Dramatizacion día De La Bandera

Dramatización

Una promesa a conciencia

Autor: María Elena Rasmussen

Entran dos alumnas de 7º año al aula. Miran a su alrededor y observan que no ha llegado ningún compañero.

Carla: ¡¡Bueno…hoy llegamos muy temprano!!

Sofía: Es cierto, esto de realizar la promesa mañana me tiene muy ansiosa. Ya tengo todo preparado. Y mi papá me sacará muchas fotos.

Carla: Antes no sabía muy bien cuando hablaban de la autonomía de Santiago, cuando la seño nos explicó, todo me quedó más clarito. Aunque todavía me quedan muchas dudas.

Ingresa la Señorita al aula cargada de guirnaldas, la foto de don Juan Felipe Ibarra, y otras cartulinas.

Señorita: ¡Buenos días!

Carla y Sofía: Buenos días señorita ¿Cómo esta?

Carla: ¿le podemos ayudar en algo?

Sofía: estábamos hablando sobre la autonomía de Santiago del Estero.(acomodando las guirnaldas.

Señorita: ¡Ha si! Que lindo que les haya interesado el tema. Ustedes tienen que saberlo muy bien porque mañana será un día importante.

Carla: A mi me quedaron algunas dudas… (Se acomodan las dos en el escritorio apoyando sus codos, mientras la seño se sienta y comienza a recortar unos souvenirs.

Señorita: A ver…a ver que quieren preguntar

Sofía: ¿Cómo empezó todo?

Carla: Si porque nuestra autonomía se proclamó en 1820.

Señorita: Cuando en 1810 arribó la noticia de la Revolución de Mayo, hubo varios pronunciamientos, pero el que más trajo discordia entre los santiagueños fue que las provincias de Santiago del Estero y Catamarca pasaban a formar parte de la provincia de Tucumán. De esta manera, la rivalidad existente entre Tucumán y Santiago del Estero desde la época colonial se agudizó con la dependencia impuesta a la última por el Directorio.

Van entrando Chicos al aula que se sientan y escuchan en silencio la conversación.

Carla: (risitas) los santiagueños no querían que nos mandaran ¿verdad?

Señorita: lo que pasa es que el gobierno de Tucumán, en esa época era muy arbitrario. Le doy un ejemplo: los santiagueños veían la injusticia como quitaban el fondo de sus entradas sin dejar una moneda mientras que con ese dinero se pagaban los sueldos de la Intendencia y se cubrían los débitos de los tucumanos y no quedaba dinero para Santiago.

Sofía: ¡con razón se enojaron

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