Cristeros

Los Cristeros (Jean Meyer)

Antecedentes para poder entender porque se da la guerra.

1926: Elías Calles es presidente

Dicta la ley Calles que suprime la participación de las iglesias en la vida pública, en un contexto en el cual TODA la vida social de la gente regia entorno a esta, prohíbe la existencia de comunidades religiosas, limitando el culto católico solo a la iglesia, obligando a los ministros de culto a ser casados y obligándolos a pagar altas sumas al estado.

Los Cristeros o la Cristiada fue un movimiento armado que lucho contra la descatolización defendiendo a muerte el culto católico. Fue una Revolución dentro de otra Revolución, una reacción cristiana ante la amenaza laica. Geográficamente el movimiento se inicia en Valparaíso y sobre todo en los Altos de Jalisco, luego se va propagando por todo el país.

El alzamiento fue premeditado pero a la misma vez inesperado, tanto para los campesinos y la iglesia como para el Estado.

Entre Julio y Diciembre de 1926 estalla el enfrentamiento que en un principio fue más civil que militar, la guerra había sido la última alternativa y había sido aceptada.

Luego de la suspensión del culto se habían hecho penitencias, peregrinaciones, procesiones, novenas, ya no quedaba otra opción que la guerra. Luego de las explosiones de 1926 la represión se acentuó en la primavera de 1927 continuando hasta 1929.

Sin planes, sin organización ni jefes, sin uniformes o equipos estandarizados los cristeros se levantaron ferozmente.

En tres años lograron pasar de un partido anárquico a un ejército constituido igual a una tropa federal.

Los Cristeros formaron un pueblo guerrero temible ligado hasta la muerte a la causa, vencer o morir para que reine Cristo Rey.

Muchas veces se tiende a asociar el motivo de la guerra con la cuestión agraria es decir se le atribuye al régimen de propiedad una influencia fundamental sobre la conducta del campesinado, sin embargo esto es fue tan así, la participación en el reclutamiento cristero se hizo indiferentemente en todas partes, no fueron solamente los pequeños propietarios que defendían sus tierras contra los agraristas, su composición fue muy diversa el 14% eran pequeños propietarios, el 15% arrendatarios o aparceros, el 29% terratenientes, y el 60% eran aquellos que Vivian del trabajo de sus manos desde campesinos, artesanos, panaderos, obreros y el 10% restante era agraristas, gente acomodada de la oligarquía, sin embargo estos eran muy reducidos.

La participación armada en la insurrección correspondió a todo género de campesinos y a todo género de rurales, a los cuales no se les puede atribuir una motivación económica común o uniforme. Si bien es cierto que el sector agro tuvo una gran participación fueron en los lugares más marcados por la urbanidad donde el movimiento se mostró más fuerte, mas unánime y mejor organizado, estos sectores eran los más conservadores y defensores del culto católico teniendo en cuenta que la iglesia era el centro de su vida social y que el estado aun no había hecho ningún tipo de presencia para su reemplazo (no había instituciones estatales) El campo y la ciudad se unieron en una solidaridad para la guerra, las ciudades aprovisionaban a los luchadores así también servían como centros de organización y espionaje.

Las mujeres tuvieron un gran desempeño no solo apoyaron y alentaron a los hombres de la familia para combatir sino que también tuvieron gran participación como espías, aprovisionadoras y organizadoras de toda la logística y propaganda. Muchas veces montaban guardia en las iglesias siendo las primeras en declarar la guerra y las peores enemigas de los federales. Un personaje importante fue María del Carmen Robles que supo resistir al general Vargas cuyo martirio le valió la fama de santidad. Esta crisis religiosa fue un golpe muy duro para las mujeres, eran ellas las que estaban más involucradas en los asuntos religiosos, colaborando en la administración de las parroquias, los asuntos del párroco, determinadas cofradías etc., esta violación a sus creencias e intereses fue lo que las llevó a tomar la actitud y la iniciativa de la rebelión.

La participación en la Cristiada fue sociológicamente hablando excepcional, ya que no respeto nada ni el sexo, ni la edad, ni la situación de la familia, derribando las barreras de las conveniencias y de la prudencia tradicional. La Cristiada reúne indistintamente a la gente de orden, a los antiguos revolucionarios y a todos aquellos de quienes el sexo, la raza o la cultura hacían unos marginados.

Estructuras étnicas: El indio

Los indios tuvieron una gran participación en la Cristiada, en muchos casos muy mestizados con sus vecinos, eran católicos sin discusión. Los tepehuanos los mas aculturados y católicos de los indios de la sierras fueron cristeros en un 75%, estos pueblos habían sido religiosamente marcados por las misiones jesuitas.

La participación o no participación de estos indios conocidos como “poblanos” (habitantes de las comunidades) plantea el problema más general: el de los caciques, cuya decisión a favor del gobierno provoco la división de las comunidades hasta entonces sometidas a su autoridad.

En algunos casos junto con la indignación por destruir sus iglesias se suma a estas comunidades un antiguo resentimiento o rencor acumulado esto fue una característica más para la violencia con la que se arremetieron hacia los agraristas que no les quedo otra alternativa que huir.

El sistema político de relaciones locales vinculado a la fortuna y el poder está en manos de los caciques que son a la vez ricos comerciantes y políticos.

Este se halla en el corazón del sistema y a su alrededor se forman numerosas clientelas y a partir de esto una jerarquía piramidal. Este cacique es el único capaz de “ayudar” a los insuficientes, el cacique es el intermediario entre el pueblo y el estado, obtiene

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