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Cuento Grecia


Enviado por   •  9 de Junio de 2015  •  441 Palabras (2 Páginas)  •  132 Visitas

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Cuenta la leyenda que hace mucho, mucho tiempo, vivió una mujer extraordinariamente veloz llamada Atalanta, que tenía como costumbre correr entre los árboles del bosque persiguiendo a los animales. Y a fuerza de practicar aquel juego, Atalanta llegó a ser una corredora extraordinaria. Era tan veloz como el viento y corría con la elegante suavidad de una gacela.

Con el paso del tiempo, una serie de muchachos empezaron a pretender el corazón de la joven Atalanta.

Para librarse de aquellos pretendientes molestos, ella les proponía una prueba segura:

-Accederé a casarme contigo si consigues vencerme en una carrera. Pero en el caso de que pierdas, el castigo será terrible...

Todos aceptaban, mas ninguno conseguía derrotarla.

Tan segura estaba la joven de su victoria, que hasta ofrecía a sus rivales una pequeña ventaja: la de la longitud e u lanza

Un día se presentó ante Atalanta un joven llamado Hipómene. Éste expresó a la muchacha su deseo de casarse con ella y Atalanta le propuso la acostumbrada prueba.

-De acuerdo, acepto la prueba -dijo Hipómenes-. Pero no olvides que si eres tú la derrotada, tendrás que casarte conmigo...

-Está bien -dijo tal anta con frialdad-. Colócate ahí delante, donde llega el extremo de mi lanza.

Hipómenes hizo lo que le había ordenado la muchacha. Y la carrera comenzó...

En sólo unas décimas de segundo, Atalanta alcanzó a Hipómenes.

"Ahora es el momento... ", pensó el joven. y, acercando su mano a una bolsita que llevaba colgada del hombro, sacó una manzana dorada y la dejó caer junto a los pies de la muchacha.

-¡Oh! ¿Qué es esto? -se preguntó la joven-o ¡Una manzana de oro!

Muy segura de poder recuperar el tiempo que iba a perder; Atalanta se agachó y cogió la manzana.

-¡Estupendo! -dijo Hipómenes mientras miraba de reojo a Atalanta, unos metros por detrás de él. .

Pero la rapidez de la muchacha le permitió alcanzar en un momento a su adversario.

Entonces Hipómenes sacó una segunda manzana dorada de la bolsa y la dejó caer de nuevo al lado de Atalanta. Ella se agachó a recogerla y volvió a perder terreno. Hipómenes, agotado, corrió con todas sus fuerzas, pero Atalanta volvió a alcanzarlo,

Momentos después, a escasos metros de la meta, Hipómenes sacó su última manzana de oro y la dejó caer. Atalanta dudó un instante, pero, segura de sí misma, decidió agacharse. Entonces Hipómenes hizo un último esfuerzo y entró primero en la meta. ¡Lo había conseguido!

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