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DANIEL


Enviado por   •  22 de Mayo de 2014  •  Informes  •  3.303 Palabras (14 Páginas)  •  230 Visitas

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DANIEL

. Significado:(en hebreo) "Dios es mi juez".

Daniel, el cuarto de los llamados «profetas mayores», es el principal personaje bíblico que lleva este nombre, autor del libro que lleva su nombre, muy estimado entre los judíos de todos los tiempos (MT. 24:15), descendiente de la familia real de David (Dn. 1:3), que fue llevado cautivo a Babilonia cuando era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.).

Fue escogido con tres compañeros suyos —Ananías, Misael y Asarías— para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor como José en Egipto, e hizo grandes progresos en las ciencias de los caldeos, así como en la lengua sagrada; pero rehusó contaminarse comiendo de las provisiones de la mesa del rey, que eran a menudo ceremonialmente impuras para un judío, o estaban manchadas por haber estado en contacto con el culto idólatra.

Al fin de unos tres años de educación, Daniel y sus compañeros aventajaron a todos los demás y recibieron buenos empleos en el servicio real. Allí Daniel desplegó en breve sus dones proféticos, interpretando un sueño de Nabucodonosor, por quien fue hecho gobernador de Babilonia y jefe de la clase instruida y sacerdotal. Parece haber estado ausente, quizás en alguna embajada extranjera, cuando sus tres compañeros fueron arrojados en el horno ardiendo.

Algún tiempo después interpretó otro sueño de Nabucodonosor, y posteriormente la célebre visión de Belsasar, uno de cuyos últimos actos fue promover a Daniel a un empleo mucho más elevado que el que previamente había tenido durante su reinado (Dn. 5:29; 8:27).

Después de la captura de Babilonia por los medos y persas, Darío el Medo, que «tomó el reino» después de Belsasar, le hizo «primer presidente» de unos 120 príncipes. La envidia hizo que formaran el complot para que se le echara a la cueva de los leones, acto que les atrajo su propia destrucción (Dn. 6).

Daniel continuó en todos sus altos oficios, y gozó del favor de Ciro hasta su muerte. Durante ese periodo trabajó fervorosamente, con ayunos y oraciones, así como tomando medidas oportunas para asegurar la vuelta de los judíos a su propia tierra, habiendo llegado para ello el tiempo prometido (Dn. 9). Vivió lo bastante para ver el decreto expedido a ese respecto y que muchos de su pueblo volvieran a Jerusalén; pero no se sabe si alguna vez volvió a visitar esa ciudad, por tener entonces (356 a.C.) más de 80 años de edad. En el tercer año de Ciro tuvo una serie de visiones que le pusieron de manifiesto cuál tenía que ser el Estado de los judíos hasta la venida del Redentor prometido; y por las cuales le vemos esperando tranquilamente el término pacifico de una vida bien empleada.

Daniel siguió siempre la voluntad de Dios. Tanto su juventud como su vejez fueron igualmente consagradas a Dios. Conservó su honradez en circunstancias difíciles, y en medio de la fascinación de una corte oriental, fue puro y justo. Confesó el nombre de Dios ante los príncipes idólatras, y estuvo a punto de ser mártir, de no haber sido por el milagro que lo preservó de la muerte.

Introducción

DANIEL

Religioso, Sabio, Profeta, lo es todo, un personaje increíble, un libro del cual como muchas obras maestras se desconoce el autor.

Según Philippe Gruson "Un libro desconcertante el de Daniel. Nunca se sabe muy bien dónde se encuentra. La Biblia de Jerusalén lo pone entre los profetas, mientras que la TOB (Traducción Ecuménica de la Biblia) lo sitúa entre los escritos antes de Esdras".

Cuenta la historia de un Judío obligado a vivir en el destierro, donde pasará su vida al servicio de un Rey terrenal y adorando firmemente al Dios de la creación, todo esto se desarrolla en el siglo VI antes de Cristo.

De su autor poco o nada se sabe, se estima que vivió en el siglo II antes de Cristo en tiempo de la sublevación de los Macabeos.

Escrita en tres lenguas bíblicas, HEBREO, ARAMEO y GRIEGO, es un libro más que interesante, a la vez que en muchas ocasiones difícil de interpretar, sólo basta mencionar la figura del * HIJO DEL HOMBRE *.

Cualquier persona aunque no haya leído los textos sagrados no desconoce a " Daniel en el foso de los Leones", o la salvación de Susana gracias a su intrépido sentido de justicia.

Audaz, Apocalíptico, visionario, se destaca de los demás profetas pudiéndolo llamar el más grande.

Su texto es fuente de inspiración o por lo menos muy tenido en cuenta por diversos escritores sagrados del antiguo y nuevo testamento, además de ejemplo permanente de Fe para Judíos como Cristianos.

Generalmente la lectura de los libros Sagrados se realiza de una forma individual e intemporal, por encima de todas las convulsiones geopolíticas actuales, el libro de Daniel puede aplicarse a las dimensiones del mundo, de la historia, la gran historia del Cristo Resucitado.

Resultaría demasiado pretencioso de parte de este alumno querer analizar un texto sagrado desde la pequeñez del conocimiento adquirido. Sería propio de necio pretender captar en su plena dimensión lo que el autor sagrado pretendió manifestar, razón por la cual simplemente trataré de poner el acento de mi estudio en el " personaje profeta", el cual superó su tiempo del antiguo testamento, procurando enriquecer el texto con datos y comentarios que revelen de alguna forma la grandiosidad del Profeta, justiciero de Dios.

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos87/profeta-daniel/profeta-daniel.shtml#ixzz313qRza8f

Marco histórico

En la Biblia, no ocupa el mismo lugar, la hebrea no lo ubica en la categoría de Profeta, junto a Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce, sino en los Escritos (ketubim) detrás de los salmos. En la Biblia Griega se encuentra ubicado entre los cuatro Profetas Mayores.

Debemos recordar su fecha de composición la cual se calculó en función de su contenido interno.

Paradójicamente el pueblo elegido por Dios, debe experimentar la angustia de la inseguridad, pueblo errante, parece no tener derecho a la tierra prometida.

La persecución religiosa parece ser el estigma que signará hasta nuestros días la vida del pueblo de Israel.

Dentro del marco persecutorio que vivía Daniel no escapó a los sufrimientos y padeceres del resto de la comunidad, Nabucodonosor, se convierte para él en precursor de su destino de destierro.

En el año tercero del reinado de Joaquín, Rey de Judá, cuando

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