación de un gobierno civil del cual todos serían parte y todos se beneficiarían. El fin principal -y podríamos decir único- del gobierno debiera ser la defensa de la vida, la libertad y la Propiedad. Es aquí, por lo tanto, donde Locke estableció, con la gran implicancia intelectual que ello deriva, que la Propiedad es anterior al gobierno, y que éste surge precisamente para asegurarle a cada persona que su Propiedad estará protegida.

La Propiedad privada, en consecuencia, es un derecho natural derivado del Trabajo, por lo que el Estado, según Locke, no puede disponer arbitrariamente de ella. Este planteamiento se transformaría en uno de los pilares del Liberalismo y en una de las bases del pensamiento económico clásico.

El respeto al "orden natural"

El autor planteaba que la Sociedad está gobernada por un cuerpo de leyes naturales, tal como lo está el universo. Esto lo llevó, por ejemplo, a la conclusión que la ley natural -y no una ley humana- debe determinar las tasas de interés y el Valor de las monedas. Es decir, elInterés debía estar sujeto al libre juego de la Oferta y la Demanda, por lo que era absurdo que la autoridad lo intentara fijar.

El gobierno para Locke

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