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Concepto de revolución

alexylupoTrabajo11 de Abril de 2022

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Revolución

Definición y características fundamentales del concepto:

Originalmente el término de revolución proviene del latín, de la palabra revolutio, que se

puede traducir como “dar una vuelta”. Este concepto puede definirse como un cambio radical

respecto al pasado inmediato de un determinado marco geográfico en distintos ámbitos,

siendo los más comunes el político, social y el económico. Este cambio viene impulsado por

sectores de la misma sociedad y suele conllevar una transición en la que puede aparecer algún

grado de violencia, generalmente debido a la brusquedad y radicalidad de dicho cambio.

Evolución histórica básica:

Podríamos asociar el concepto revolución ya, a cualquier cambio radical que hubiese tenido

lugar en cualquier momento de la evolución del propio ser humano y seguramente nos

acercaríamos a los propios orígenes de nuestra especie, ya en las primeras tribus o en

cualquier tipo de relación social que existiera, podría aparecer un cambio que transformara la

sociedad del momento.

Aunque en sí el concepto no se empiece a usar estrictamente hasta el s XVII. Podemos

encontrar revoluciones anteriores, o algunos movimientos que reciben ese nombre como lo

puede ser la Revolución Neolítica. Dicho término se considera actualmente erróneo al no ser

un cambio inmediato, sino progresivo, ya que pasamos de un paleolítico donde la forma de

supervivencia fue la caza y la recolección, a un neolítico donde cada vez más personas se

asientan en poblados permanentes, siendo estos autosuficientes generando su propia fuente de

alimento.

Como Hannah Arendt dio a entender en Sobre la revolución, este término actualmente poco

tiene que ver con otros designados anteriores al s.XVII, aunque sí que hay actos o acciones

que encajan con la definición, como en la Edad Antigua dentro de las polis griegas o en

Roma. El término como tal comienza a emplearse para referirse a la Revolución Gloriosa de

1688 y se generaliza con la Revolución Francesa, donde se expande el concepto, que servirá

como clave para comprender toda la historia moderna.

A partir de entonces el término pasa a albergar más matices, y se utiliza alguna vez

erróneamente confundiéndose con las revueltas populares. En el siglo XIX se extienden por

toda Europa diversas olas revolucionarias, que aunque bien es cierto que puede suceder en

nombre de la libertad de sus habitantes, generalmente suceden por un interés económico.

Ejemplos llamativos de manifestaciones históricas del mismo:

Las revoluciones que han cambiado el rumbo de la humanidad fueron diversas, sucediendo

por variados motivos y generando un gran debate académico entre autores de enorme

magnitud.

Yuval Noah Harari en Sapiens cuenta sintéticamente la historia de la humanidad y cómo nos

enfrentamos a las revoluciones más importantes de nuestra historia, siendo consideradas por

él la Revolución Cognitiva, la Neolítica y la Científica. Aunque las dos primeras no las

podemos enmarcar estrictamente dentro del concepto por ser un proceso gradual y

progresivo, desde un punto de vista antropológico creo que son importantes de citar, ya que

constituyen un hito histórico imprescindible para la evolución del ser humano.

Hay un gran debate en cambio para la consideración de la tercera (la Revolución Científica)

como una Revolución, ya que no se le otorgó este término hasta 1939, cuando Alexandre

Koyré explicó el cambio de paradigmas que esta conlleva, y la rotura con todas las creencias

anteriores, dándole un nuevo comienzo a la ciencia. Comienza a mediados del s. XVI con

Copérnico y finaliza en el XVIII con Newton, sin olvidarnos de la importancia de autores

como Galileo o Kepler y acompañados paralelamente de los saberes filosóficos. En conjunto,

suponen un notable giro que rompió en parte con la mentalidad dogmática anterior e impulsó

el desarrollo de las nuevas tecnologías, así como un gran progreso en el ámbito matemático y

consecuentemente, un enorme desarrollo en la astronomía, física y química.

No se podría hablar del concepto de revolución sin mencionar a la Revolución Francesa, que

en su momento, puede que fuera la más importante en el ámbito político-social. El triunfo del

orden burgués frente al orden establecido por el Antiguo Régimen iniciado por la simbólica

Toma de Bastilla y continuado por el ajusticiamiento de Luis XVI y su esposa María

Antonieta trajo consigo un enorme espíritu de cambio en casi todos los ámbitos del mundo

occidental.

Otra revolución imprescindible para la historia de la humanidad podría ser la Primera

Revolución Industrial, que conllevó cambios nunca antes visto en los ámbitos tecnológico,

económico, social y cultural. Esto supuso una gran ruptura con las estructuras

socioeconómicas hasta entonces existentes, implicó una sistemática mecanización del trabajo,

un fuerte cambio dentro de las clases sociales, como lo puede ser la aparición del proletariado

y el auge del capitalismo.

A lo largo de la historia, en especial a partir del s XVII hubo una cantidad inmensa de

acontecimientos que trajeron consigo enormes cambios para la humanidad como las ya

mencionadas, la rusa o las liberales. Pero este punto se va a enfocar brevemente en otras

revoluciones también de gran importancia, pero no tan trascendentes. Como por ejemplo la

Revolución Haitiana, que trajo consigo la abolición de la esclavitud en 1789 y la creación del

estado haitiano o la Revolución Iraní en 1979 que trajo consigo el derrocamiento de la

Dinastía Pahlaví y la imposición de un nuevo gobierno, la vigente Republica Islámica.

Relevancia histórica en una perspectiva evolutiva:

Como hemos mencionado anteriormente, seguramente podamos hablar de revoluciones ya a

comienzos del paleolítico. Y discutir si a la revolución cognitiva y a la neolítica se les puede

encuadrar dentro del término, o si simplemente son períodos de la historia de evolución, al

ser estas extensas temporalmente y los cambios lentos, graduales y progresivos; sin alcanzar

las características de revolución.

En la antigüedad podría destacar dos revoluciones, acontecidas quizás en los máximos

referentes de la época: una de tipo intelectual, sucedida entre el arcaísmo y el clasicismo

griego; y otra de tipo político-social sucedida durante la transición de la República al Imperio

en Roma.

La primera es correspondiente a la revolución de la filosofía griega comenzando

aproximadamente desde el s VIII a.C con “el paso del mito al logos”, que fue un tránsito

entre una explicación mítica del origen del mundo, a una racional. La figura de Sócrates en el

s V puede decirse que revolucionó el conocimiento filosófico y científico, al proporcionar a

sus discípulos una nueva manera de pensar basada en la moral, la búsqueda del bien común,

la virtud y la sabiduría. Estos conocimientos quedarían grabados en la memoria de su

discípulo Platón, quien posteriormente se los transmitirá a Aristóteles, quedando estos como

dos figuras inigualables en la historia y no siendo rebatida la concepción del cosmos del

segundo hasta la Revolución Científica.

La segunda se trata de La revolución romana de Ronald Syme, quien aplicó el término de

revolución a la fase de transición entre República e Imperio en Roma. Esta proposición a día

de hoy sigue suscitando un vivo debate, pero la idea de emplear dicho término para referirnos

a Roma fue de gran utilidad para revisar la validez del concepto.

Otra revolución que está en debate, es la reforma religiosa iniciada por Martín Lutero en 1517

con su crítica contra la iglesia católica, este término bajo mi punto de vista es correcto al

desafiar las normas establecidas y suponer un punto de cambio y separación con lo anterior,

formándose así ramas dentro de la religión cristiana como lo pueden ser la luterana o la

calvinista entre otras.

Como hemos dicho antes tendríamos que remontarnos a la Revolución Gloriosa inglesa para

comenzar a emplear dicho término, el cual se pluraliza con el alzamiento político en las Trece

Colonias Británicas, culminando en 1783 con su independencia, y que alcanza su mayoría de

edad unos años después con la Revolución Francesa. Continuando con la época de las

grandes revoluciones, correspondiente a lo que podríamos llamar un extenso siglo XIX, en el

cual nos vamos a centrar en el siguiente punto, nos vamos a remontar al siglo XX. Que es

cuando se comienza a discutir y a matizar el significado del concepto, donde se originan

debates aún no acabados en los que se cuestionan a que le podemos llamar revolución y a que

no, de ahí los expuestos anteriormente como el de la reforma religiosa.

Época más

...

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