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Cuartel Madera


Enviado por   •  2 de Junio de 2015  •  1.599 Palabras (7 Páginas)  •  170 Visitas

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37 años del asalto al cuartel Madera

En 1965 un grupo de maestros, campesinos y estudiantes atacó el cuartel militar de Ciudad Madera, Chihuahua. Fue una acción suicida. Con ella el movimiento de Arturo Gámiz y Pablo Gómez marcó el inicio de las guerrillas mexicanas modernas

JESUS RAMIREZ CUEVAS

Aún era de noche cuando comenzó el ataque. Del edificio principal del cuartel militar de Ciudad Madera -una gran barraca cedida por la empresa Bosques de Chihuahua- salían los soldados en formación hacia otras construcciones contiguas donde tomarían el desayuno. Una sección completa permanecía en la barraca con las armas al alcance de la mano. Había 125 soldados destacados en el lugar. Los atacantes eran apenas unos 15 y estaban mal armados.

Al final de la madrugada se escucharon los primeros disparos de manera intermitente, eran pocas armas y anticuadas que no hicieron gran daño a la tropa. Los soldados se tiraron al suelo en la pequeña explanada del cuartel, mientras de diversos puntos, en medio de la oscuridad, llegaban balas y voces ansiosas:

''¡Ríndanse! ¡Están rodeados! ¡Ríndanse!''

Los guerrilleros disparaban desde cuatro posiciones. La tropa que había permanecido dentro del cuartel reaccionó de inmediato y salió con disciplina militar hacia la vía del ferrocarril que corre paralela a las barracas, a unos 30 metros, porque de aquel punto se escuchaban más gritos y se veían más fogonazos.

En ese momento un maquinista empezaba a mover la locomotora del tren que lleva a Chihuahua. El fanal de la máquina iluminó a los soldados que, literalmente, estaban sobre los insurrectos apostados en el terraplén de la vía, quienes al verlos dispararon sobre la tropa. Allí se produjeron casi todas -si no todas- las bajas del Ejército. En ese lugar estaban los principales líderes de los guerrilleros: el profesor Arturo Gámiz y el doctor Pablo Gómez, quienes después de esa primera descarga no tenían salvación posible.

Además, inexplicablemente para un estratega militar, los atacantes tenían a sus espaldas una inmensa explanada de más de dos kilómetros antes de poder internarse en la sierra... una sierra arrasada por Bosques de Chihuahua -entre cuyos socios estaba Miguel Alemán-, en la que hubiera sido muy fácil localizarlos desde el aire, a la luz del día que despuntaba.

Inexpertos y mal armados, los guerrilleros fracasaron en su intento de tomar el cuartel. Fue una tragedia, una acción suicida. Mientras los soldados portaban fusiles M-1 y hasta ametralladoras, los rebeldes apenas contaban con algunas granadas, bombas molotov, cuatro carabinas 30-05 y 06, tres rifles 7 milímetros, dos rifles 22.

El doctor y profesor Pablo Gómez disparaba una escopeta calibre 16 que tenía que cargar después de cada tiro. Las postas para cazar pajarillos apenas hirieron a los soldados que estaban encima de él, a los otros sólo les hicieron moretones bajo la ropa. Un soldado esperó agazapado a que descargara su arma y, mientras intentaba cargarla de nuevo, avanzó y lo cosió a balazos. Gómez cayó con una bandera blanca en las manos cuya inscripción rezaba: "¡Viva la Libertad!"

Así fueron cayendo otros, incluido Arturo Gámiz. Los sobrevivientes -unos siete- escaparon hacia la sierra y desaparecieron. Eran los que disparaban desde el lado opuesto de la vía, entre las casas, donde la montaña está más próxima -a unos 500 metros-, aunque también talada hasta el último árbol.

Como resultado del ataque -aquel fatídico 23 de septiembre de 1965- murieron un teniente, dos sargentos y tres soldados, además de ocho guerrilleros, ''la flor y nata de la dirección campesina radical en Chihuahua'', apunta el investigador universitario Víctor Orozco. Los rebeldes caídos fueron: Arturo Gámiz García, profesor rural y principal dirigente de la guerrilla; Pablo Gómez Ramírez, médico y profesor; Emilio Gámiz García, estudiante y hermano de Arturo; Antonio Scobell, campesino; Oscar Sandoval Salinas, estudiante de la escuela normal del estado; Miguel Quiñones, profesor rural en Arisiáchi; Rafael Hernández Valdivia, profesor rural en Basúchil, y Salomón Gaytán, campesino de Dolores, Madera.

Era un grupo de jóvenes (ninguno llegaba a los 40 años y la mayoría tenía menos de 30) que decidió abandonar el cauce legal y pacífico para recurrir a la vía armada. Estos nombres se convirtieron en símbolo de la lucha guerrillera en México.

El periodista Víctor Rico Galán, entonces reportero de la revista Sucesos (quien dos años después, en un intento por formar un grupo armado, cayó preso en la penitenciaria de Lecumberri, Distrito Federal), visitó el lugar pocos días después y publicó un relato del ataque.

Según la reconstrucción del asalto al cuartel Madera, queda claro que los guerrilleros sólo tenían una opción: morir. Los sublevados creyeron que la sorpresa subsanaría sus desventajas. Quizá pensaron que los soldados se rendirían ante los primeros disparos. Pero ante la superioridad de los militares, la muerte fue inevitable.

"¿Querían

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