EL EXTERMINO DE LOS YAQUIS
msluis11 de Junio de 2012
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EL EXTERMINIO DE LOS YAQUIS
Mi propósito auténtico al hacer el viaje a Yucatán fue averiguar qué sucedía con los indios
yaquis de Sonora. Junto con miles de norteamericanos que hemos vivido muchos años en
nuestras regiones del Sudoeste y cerca de la frontera de México, ya sabía algo de los
sufrimientos de los yaquis en su Estado nativo, de los medios que se emplearon para obligarlos
a rebelarse, de la confiscación de sus tierras, de los métodos de exterminio usados por el
ejército, de la voz indignada de los elementos sensatos de Sonora, y finalmente, de la radical
orden del Presidente Díaz para que los yaquis fueran deportados.
Sabía que esta orden se estaba cumpliendo y que cientos de familias eran recogidas cada mes
para ser enviadas al exilio; pero, ¿qué suerte les esperaba al final del camino? La respuesta
era siempre vaga, indefinida, nada satisfactoria. Aun los mexicanos mejor informados de la
metrópoli no podían decirme nada. Después que los desterrados yaquis embarcaban en el
puerto de Veracruz caía el telón tras de ellos. Fui a Yucatán para presenciar, si era posible, el
acto final del drama de la vida del yaqui... y lo presencié.
Se extermina a los yaquis, y rápidamente. No hay lugar a controversia a este respecto: la única
discusión posible se refiere tan sólo a si los yaquis merecen o no ser exterminados. Sin duda
es cierto que una parte de ellos se ha negado a aceptar el destino que el Gobierno les señaló.
Por otra parte, hay quienes afirman que los yaquis valen tanto como cualesquier otros
mexicanos y merecen la misma consideración por parte de sus gobernantes.
El exterminio de los yaquis empezó con la guerra, y el fin de ellos se está cumpliendo con la
deportación y la esclavitud.
Se llama indios a los yaquis, pero éstos como los mayas de Yucatán. no son "indios" en el
concepto norteamericano. En los Estados Unidos no los Llamaríamos indios, porque son
trabajadores. Desde los tiempos más lejanos que se conocen de su historia, no han sido nunca
salvajes: siempre fueron un pueblo agrícola; cultivan el suelo; descubrieron y explotaron minas;
construyeron sistemas de regadío; edificaron ciudades de adobe; sostenían escuelas públicas,
un gobierno organizado y una fábrica de moneda. Cuando llegaron los misioneros españoles
poseían casi todo ese vasto territorio que se extiende al sur de Arizona y que hoy comprende el
Estado de Sonora..
"Son los mejores trabajadores de Sonora", me dijo el coronel Francisco B. Cruz, el mismo
hombre que tiene el encargo de deportarlos a Yucatán y de quien me ocuparé más adelante.
"Un trabajador yaqui vale por dos norteamericanos y por tres mexicanos". declaró E. F. Trout,
un capataz minero de Sonora. "Es la gente más fuerte, más sobria y más digna de confianza
que hay en México" señaló otro. "El Gobierno nos está quitando a nuestros mejores
trabajadores y destruyendo la prosperidad del Estado'', me confió uno más. "Dice el Gobierno
que quiere abrir la comarca yaqui para colonizarla –me dijo S. R. DeLong, secretario de la
Sociedad Histórica de Arizona (Arizona Historical Society) y viejo residente de Sonora- , pero
mi opinión es que los propios yaquis son los mejores colonos que podrían encontrarse".
Tales opiniones se oyen con frecuencia en Sonora, en los Estados fronterizos y también se
leen en publicaciones de la región. Verdaderamente, el yaqui tiene un admirable desarrollo
físico. Durante mis viajes por México aprendí a reconocerlos a primera vista por sus anchos
hombros, su pecho hondo,
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