Biografía de Dwight Lyman Moody

Biografía de Dwight Lyman Moody

Nacimiento: 5 de febrero de 1.837, Northfield, Massachusetts, Estados Unidos. De padres pobres, siendo él el sexto de entre nueve hijos

Fallecimiento: 22 de diciembre de 1.899, Northfield, Massachusetts, Estados Unidos.

Vida:

De 17 años, Moody salió de su casa para ir a trabajar a Boston, en la zapatería de un tío suyo. Continuó asistiendo a los cultos, pero todavía no era salvo. Nótenlo bien todos aquellos que se dedican a la obra de ganar almas, que no fue en un culto donde Dwight Moody fue llevado al Salvador. Su maestro de la Escuela Dominical, Eduardo Kimball, cuenta: “Resolví hablarle acerca de Cristo y de su alma. Entré a La zapatería, resuelto a hablarle sin más demora. Encontré a Moody al fondo de la tienda envolviendo calzado. Le hice la invitación para aceptar a Cristo. Le hablé del amor de Cristo para con él, y el amor que Cristo esperaba de él. El muchacho estaba listo para recibir la luz que lo iluminó y se entregó a Cristo.”

Luego se fue a Chicago, allí cierto domingo visitó una Escuela Dominical, donde pidió permiso para enseñar una clase. El dirigente le respondió: “Hay doce maestros y dieciséis alumnos. Sin embargo, usted puede enseñar a todos los alumnos que consiga traer a la escuela.” Fue una gran sorpresa para todos, cuando el domingo siguiente Moody entró con dieciocho niños traídos de la calle, sin sombrero, sin zapatos y con la ropa sucia y raída – como él dijo: “Todos ellos tienen un alma que salvar.”

Continuó llevando más alumnos a la Escuela Dominical, hasta que algunos domingos después ya no cabían más en el edificio. Resolvió abrir otra Escuela Dominical, consiguió profesores, y proporcionaba el pago del alquiler y de otros gastos. Después de terminar el servicio en la Escuela Dominical, él iba a visitar a los ausentes e invitaba a todos para que fuesen al servicio de predicación de la noche.

Al mismo tiempo que Moody se dedicaba a la Escuela Dominical se esforzaba por tener éxito todos los días en el negocio. Pero su Salvador tenía un plan mucho más noble para su siervo.

Más tarde Moody confesó: “Yo no sabía el precio que tenía que pagar por haber participado en la evangelización individual de esas muchachas. Perdí todo el afán de negociar; ya no tenía más interés en el comercio. Había experimentado otro mundo y no quería ganar más dinero. . ¡Qué delicia es llevar un alma de las tinieblas de este mundo a la gloriosa luz y libertad del evangelio!”

A la edad de veinticuatro años, después de haberse casado, Moody decidió dejar un buen empleo para trabajar todos los días en el servicio de Cristo, sin tener ninguna promesa de recibir retribución económica alguna. Acerca de su desprendimiento por el dinero, R. A. Torrey hizo esta observación: “El (Moody) me dijo que si hubiese aceptado los lucros provenientes de la venta

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