“CARTA” DE ALEJANDRO A LA CIUDAD DE QUÍOS

Jorge Melchor Lopez.

Alejandro Magno y el Mundo Helenístico.

19/XII/2018.

COMENTARIO DE TEXTO.

“LETTER” OF ALEXANDER TO THE CHAINS.

“CARTA” DE ALEJANDRO A LA CIUDAD DE QUÍOS.

Tod, GHI 192 (Syll.3 283)

In the term of Deisitheos as prytanis; from King Alexander to [the] demos of the Chians. All the exiles from Chios are to return; the form of government in Chios is to be demos. Law-drafters are to be chosen, who shall draft and revise the laws, in order that nothing may be contrary to the democracy or the return of the exiles; the results of the revision and drafting are to be referred to Alexander. The Chians are to provide twenty triremes with crews at their own expense, and these are to sail for as long as the rest of the fleet of the Greeks sails with us. Of those who betrayed the city to the barbarians, as many as have already departed are to be exiles from all the cities sharing in the peace and are to be subject to arrest according to the resolution of the Greeks; as many as have been caught are to be taken before and judged in the synhedrion of the Greeks. If there is any dispute between those who have returned and those in the city, they are to be judged in this matter before us. Until the Chians are reconciled with one another, there is to be as large a garrison as may be sufficient among them from Alexander the King, and this the Chians are to maintain.

Traducción obtenida de: Monedero et al., Historia del mundo clásico a través de sus textos. Grecia. Vol. 1., Madrid, Alianza Editorial, 1999.

En la pritanía de Desisteo, del rey Alejandro al demos de Quíos.

       Que todos los exiliados de Quíos retornen y que la forma de gobierno en Quíos sea una democracia. Que se elijan legisladores que redactarán y corregirán las leyes para que nada sea contrario ni a la democracia ni al retorno de los exiliados; y que las leyes que hayan sido corregidas o redactadas sean remitidas a Alejandro. Que los quiotas proporcionen veinte trirremes con sus equipamientos correspondientes a su propio cargo y que éstas naveguen hasta que el resto de la flota de los griegos haga campañas con nosotros. De los que entregaron a traición la ciudad a los bárbaros todos los que hayan escapado que sean exiliados de todas las ciudades que comparten la paz y que sean sujetos a captura de acuerdo con el decreto de los griegos; todos los que hayan sido capturados que se los conduzca y los juzgue en el Consejo de los griegos. Y si surge cualquier disputa entre los que retornan y los de la ciudad que se dirima entre nosotros. Hasta que los de Quíos se reconcilien que haya una guarnición entre ellos del rey Alejandro lo suficientemente fuerte y que los quiotas la mantengan.

(Inscripción de Quíos, SIG 283).

CONTEXTO HISTORICO.

El presente texto nos habla sobre la complicada relación de Alejandro con las ciudades griegas, y aquellas que se situaban en territorio persa, de un modo u otro, eran objetivos militares para conquistar, y por tanto la relación particular con cada una de ellas dependía única y exclusivamente de la actitud personal del rey, es decir, Alejandro, y teniendo en cuenta por otro lado la disposición, tanto favorable o negativa, que estas tuviesen a su llegada. Por tanto, esta inscripción de Quíos nos pone en relación con este problema.

Dicha inscripción, la encontramos en una estela de roca caliza gris que se han encontrado prácticamente intacta por haber sido reutilizada en la construcción del altar en una iglesia bizantina, apartada de la zona más antigua, en la isla de Quíos (Monedero et al., 1999, p. 460).

Esta estela fue estudiada en un primer momento por Zolotas, en torno al 1890, pero se han llevado a cabo estudios posteriores, más modernos, donde se fecha la inscripción alrededor del 332 a.c, pero actualmente, Heisserer (1980) lleva la fecha al 334 a.c, donde se puede adecuar de una mejor forma el texto a las circunstancias históricas.

Estas circunstancias establecen que tras la muerte de Filipo II, y la consiguiente subida al trono de Alejandro, donde según varias las fuentes clásicas utilizadas como referencia para este período, destacando entre otras las Vidas paralelas de Plutarco, la Anábasis de Flavio Arriano o la Biblioteca Histórica de Diodoro Sículo, se produce en el 336 a.C., a la edad de veinte años, y tras concluir el sometimiento de Grecia y asegurar las fronteras de su reino, este mantuvo los planes de su padre sobre la expansión territorial, donde el primer objetivo era la campaña sobre Asia Menor. Esta campaña sobre Asia Menor ya en vida de Filipo II había comenzado con las primeras incursiones en la zona a manos de su general Parmenión, que había establecido en el territorio una “punta de lanza” desde donde continuaría el resto de la expedición. En este contexto, algunas de las ciudades griegas bajo influencia persa fueron liberadas, y en ellas el general había decantado y otorgado el poder a aquellas facciones que eran mas favorables a la causa de Macedonia.

A pesar de esto, la situación política en la zona era más compleja, y los cambios se producían a gran velocidad. Esto se debe a que en las ciudades había tanto facciones claramente favorables a los macedonios que esperaban la llegada del rey con sus tropas para acceder al poder, como facciones favorables a los persas, las cuales habían conseguido su poder apoyados en ellos.

Esta situación descrita supuso que se sucediesen en el seno de las ciudades numerosos disturbios y revueltas que se solucionaban con un número considerable de exiliados y la consiguiente confiscación de sus propiedades.

A pesar de todo, las fuerzas estaban equilibradas en la zona de Asia Menor, ya que los persas basaban su apoyo en las tiranías y oligarquías de las diferentes ciudades, obligando así a Alejandro a posicionarse como defensor de la democracia. Esto implica, que, en la zona, el término “demócrata” hacia únicamente a los partidarios de Alejandro sin mayor especificación. Junto a esto, no todas las polis de la zona eran partidarias de la liberación persa, sino que se habían acostumbrado a la situación, prosperando algunas, ya que únicamente se veía afectado dentro del desarrollo de la polis lo referido a la autonomía política. Además de esto, para los griegos, Alejandro no representaba algo diferente a los persas, ya que se trataba de un rey bárbaro de un país del norte que había impuesto su dominio al mundo griego, implicando esto que encontrase en su camino importantes focos de resistencia como Halicarnaso o Mileto (Monedero et al., 1999, p. 460).

...