Comparación entre Joachim Schmid y Oleg Dou

Comparación entre Joachim Schmid y Oleg Dou

Fotografía contemporánea

Nicolás Rodríguez Sanhueza

En el mundo de la fotografía, es considerado parte de ella a los productores de imágenes pero también en este contexto entran otras variedades que no tienen que ver con las producción misma, por lo que compararemos a dos artistas Joachim Schmid y Oleg Dou, artistas de tendencias distintas, en la que bajo el criterio de la alteración de las imágenes por parte de los fotógrafos puede llevar a diferentes caminos completamente distintos.

Joachim Schmid es un artista alemán, nacido el año 1955, estudió comunicación visual en la Universidad de Diseño en Schwäbisch Gmünd y la Universidad de Artes de Berlín entre 1976 y 1981. Perteneciente a la tendencia crítica de los artistas de apropiación. Artnet. (2011)

Por otro lado, el más reciente Oleg Duryagin conocido como Oleg Dou, proveniente de Rusia, nacido en el 1985, estudió diseño en Moscow State Institute of Steel and Alloys. Fotógrafo perteneciente a la tendencia del simulacro. Tuvo su primera exposición individual en la galería Le Simoun de París, a los 23 años. (Cada día un fotógrafo. 2013)

Comenzando con el contexto de Schmid, en el último tercio del siglo XX, la fotografía experimentó un cambio de ciclo y uno de los elementos más visibles de que este cambio fue su plena incorporación al mercada del arte. Para que este proceso de institucionalización artística culminase con éxito, las previsibles estrategias de mercadotecnia debieron conjugar un conjunto de factores: por un lado, el establecimiento de unos estándares historiográficos académicos que categorizaran nociones de autor, estilo, escuela, obra, etc., es decir que proporcionasen una narración de la historia de la fotografía como arte incluyendo la pertinentes jerarquizaciones. (Fontcuberta, J. 2010. p.173).

Esto en adhesión que el posmodernismo, pone en crisis la originalidad de la obra, por lo que surge la Apropiación como tendencia, Como afirma Joan Fontcuberta, “en un mundo caracterizado por la saturación icónica, muchos artistas son proclives a recolectar y seriar imágenes para llegar a lo que podría justamente denominarse una “obra-colección”, es decir un conjunto de obras que unidas forman una colección con un propósito nuevo y diferente al inicial. Así, al determinar un criterio de colección y efectuar decisiones sobre los repertorios posibles, el autor-coleccionista proyecta su experiencia y su creatividad convirtiendo, en consecuencia, una colección en una “obra de obras”. Foto Colectania. (2013).

Por lo que por el otro lado Oleg Dou, entra en la tendencia del simulacro, años más tarde de ser trabajada teóricamente por Jean Baudrillar (1989), en donde la simulación vuelve a cuestionar la diferencia de lo verdadero y de lo falso, de lo real y de lo imaginario. Bajo este mismo punto Guilles Deleuze (1989) le da una vuelta al simulacro en el que está en el corte que introduce en las distintas ontologías clásicas: esencia y apariencia, original y copia, verdadero y falso, real e hiperreal, modelo y simulacro. Por lo que dentro de esto, Oleg desarrolla sus obras tras un meticuloso proceso en donde comienza seleccionando a sus modelos fotográficos mediante un riguroso casting y luego de cada sesión fotográfica retoca las imágenes hasta lograr visualizar la esencia del ser humano. Esas sesiones duran menos de una hora y dan paso, después, al retoque de las imágenes durante un par de semanas o varios meses. Por lo que deja con esto en vista, los tiempos de su proceso, en el que la captura de las imágenes pasa a segundo plano y se prioriza en la fotomanipulación digital. Podemos ver esto en en su serie "Naked faces" en el que con un estilo centrado en el análisis facial, haciendo fuerte énfasis en la no-expresión, juega con con brillos armoniosos en una iluminación pareja y plástica. pero a su vez la textura y la lejanía del cuerpo humano, que se puede evidenciar en sus labios. Como se aprecia, las cejas y pestañas han sido removidas de los rostros, la piel es más similar a la de un maniquí que a la de una persona común. (Escobar, D. 2011). En el que genera una mezcla de humanos con androides, como resultado una similitud a caras de porcelanas. Estas imágenes que según una entrevista Oleg vienen proviniendo desde que tiene recuerdos de sí mismo. Reyes, L. (2011). Técnicamente trabaja con una Canon 5D. Suele iluminar con una única fuente de luz y un reflector, ocasionalmente usa dos fuentes de luz con alto nivel de contraste entre ellas. (Burbridge, V. 2016)

Por el otro lado tenemos el trabajo de Schmid, el cual viene regido por una voluntad de ecología visual, en donde existe un exceso de imágenes en el mundo y una obstinación desmesurada en atesorarlas. Por lo tanto, no se debe contribuir a su sobresaturación, sino que por el contrario se impone una labor de reciclaje, de recuperación entre los desechos, de cedazo crítico, a fin de que el bosque nos deje volver a ver los árboles: la abundancia inabarcable de datos indiscriminados no resuelve nuestra necesidad de información, si no que nos deja igual de ignorantes pero mucho más confundidos. Al rescatar el gesto duchampiano, Schmid niega el valor de la producción para desplazar a la elección, el acto de señalar y escoger. Schmid trabaja con la imaginaria encontrada y reciclada porque ya todo fue fotografía de todas formas posibles, convirtiendo, una inmensa cantidad de imágenes en más de cien años de producción gráfica industrializada, en un arte que ya no representa desafío creativo alguno. Aún así esta masiva producción de imágenes prosigue siendo imparable, sin embargo, no es la inevitabilidad de la producción de lo que debe preocuparnos, sino del, mal uso de las imágenes sometidas. (Fontcuberta, J. 2010. p.172).

El mérito que le atribuimos a una imagen ya no reside en el proceso de hacerla sino en el acto de reconocerla; de ese reconocimiento derivará un nuevo uso. Lo importante en la fotografía no está en la excelencia del procedimiento con que las obtenemos no en la habilidad del ojo que las imaginó, si no en la función que les forzamos a desempeñar, en su management en la misión que les adjudicamos, en su inserción en un determinado discurso, En la adopción de ese guio secualizado, la creación ya no consiste en la aplicación de una mirada primigenia, sino en una mirada superpuesta, en una mirada correlato del palimpsesto.

En cuanto a

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