Causas Del Fin Del Mundo

UNA BRUSCA ROTACIÓN O REORIENTACIÓN DE LA TIERRA

Un factor probable en cuanto al fin de la civilización y la vida como la conocemos, es el factor de rotación de la tierra, sí, ese delicado equilibrio que mantiene nuestra tierra y que rige las estaciones del año, así como el día y la noche.

Ya está comprobado que la tierra cambia su trayectoria de rotación, y aunque tal vez sea que cambien un poco cada 1000 años, lo importante es que cambian, así que esta causa no es descartable. Un gran cambio en la rotación de la tierra provocaría que esta recibiere una mayor cantidad de calor y de luz, o en su defecto, menor luz y calor un gran desastre en la temperatura y en los climas de todo el mundo, llevando a los ecosistemas de cada región a un descontrol y variación inimaginable.

Consecuentemente, el fin por esta ruta tendría un camino inevitable, ya que hasta ahora no se conoce a nada ni a nadie aquí en la tierra que tenga control sobre el sol.

UN DRÁSTICO AUMENTO O DISMINUCIÓN DEL SOL

Otra posibilidad que podría llevarnos al fin es aquel que, a la vez, nos mantiene vivos, el sol. Su temperatura varía en los distintos sectores en que se divide su estructura, aunque puede concluirse que oscila entre los 15.000.000º C que alcanza en su núcleo y los 6.000º C de la superficie.

Pero siendo una estrella, está comprobado que es voluble y cambiante, así que si el sol cambiara su temperatura unos grados, esto afectaría a todos los planetas, empezando por el nuestro y su delicado equilibrio.

Si aumentara unos cuantos grados, sería una catástrofe de incendios y deshidratación en la tierra; y si disminuyera, la catástrofe sería de ríos y mares congelados, muertes por hipotermia y falta de agua y comida. Por último, cabe decir que nosotros no controlamos al sol y que no cabe más que aceptar nuestro destino si algún día llegar a este caluroso y apocalíptico final.

EL SOL ATORMENTANDONOS

Además de aumentar en su temperatura, también expulsa energía como toda estrella, que esta es una causa probable, pues no sabemos cuándo habría de expulsar la energía suficiente para bombardearnos con el poder de una lluvia de bombas nucleares.

Las estrellas de este tipo también tienen ciclos de vida, por tanto, no duran para siempre, algún día se habrán de apagar, esto incluye al sol.

Este proceso de apagado del sol conlleva una última gran llamarada solar, y por consiguiente, una terrible tormenta de fuego en el planeta; y si el exceso de sol no nos aniquila, su ausencia lo hará, volviendo a nuestro planeta un gigante frío y matando prácticamente al instante cualquier ser viviente que lo habite.

Entre los peores riesgos para nuestro planeta y su delicado ecosistema

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