Centros ceremoniales olmecas

Noriega Ruelas Jorge

Arqueología del habitad II

2022-2

31/mayo/2022

Centros sagrados Olmecas

La lectura es pertinente en la formación de nuestros conocimientos para este semestre por que explica un poco de la visión de los olmecas, cómo ellos le daban esa importancia a la naturaleza, árboles, cuevas, la tierra misma y en este caso en particular a las montañas. Nos da una perspectiva de cómo era esa cultura, como pensaban, incluso como expresaban esta admiración hacia estos elementos naturales.

        Las montañas tienen cualidades únicas, pero algunas son más admiradas que otras por los habitantes, ya sea por sus características físicas o por el papel que juegan en la mitología de la comunidad. Estas montañas que son “más importantes” se distinguen de las demás con altares o por la elaboración de monumentos labrados. No necesariamente tiene que ser una montaña “natural”, si no que también puede ser una montaña construida o artificial.

        Se toman en cuenta tres tipos y escalas de montañas, que indican su importancia sagrada para los olmecas:

1. Montañas naturales con restos de arqueológicos que indican su importancia sagrada para los olmecas.

Tenemos a las montañas en la región de San Lorenzo, Veracruz (1150-850 a. C.), existe evidencia arqueológica de que los olmecas organizaban peregrinaciones religiosas hacia dos de ellas. Los Tuxtlas, ubicada a 50 km de San Lorenzo, en donde se descubrió el monumento 1 de San Martín Pajapan, una de las obras del arte olmeca, ubicada en la cima de la montaña, ambas fueron reverenciadas desde hace miles de años.

1.  “Montañas artificiales” dentro de los asentamientos olmecas.

Un ejemplo de esta clasificación es la montaña artificial en La Venta, Tabasco (900-500- a. C.), La zona es una planicie costera, no es visible ninguna montaña natural en el horizonte, por lo que los habitantes realizaron la construcción de una pirámide de 30m de altura y 120m de diámetro. Es una de las más antiguas de Mesoamerica.

Muchas pirámides del clásico y posclásico mesoamericano, se identifican claramente como montañas por elementos iconográficos que las adornan, por ejemplo las enormes caras indican que la pirámide es una montaña y que tiene los mismos atributos sobrenaturales, cualidades y espíritus invisibles que una montaña natural.

Otro ejemplo lo tenemos en Chalcatzingo, Morelos a 500 km kilómetros de La Venta, en donde sobresalen dos montañas gemelas: el Cerro Chalcatzingo y el Cerro Delgado, las separa una hendidura en forma de V, que representa un umbral hacia el interior la tierra. Los dos cerros constituyen una “montaña dividida”, una montaña sagrada asociada al lugar donde se origina el maíz.

Se han documentado en Chalcatzingo 37 piedras labradas y hay, además evidencias que desde el preclásico se han llevado a cabo peregrinaciones para visitar sus monumentos de piedra. Seis de los monumentos son bajorrelieves, esta colocados en grupo junto a una barranca por donde escurre el agua y precisamente tiene iconografía con la lluvia y la fertilidad.  

Además en la aldea del preclásico Medio en Chalcatzingo había un elemento arquitectónico relevante, una plataforma de tierra de 70m de largo y 7m de altura. Aunque el montículo es rectangular y no piramidal, los pueblos de Chalcatzingo lo consideraron un representación de la montaña sagrada. Sobre ella se colocó el monumento 9, de este modo los rituales podían llevarse a cabo tanto en el Cerro Chalcatzingo como en la plataforma.

1.  Esculturas labradas en piedra que podrían representar montañas sagradas.

También las esculturas en piedra hechas por los olmecas comparten también el simbolismo de las montañas. En tiempos recientes, varios investigadores han propuesto que los grandes altares-trono de basalto podrían representar montañas. Al erigir estas grandes esculturas en sus centros políticos, las elites olmecas colocaron en un entorno más personal y a escala humana a la montaña, a las fuerzas y espíritus sobrenaturales, asociados a ellas, así como a sus vínculos con los ancestros.

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