Como se da La política a un costado. Consideraciones en torno al sistema de decisiones de la Unión Europea

La política a un costado.

Consideraciones en torno al sistema

de decisiones de la Unión Europea.

Agustín D. Weisbek

Universidad de Buenos Aires

agustinweisbek@gmail.com

La Europa unida no se hará de golpe ni de una construcción de conjunto, se hará a partir de realizaciones concretas creando primero una solidaridad de hecho.

Robert Schuman.^[1]

Resumen:

Palabras clave:

Introducción.

El proyecto de integración europea, tal como sugieren pensar Mangas Martín y Liñán Nogueras, no es una idea original o espontánea propia del siglo XX, “sino una constante utopía en el pensamiento europeo en el sentido de una posibilidad tangible”^[2]. No obstante, ni bien finalizada la Segunda Guerra Mundial y con un territorio europeo devastado por los efectos bélicos, la integración regional fue puesta en práctica de forma acelerada como un intento político por sostener y consolidar la paz entre las naciones del continente. Actualmente, tras haber transcurrido más de 60 años desde la creación de la Comunidad Económica del Carbón y del Acero –Tratado firmado el 18 de Abril de 1951 y que expiró en 2002 después de sus 50 años de vigencia-, la integración europea es un proceso que ha adquirido connotaciones amplias que tematiza no solamente la unión política, económica y monetaria de los países miembros sino también la cuestión social, cultural y étnica.

        El presente artículo tiene por objeto centrar su análisis en la cuestión política e institucional del proyecto de integración europea: aproximarse a una explicación y una comprensión del sistema político que rige en la Unión Europea como comunidad política de Derecho, personalidad jurídica supranacional y sujeto de derecho internacional, y que permite la actuación de partidos políticos a escala europea, cuyos funcionamientos -como se intentará mostrar- difieren del tradicional esquema político de los Estados de Europa asociado al parlamentarismo. Para ello, será preciso definir las funciones que desempeñan cada una de las instituciones de la Unión Europa (Parlamento, Consejo y Comisión) y las relaciones institucionales creadas a partir de esas funciones reguladas. Asimismo, a partir de las definiciones que la teoría política otorga al concepto de sistema de partidos, se planteará si, en efecto, es posible hablar de un sistema de partidos propio de la Unión Europea, tomando como referencia las contradicciones y problemas que algunos autores añaden al tema. Por último, y como tema de apéndice, resulta necesario pensar el problema del régimen constitucional europeo, teniendo en cuenta el fallido intento del Tratado firmado en 2004 por el que se establece una Constitución para Europa.

1. El sistema de legitimidad política de la Unión Europea: la gobernanza y el problema de la democratización.

Según Jacques Délors^[3], la Unión Europea (UE) es un “objeto político no identificado”, un sistema híbrido que escapa a los modelos tradicionales^[4]. Por lo expuesto, se podría señalar que toda hipótesis de investigación no debería alejarse de esta premisa, lo que permitiría formular conceptos y realizar enunciados que son estudiados de forma permanente debido a que el objeto de estudio mismo -el proyecto de integración europea- es una construcción en constante mutación y pasible de controversias. Por lo tanto, comenzar este análisis otorgando una precisa definición a la Unión Europea será una ardua tarea y una síntesis de los estudios hasta el momento en la materia. No obstante, es pretensión de quien escribe, considerar a la Unión Europea como una organización comunitaria entre veintiocho Estados nacionales, resultante del proyecto de integración del continente europeo, cuyos orígenes se remontan al período de posguerra y posterior desarrollo de la Guerra Fría, y que ha devenido en un sistema político sin Estado ni Gobierno^[5], lo que constituye la hipótesis fundamental del presente artículo.

        Mariana Vázquez afirma que  “hay consenso en la literatura acerca de que la UE no puede hoy en día ser considerada como un Estado”^[6]. Dentro del mismo orden de ideas, la autora señala que “hay sólidos argumentos a favor de su comprensión en tanto sistema político emergente a nivel europeo”^[7], entendiendo el concepto eastoneano de sistema político como el “comportamiento o serie de interacciones a través de los cuales se hacen y se cumplen en nombre de una sociedad los repartos investidos de autoridad”^[8]. Simon Hix^[9], uno de los teóricos que ha más ha estudiado el concepto de sistema político de la Unión Europea, ha afirmado oportunamente que “de hecho, la Unión Europea tiene probablemente el conjunto de reglas de toma de decisiones más formalizado y complejo de todo sistema político en el mundo”^[10]. El sistema político es, pues, el sistema de legitimidad sobre el cual funciona la unión de los Estados nacionales que componen la Unión Europea: es el efectivo ejercicio de la dominación política caracterizada por un sistema de decisiones compuesto por distintos actores. Ahora bien, ¿éste sistema de legitimidad puede ser considerado como democrático o los modelos de democracia no son aplicables para el estudio de este tipo de organización política? Para responder dicho interrogante, será preciso primero reconocer claramente los actores intervinientes en el proceso decisorio de la Unión Europea en su conjunto, lo que incluye no solo a las instituciones de tipo comunitario sino también a los Estados miembros y las instituciones pertenecientes a éste, lo que permitirá comprender el funcionamiento del sistema de decisiones políticas de la Unión Europea a lo largo de sus más de 60 años de vida.

        He definido a la Unión Europea como una organización comunitaria supranacional que a día de hoy está integrado por veintiocho países y cuyo proceso de adhesión de otros nuevos está abierto de forma permanente^[11]. Estos Estados miembros pueden ser estudiados de forma particular desde distintas dimensiones o aspectos (Ver “Anexos” del artículo). No es objeto del presente artículo analizar a cada Estado en particular sino al sistema político supranacional europeo pero es menester reconocer que el 75% de estos Estados son repúblicas, mientras que el restante 25% adoptan como forma de Estado la monarquía constitucional. Una autora señala que “la elección de la forma de gobierno, al mantenerse dentro del ámbito de competencias que los Estados miembros conservan, permanece así inmune al principio de primacía del Derecho de la Unión”^[12], por lo que es válido afirmar que el sistema político de la Unión Europea no ejerce influencia ni, como intentaré explicitar más adelante, se asemeja a los sistemas políticos de los Estados que la componen^[13]. El artículo 4.2 del Tratado Constitutivo de la Unión Europea firmado en Maastricht en 1992 así también lo dispone: “la Unión respetará la igualdad de los Estados miembros ante los Tratados, así como su identidad nacional, inherente a las estructuras fundamentales políticas y constitucionales de éstos, también en lo referente a la autonomía local y regional”.

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