Chiquinquira: una tragedia que se pudo evitar

 “Más vale prevenir que lamentar” es un refrán que todos hemos oído alguna vez y que nos invita a tomar precauciones, las cuales habrían evitado la tragedia del 25 de noviembre de 1967. De ese día nunca se olvidarán los habitantes de  Chiquinquirá, debido a la conmoción que generó la muerte de 65 personas y que otras 165 fueran hospitalizadas por ingerir panes contaminados de folidol, pues los costales de harina con los  que fueron preparados se transportaban en el mismo camión que el veneno y un frasco se rompió y se filtró en los sacos.

Considero que todo esto se pudo evitar, pero en Colombia primero tienen que suceder hechos lamentables para que se tomen las medidas necesarias.

Inicialmente el envenenamiento podría no haber ocurrido si el Ministerio de Agricultura hubiese obligado desde un comienzo a los fabricantes de folidol a empacar cada botella en una caja separada y prohibiera envasar en frascos de vidrio, pero estas normas se impusieron después de los terribles sucesos, cuando ya habían perdido la vida muchas personas.

La intoxicación tampoco hubiera sucedido si la empresa transportadora en lugar de pensar en ahorrar trasladando todo en un solo camión hubiese hecho lo correcto llevándolos en camiones distintos asegurando que no existiera ningún riesgo.

En Colombia solo a partir de este hecho empezaron a capacitar a los médicos en toxicología. Si en el momento en el que ocurrió el envenenamiento masivo los galenos hubieran tenido conocimientos de esta rama de la medicina, el diagnóstico y tratamiento se habría realizado con mayor rapidez pudiendo evitar tantas muertes. También a raíz de este hecho se decidió  adoptar una legislación estricta sobre el manejo de sustancias potencialmente tóxicas.

Por otra parte el Hospital San Salvador no contaba con la planta física, los recursos humanos y los implementos necesarios para atender una emergencia de tal magnitud; pues funcionaba en una vieja casa en la que no había suficientes camas y solamente había tres médicos y cinco enfermeras que no daban abasto atendiendo a los intoxicados. En ese momento era crucial tener más personas con conocimientos médicos para suministrar atención a todos los hospitalizados, y así salvar más vidas. Hasta años después, fue que se construyó un edificio amplio y moderno capacitado para atender un hecho como este.

Por lo tanto, en el caso de no poder impedir que se diera la intoxicación por lo menos se hubiese podido lograr que el número de muertos no fuera tan elevado.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que los lamentables hechos acaecidos en esta tragedia, pudieron haber sido evitados con las debidas precauciones, vemos que no se aprende de los errores del pasado y hoy se siguen pasando por alto medidas que pueden impedir que nuevamente se presente una emergencia como la de ese 25 de noviembre de 1967. Un ejemplo es el 18 de mayo del 2016 día en el que se presentó una intoxicación en la cual hubo 19 afectados y 1 muerto por comprar guarapo y envasarlo en un galón de productos químicos y después consumirlo, afortunadamente el número de muertos no fue mayor pero este fue otro envenenamiento que se pudo haber evitado ¿Qué están esperando para cumplirlas?¿Qué suceda una nueva tragedia que lamentar?.      

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