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Caracteristicas de la arquitectura porfirista en Oaxaca


Enviado por   •  18 de Agosto de 2022  •  Síntesis  •  1.900 Palabras (8 Páginas)  •  160 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA BENITO JUÁREZ DE OAXACA

FACULTAD DE ARQUITECTURA CIUDAD UNIVERSITARIA

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CARACTERÍSTICAS TIPOLÓGICAS Y FORMALES DE LA ARQUITECTURA PORFIRISTA OAXAQUEÑA

LA TIPOLOGÍA EN LAS VIVIENDAS

Como se ha mencionado, una buena cantidad de las edificaciones porfiristas oaxaqueñas entre particulares y públicas fueron remodeladas, tanto en su aspecto formal como espacial, para adaptarlas a las necesidades y gustos de sus propietarios y usuarios acorde a la época que estaban viviendo, así como otro tanto se trató de construcciones nuevas. El interior era ornamentado con determinados motivos eclécticos, por lo común al igual que la sala del art nouveau, rococó y clásico, que se ostentaban tanto en los muros con molduras que formaban tableros, y también molduras con ornamentos de tipo vegetal en los plafones de las techumbres, a los que también en algunos casos, se les solía decorar con motivos pictóricos diversos. De esta manera, dado que la sala se trataba de un lugar de reunión, sobre todo para acoger a las visitas, llegaba a ostentar una decoración elegante y refinada que pretendía mostrar, al igual que en las fachadas, una imagen acorde con la posición y distinción social de sus moradores.

En cuanto a las fachadas de las casas habitación, su esquema tradicional (de origen virreinal) prácticamente no vario, como fue su composición característica, en la proporción de vanos (balcones y puertas) y macizo (muros). En México, los chalets se construyeron igualmente en zonas ubicadas en las afueras o límites de las ciudades, como ocurrió en algunos estados de la República (entre ellos Chihuahua, Jalisco y Puebla), y en los nuevos y modernos fraccionamientos que surgieron en la Ciudad de México en los primeros años del siglo XX.

Cuando se trataba de casas que contaban con dos niveles, la sala y el comedor se trasladaban en muchos casos, a la planta alta, junto a las recamaras. Así, por ejemplo, encontramos algunas construcciones que ofrecen un carácter residencial, que se tratan principalmente de aquellas de dos niveles, y, por otra parte, tenemos ejemplos de construcciones más sencillas, de dimensiones más reducidas y de una sola planta, que de hecho son las que constituyen la mayor parte de las edificaciones de este periodo, las cuales varias de ellas se distinguen por la gracia y elegancia de sus decoraciones, aunque otras son más bien austeras. Sin embargo, en el caso de los contados chalets citadinos oaxaqueños que se llegaron a construir, tanto en su aspecto formal estructural, como de elementos decorativos empleados, no llegaron a ser tan suntuosos y espectaculares, como los ejemplos de este género que se erigieron tanto en la capital de país, como en otros estados del mismo. De esta manera la vivienda se emplazaba en una zona en la que quedaba muy remetida dentro del solar; así al frente de la misma la precedía un jardín (igualmente que a los lados de la casa que quedaban libres), que hacia la calle la demarcaba una barda de poca altura (que permitía ver y admirar la edificación), que sostenía un enrejado, que en algunos casos llegaban a ser de diseño elaborado. Este se trató de un género de casas habitación europeas (aunque también las hubo norteamericanas) que surgieron y se desarrollaron particularmente en países como Suiza y Francia, en el siglo XIX y los comienzos del XX. Esta amplitud abarcaba hacia el exterior en varios de los casos la casi totalidad de la longitud de la fachada, que comprendía la presencia por lo común de dos balcones, o en algunos casos hasta de tres, exceptuando desde luego, el vano de la puerta de acceso, que en algunas casas se ubicaba en una esquina o extremo de la fachada, o bien en medio (al centro) de ésta.

Ahora, dentro de estas características generales mencionadas, hay inmuebles que se diferencian de otros, por sus dimensiones y por el número de niveles o plantas con que cuentan; a esto, hay que agregar, el tipo de ornamentación empleada, básicamente en sus fachadas, lo cual determinaba el nivel socioeconómico de sus propietarios. En cuanto a las características de su aspecto formal, los chalets que se erigieron en México, llegaron a tener en sus diseños las formas más diversas (incluyendo sus recursos formales eclécticos) en sus estructuras envolventes, que los llegaron a singularizar. En cuanto al segundo patio trasero hacia el fondo de la casa, en torno a éste se ubicaban las habitaciones para el servicio doméstico, el común o baño, bodegas, carbonera y lavaderos.

Al inmueble se ingresaba desde la calle por medio de un zaguán (que era un espacio por lo general reducido), que era un elemento distribuidor que comunicaba tanto a las primeras y principales habitaciones de la casa, como enlazaba con el patio principal, cuyas funciones han sido descritas.

UN GÉNERO ARQUITECTÓNICO NOVEDOSO EN LA VIVIENDA: EL CHALET O VILLA

Un tipo de vivienda que también llegó a desarrollarse en la arquitectura oaxaqueña como en otras entidades del país en la época porfirista, lo fue la de los llamados chalets o villas. De esta manera, el típico esquema de patio central (o de claustro), se siguió manteniendo vigente como una forma de identidad cultural, a pesar de las distintas influencias y cambios de esa modernidad que se estaba en ese momento viviendo. En lo que respecta a las escaleras que unían ambas plantas, éstas no siempre seguían un mismo esquema, puesto que variaba su ubicación dentro del inmueble, siendo en algunos casos emplazadas en medio del patio principal, abarcando buena parte de éste, y por lo tanto quedando descubierta, no resguardada por alguna techumbre. El que estos esquemas prácticamente no cambiaran en la etapa porfiriana de manera muy particular en las casas habitación, tuvo que ver con el hecho de que sus moradores no hicieron completamente a un lado un modo de vida heredado de sus antepasados y arraigado en la mayor parte de los oaxaqueños, ya que “seguían siendo hasta cierto punto funcionales para el modo de vida” de los habitantes de esta ciudad. En algunos casos la sala contaba con un local complementario, como lo era una antesala o recibidor, que precisamente antecedía su ingreso a la sala o como lugar de espera. Los chalets solían ser de uno o dos niveles (por lo común en México fueron de dos), y por lo general contaban con un sótano o semisótano que solían ser espacios destinados para servicio, tales como bodegas. Este esquema es común encontrarlo particularmente en las casas habitación de una sola planta, que pertenecieron a las clases medias porfirianas, sobre todo de la Ciudad de México, como fue el caso particular de las colonias Santa María la Rivera y San Rafael. Estos se proyectaban de proporción ya sea cuadrada o sobre todo rectangular; así mismo, se rodeaban completa o parcialmente por columnas (ya sea éstas de cantera o de hierro colado), que en unos casos sostenían arcadas o simplemente techumbres planas. Así tenemos que esta modalidad de vivienda, fue muy bien acogida por un sector de las clases acomodadas, puesto que ésta resultó sumamente atractiva por sus características formales y tipológicas, ya que representaba una sugerente novedad en la manera de vivir cotidianamente, es decir, una nueva forma de vida acorde con los sueños de la modernidad a la que sobre todo este sector social aspiraba. Sin embargo, tenemos en algunos casos de viviendas una variante en su esquema, en donde en su composición, el vano de acceso (puerta de ingreso) se ubicó en una esquina o extremo de la fachada, y los balcones en el resto de la misma. Otro aspecto que caracterizaba a la sala es que ésta se distinguía y diferenciaba de las demás habitaciones, por el tipo de decoración que se le dotaba, misma que remarcaba su jerarquía dentro del mismo inmueble. En tanto en la planta baja, como ocurrió con la arquitectura doméstica virreinal, se destinaba en estos casos, a albergar espacios para servicios y uso comercial (accesorias), así como también otros locales para uso familiar. Otro tipo de habitaciones con que contaron algunas viviendas, fueron los salones para tertulias y reuniones familiares cotidianas, costurero, alacena, biblioteca y oficina. De hecho, el chalet o villa se trató de un tipo de casa habitación unifamiliar suburbano o campestre, puesto que en sus países de origen se edificaron precisamente en el medio rural o apartados del medio urbano. El local más espacioso de este tipo de vivienda, correspondía a la sala de estar, donde sus balcones o ventanas se dirigen al exterior (fachada). Es por ello que fue común que se ubicara en la parte frontal del inmueble, mirando hacia la calle, a través de unos balcones, por lo que era el primer local al que se accedía al penetrar a la vivienda. En el capítulo III, referente a las edificaciones de los particulares se hace un análisis de una serie de viviendas representativas de esta época, apoyado en algunas fotografías y planos arquitectónicos.

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