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Cipriano Castro


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2013  •  15.222 Palabras (61 Páginas)  •  335 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Las revoluciones que se han dado en Venezuela en diferentes épocas de la historia, han tenido como causa determinante la ambición de poder de los caudillos de turno, disfrazados de posiciones legalistas apoyados por el pueblo, quienes tienen esperanzas de encontrar en los líderes y en las promesas de éstos, solución a los problemas sociales que los aquejan.

Generalmente, los conspiradores y subversivos del orden público establecido, tienen como argumento para justificar la conducta rebelde, la violación que hace el gobierno de turno a la Constitución, es el caso de Cipriano Castro, el cual con la promulgación de la Constitución de 1899 le sirvió de argumento para convertirse en revolucionario, ya que nunca estuvo de acuerdo con la misma.

Cipriano Castro ha sido caracterizado en nuestra historia como un personaje polémico, enigmático e irreverente, pero más allá de las críticas y del enfoque que la historiografía le ha dado mostrándolo como un presidente díscolo, libertino y demagogo, conviene no desestimar sus actuaciones para no ocultar su proyecto de país y sus logros. Personaje explosivo, aun después de haberlo desalojado del poder y condenado al exilio, Juan Vicente Gómez mantuvo un grupo de espionaje que lo presequía, ya que siempre tuvo temor de su posible regreso. Personaje como Eleazar López Contreras, pese a no pertenecer a su sequito inmediato, mantuvieron un respeto grande por Castro. Una vez desterrado del país, al llegar a la habana fue aclamado por quienes admiraban su posición nacionalista, lo que hace ver su impacto en la región como un líder antiimperialista. Una mirada al curso de su gobierno puede ayudar a entender sus acciones, que rompieron  con la subordinación al capital financiero internacional propio del siglo XIX venezolano, lo que generaría la satanización de Castro por parte de la prensa mundial.

La Revolución Liberal Restauradora

El 23 de mayo de 1899 se inició desde Colombia una invasión a Venezuela acaudillada por Cipriano Castro, la cual tuvo como finalidad derrocar el gobierno del presidente Ignacio Andrade. Dicha campaña militar conocida como la Revolución Liberal Restauradora o la "invasión de los 60", representó la primera participación masiva de los andinos en la política nacional y la finalización de la hegemonía del Liberalismo Amarillo. Previo a su participación en este alzamiento, Cipriano Castro estuvo exiliado durante 7 años en Colombia (1892-1899), desde donde esperaba para asaltar el poder. En este sentido, la crisis política experimentada por el liberalismo tradicional y el régimen de Ignacio Andrade, permitió el desarrollo cabal del movimiento revolucionario castrista. Desde mediados de 1898 el partido castrista del Táchira había iniciado una gran actividad y se convierte en una célula conspirativa, al observar la fragilidad del gobierno. Por su parte, Castro intenta entonces formar una alianza con otro caudillo tachirense exiliado en Colombia, Carlos Rangel Garbiras, con el objeto de coordinar una insurrección; pero, el fracaso de las conversaciones sobre el particular lo lleva a la determinación de llevar a cabo la invasión con sus fuerzas, en las que figuraban personajes tales como Juan Vicente Gómez, Manuel Antonio Pulido, José María Méndez, Emilio Fernández, Jorge Bello y Pedro María Cárdenas. En definitiva, Castro logra juntar un contingente de unas 60 personas que invaden por la frontera colombiana el 23 de mayo de 1899, acusando al gobierno de Ignacio Andrade de haber violado la Constitución Nacional de 1893, la cual restauraría el movimiento castrista.

El 24 de mayo de 1899, Castro lee su primera proclama revolucionaria y organiza un ejército de 1.500 hombres con el objeto de marchar hacia San Cristóbal, plaza que defendía el general Juan Pablo Peñalosa. Como una maniobra destinada a impedir la llegada de refuerzos a la capital de la sección de Táchira, Castro decidió enfrentarse en primer lugar a las tropas de que se dirigían hacia ella, dando como resultado 3 triunfos consecutivos a las tropas castristas en los combates de Toconó (24.5.1899), Las Pilas (27.5.1899) y El Zumbador (9.6.1899). Luego de esto, sitia aSan Cristóbal durante 20 días (23.6-12.7.1899), pero abandona esta posición cuando se entera de la proximidad de un poderoso ejército de 5.000 hombres al mando del general Antonio Fernández. A pesar de lo numeroso del ejército gubernamental, Castro logra derrotarlo en el combate de Cordero (28.7.1899), gracias a su conocimiento de la región y a las dificultades que ofrecía el terreno a soldados procedentes del centro del país. Tras esta importante victoria, Castro toma la decisión de marchar hacia Caracas por la ruta de Mérida y Trujillo. Sin embargo, antes de salir de los Andes sale victorioso en un enfrentamiento con el general Rafael González Pacheco en Tovar (6.8.1899), y toma Valera (15.8.1899) donde no encontró mayor resistencia.

En su ruta hacia Caracas Castro libra el combate de Parapara (26.8.1899), en las inmediaciones de Carora, derrotando una vez más a las tropas del gobierno y captura un cañón Krupp. Después de flanquear la ciudad de Barquisimeto, su ejército aumenta gracias a la incorporación de 2 batallones procedentes de los alrededores de Nirgua, la cual sitia y captura el 9 de septiembre. Durante este trayecto hacia la capital, las fuerzas de Castro fueron aumentando a medida que se iban sumando a la revolución varios contingentes de partidarios del general José Manuel Hernández, el Mocho, quien se encontraba prisionero por haberse alzado contra el gobierno de Ignacio Andrade; lo que en definitiva resultó una alianza clave el movimiento restaurador. Ante el avance incontenible Castro y sus tropas, Andrade reorganizó el ejército con la intención de derrotar a éste en un combate final. En consecuencia, sale de Valencia un contingente de 5.500 hombres al mando del ministro de Guerra y Marina, el general Diego Bautista Ferrer, que a su vez contaba con el apoyo del general Antonio Fernández. Aunque el ejército del gobierno tenía grandes posibilidades de derrotar a Castro, las desavenencias entre Ferrer y Fernández, condujo a la derrota de Tocuyito (14.9.1899), donde sufrieron 1.000 bajas. Después de vencer este obstáculo en su marcha hacia Caracas, Castro de dirige el 16 de septiembre de 1899 a Valencia, donde se comienzan a producir las negociaciones políticas que pronto lo llevarán al poder.

Cuando Castro se disponía a enfrentar en La Victoria a Luciano Mendoza, quien representaba la última defensa del régimen de Andrade, se encontró con la sorpresa que dicho jefe decidió desobedecer las órdenes del gobierno y no hacerle frente. Ante la inminente llegada de Castro a Caracas, diversos emisarios

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