Carlos María de Bustamante.
Luis Arturo Sosa BarrónEnsayo8 de Junio de 2016
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Claps María Eugenia, “Carlos María de Bustamante” en Ortega y Medina, Juan A., Camelo Rosa, (Coords.), Historiografía Mexicana, U.N.A.M., México , 2001, Vol. III: El surgimiento de la Historiografía Nacional, pp. 109 – 126.
CARLOS MARÍA DE BUSTAMANTE
MARÍA EUGENIA CLAPS[1]*
Datos biográficos
Carlos María de Bustamante nació en Oaxaca el 4 de noviembre de 1774. Fue hijo de José Antonio Sánchez de Bustamante, español peninsular de nacimiento, y de Gerónima Mereulla y Osorio, criolla. En su ciudad natal realizó la instrucción primaria y la media. Llegó a la capital del virreinato en 1794 para estudiar jurisprudencia. Comenzó su práctica forense con el doctor Antonio Labarrieta, con quien hizo un viaje a Guanajuato en 1799, donde conoció a Miguel Hidalgo. A mediados de 1801 marchó a la ciudad de Guadalajara para obtener el título de abogado, consiguiendo también la plaza de relator.
A su regreso a México trabajó un tiempo como defensor de oficio en la Sala del Crimen de la Audiencia, pero a poco dejó aquel empleo e ingresó como abogado postulante en el despacho del licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos. De acuerdo con la opinión de Ernesto Lemoine: "Esta relación, que lo introdujo en el círculo de los letrados criollos, amigos y asesores del virrey Iturrigaray, daría un giro inusitado a su existencia."[2]1
En 1805 ocupó el cargo de editor en el periódico El Diario de México, dirigido por Jacobo de Villaurrutia. Allí publicó gran cantidad de artículos, todos ellos de los asuntos más diversos, excepto de política, ya que la censura no lo permitía.
En 1808, a causa de la invasión francesa en España, Bustamante manifestó abierta simpatía por la causa de los criollos autonomistas, tal y como la defendieron los miembros del Ayuntamiento. Protestó públicamente por la prisión del virrey Iturrigaray y mostró su duelo e indignación por la muerte del licenciado Primo de Verdad. Esta actitud lo convirtió en sospechoso para la Audiencia, que a partir de ese momento lo hizo objeto de una estrecha vigilancia.
Al estallar la revolución de Miguel Hidalgo en el pueblo de Dolores, Bustamante tomó partido a favor de ella y se vinculó con el grupo clandestino de "Los Guadalupes". Asimismo, colaboró sin dar su nombre en la prensa insurgente promovida por la Junta de Zitácuaro también hizo pública oposición al régimen a través del periódico el Juguetillo, que apareció al amparo de la libertad de imprenta otorgada por las Cortes de Cádiz (1812). Desde sus páginas, Bustamante censuró la conducta inhumana del gobierno respecto a los insurgentes. Al suspenderse la libertad de imprenta y ordenarse su detención se decidió a abandonar la ciudad de México para unirse en Zacatlán al jefe insurgente José Francisco Osorno, cuyo departamento organizó.
Su militancia insurgente se prolonga hasta 1821, pero el momento cumbre de ese lapso se da cuando conoce a Morelos y promueve el establecimiento del Congreso de Chilpancingo, donde fungió como diputado por la provincia de México.
Fue capturado por los realistas en 1817 en Veracruz, cuando pretendía fugarse en un buque inglés que zarpaba rumbo a Jamaica estuvo recluido más de dos años en las mazmorras de San Juan de Ulúa. Lo procesaron por el delito de infidencia, pero en 1819 obtuvo su libertad precautoria; entonces se le asignó la ciudad de Veracruz como residencia obligatoria y se le permitió litigar y publicar.
En marzo de 1820, con motivo de la nueva proclamación de la Constitución española, Bustamante fue indultado. Un año después se trasladó a la ciudad de México donde, a partir de octubre, publicó el periódico La Abispa de Chilpancingo. En 1822 formó parte del segundo Congreso Constituyente como diputado con la representación de Oaxaca, pero puesto que se mostró contrario a las ambiciones de Agustín de Iturbide y a su régimen imperial fue reducido a prisión.
Hacia marzo de 1823 recobró su libertad y presentó sus poderes como diputado en el nuevo congreso, ahora en representación de la provincia de México. Un par de años más tarde quedó alejado de toda actividad política y de todo puesto administrativo por sus ideas centralistas y oposición al régimen del presidente Guadalupe Victoria. Así, pues, se dedicó al ejercicio de la abogacía y a las tareas de escritor e historiador.
En 1829 fue electo diputado al Congreso General en representación del estado de Oaxaca, pero en 1833 dejó el cargo, para volver a ocupar un puesto como diputado por el departamento de Oaxaca en 1835. En marzo de 1837 fue designado para formar parte del Supremo Poder Conservador, cargo en el que permaneció hasta septiembre de 1841.
Entre 1844 y 1845 volvió a ser diputado en el Congreso General por el Departamento de Oaxaca. Un par de años después, con motivo de la guerra con los Estados Unidos y la subsecuente invasión de la capital, Bustamante escribió el Nuevo Bernal [...] que es la crónica de esos acontecimientos y la última de sus obras.
Poco antes de morir, envió al Colegio Apostólico de Guadalupe, en Zacatecas, su voluminoso y extraordinario manuscrito conocido como "El diario histórico". Falleció en la ciudad de México el día 21 de septiembre de 1848, a la edad de 74 años.
De su abundantísima obra escrita destacan sus artículos periodísticos, la edición de algunos de los clásicos de la historiografía mexicana, como las obras de Sahagún y de Andrés Cavo, sus historias como las Campañas del general D. Félix María Calleja [...] o las ya mencionadas como "El diario histórico" y el Nuevo Bernal; pero la obra que mayor fama le ha redituado es el Cuadro histórico de la revolución de la América mexicana, que constituye en opinión de varios estudiosos, entre quienes podemos citar a Juan Antonio Ortega y Medina y a Ernesto Lemoine, uno de los pilares historiográficos de la revolución de independencia.
Forma
El Cuadro histórico de Carlos María de Bustamante apareció en su primera edición entre los años de 1821 y 1827, abarcando tres épocas, la última de las cuales se presenta dividida en tres partes. Posteriormente el autor elaboró una Continuación al Cuadro histórico, que fue publicada en septiembre de 1832. Asimismo, entre 1843 y 1846, hizo una segunda edición, corregida y aumentada, del Cuadro, misma que: “...sustancialmente reproduce a la primera con algunas adiciones documentales, varias aclaraciones y abundantes notas que ligan la lección del texto con sucesos posteriores a 1827".[3]2
El material de las tres primeras épocas incluye desde el golpe de Estado de 1808 en la Nueva España, que tuvo como consecuencia el arresto del virrey José de Iturrigaray, hasta la muerte del general Juan O’Donojú, después de la firma de los Tratados de Córdoba.
En la primera carta del Cuadro, Bustamante justifica su elaboración argumentando que en las cartas se puede plasmar la materia de la historia. Así, afirma:
...trazaré un Cuadro aunque imperfecto de cuanto he visto y oído de personas veraces [...] para hacerlo con algún método, presentaré los hechos por épocas y ellos servirán de materia a nuestra historia; otra pluma sabrá darles el método que no es dado a la mía. El estilo epistolar es por sin duda el más propio para desempeñar esta empresa.[4]3
Abunda en este tema cuando en el prólogo a la Continuación del Cuadro histórico (1832) expone que seguirá utilizando la forma epistolar por considerar que es la más indicada para hacer una relación circunstanciada y sencilla. Pone como ejemplo de esto la historia de la conquista de la Nueva España de Hernán Cortés, consignada en cartas al emperador Carlos V. Así, en opinión de Bustamante, el estilo epistolar permite expresar las ideas con franqueza, disminuyendo, o incluso evitando, como parece sugerir el autor, la simulación y la falsía que implican otro tipo de trabajos más formales.
La primera edición del Cuadro histórico de Bustamante aparece en cinco volúmenes o tomos, los dos primeros correspondientes a la primera y segunda épocas, y los tres últimos a la primera, segunda y tercera partes de la tercera época. En casi todos los casos la carta primera funge como introductoria y la última como conclusiva, a la excepción del quinto volumen, en donde aparecen un prólogo y una conclusión por separado.
En el primer volumen se incluyen treinta cartas, de las cuales las tres primeras aparecen fechadas en 1821; de ellas la número uno fue escrita en agosto, según consta en la conclusión del tercer volumen de la tercera época. La cuarta viene fechada el año de 1822. Posteriormente se produjo una interrupción debida a problemas del autor con Iturbide. Un poco después de la caída de este último, el 18 de mayo de 1823, continúa la publicación de las cartas semanalmente hasta el 17 de noviembre de ese mismo año.
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