EL SANTO REINO DE JAÉN Y SU IMPRENTA
MDSC20131 de Julio de 2013
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EL SANTO REINO DE JAÉN Y SU IMPRENTA”
Introducción
La aparición de la imprenta en la cultura occidental fue un fenómeno de crucial importancia que supuso un cambio revolucionario en los medios de comunicación. La difusión masiva, la producción creciente y el abaratamiento de los libros contribuyeron a que el erudito pudiese disponer de un mayor número de libros en su lugar de residencia sin tener que desplazarse a los grandes centros amanuenses.
Desde que el nuevo arte de impresión con tipos móviles comienza su andadura de la mano del maguntino Gutenberg a mediados del siglo XV, en unas cuantas décadas, los talleres de impresores se extenderían por diversos países Europeos como Suiza, Italia y Francia, estableciéndose principalmente en centros urbanos. En estos primeros años, los impresores fueron responsables no sólo de la publicación de innovadoras obras de consulta, sino también de la compilación de algunas de ellas .
En España el primer impresor del que se tiene noticia es también un alemán, Juan Parix de Heildelberg, quien procedente de Roma se traslada a Segovia para atender la llamada del Obispo Juan Arias Dávila. Allí imprimiría una sinodal en 1472, así como toda una serie de textos para la formación del clero en el Estudio General de esa ciudad .
En las décadas siguientes, en la mayoría de las ciudades más importantes se fueron instalando también talleres de impresión.
En Andalucía, Sevilla será la primera en 1472; le seguirá Granada en 1496.
Habrá que esperar a mediados de la siguiente centuria para encontrar la tercera imprenta andaluza, que se instalará en tierras del Santo Reino, en la ciudad de Baeza.
En España la mayor parte de los primeros impresores procedían de Alemania o de Centroeuropa, aunque en algunas ciudades, como Sevilla, los primeros talleres conocidos fueron instalados por impresores españoles; es el caso de Alonso del Puerto, Bartolomé Segura y Antonio Martínez , aunque hacia 1490 se conoce la existencia de impresores alemanes en dicha ciudad .
En Granada se sigue la tónica del resto de las ciudades de la Corona de Castilla: los primeros impresores serán de procedencia alemana, como es el caso de Pegnitzer, o polaca como ocurre con Polono, si bien este último llegó a España desde Italia. Sin embargo, en la centuria siguiente se instalarán en la ciudad de la Alhambra impresores de origen francés: desde 1558 hasta 1593 trabajará en esta ciudad René Rabut, patriarca de otra familia de impresores .
En el caso de la Baeza ocurrirá igual que en Sevilla los primeros impresores serán españoles, pero a comienzos del XVII veremos instalados en la ciudad una familia de impresores de origen francés .
Los primeros impresores
Fernando Díaz de Montoya
Es el primer impresor que ejerce su oficio en tierras giennenses, instalándose en Baeza a mediados del siglo XVI. Fernándo será el primero de una familia de impresores que desempeñará su actividad en esa ciudad. Reside en Baeza con su mujer Isabel de Pareja, por lo menos desde 1547, fecha en la que bautiza a su hijo Hernando en la Parroquia de San Gil de esa localidad. En esta misma Parroquia fueron también bautizadas sus hijas Isabel (1552) y Luisa (1553) .
De su taller salieron con toda probabilidad casi todas las obras que se imprimen en Baeza desde 1550 y que aparecen sin pie de imprenta . Los caracteres tipográficos que aparecen en obras impresas en Baeza en esa época, como es el caso de De la institución de la Orden de la Santísima Trinidad , son iguales que los utilizados en otras obras firmadas por Fernando Díaz de Montoya.
Es muy posible que en algunas de sus obras no utilizase pie de imprenta porque durante la primera mitad del siglo XVI, aún no era preceptivo este tipo de información que, en caso de aparecer, se indicaba en el colofón.
Hasta 1558, en virtud de la Pragmática de la Reina Gobernadora Doña Juana de Austria, firmada en Valladolid el 7 de septiembre , no sería obligatorio indicar entre otras cosas, el nombre del autor, el título, el lugar, el nombre del impresor y la fecha.
En 1561 Fernando Díaz de Montoya traslada su residencia a la Colación de San Pablo, donde arrienda unas casa a Juan de Molina . Su actividad impresora no pudo extenderse más allá de 1566, año en el que muere . Según tenemos noticia, su mujer María de Pareja comparece ante el escribano de Baeza D. Juan de Cózar para realizar una escritura y, en dicho documento aparece como viuda de Hernando Díaz de Montoya, librero. El último impreso salido de sus prensas, en su último año de vida, es un Formulario de escribano . En total se conocen hasta ahora treinta y tres obras impresas por él, incluyendo las que aparecen en Baeza desde 1550, sin pie de imprenta.
JUAN BAUTISTA DE MONTOYA
Se encuentra instalado en Baeza hacia 1561 y al igual que otros impresores y libreros de la época reside en la Colación de San Gil . Sus primeros trabajos de impresión, un gran número de formularios de escribano , son de esta fecha. Es muy probable que tuviese algún parentesco con Fernando Díaz de Montoya y debió de estar vinculado familiarmente a Mariana de Montoya, impresora baezana, aunque hasta la fecha no disponemos de datos que lo corroboren . En 1568, imprimirá una edición muy interesante titulada, Reglas de la caballería de la Brida... El libro contiene un gran número de grabados xilográficos que representan una gran variedad de bocados de caballos.
Creemos que la actividad de Juan Bautista estuvo centrada únicamente en Baeza, donde ejerció su profesión de forma continuada hasta entrado el siglo XVII. La Discreta Galatea, fechada en Baeza en 1617 , y citada por Nicolás Antonio, es la última obra salida de su taller de la cual tenemos noticia.
En algunos de los libros que imprime aparecen costeadores tales como Antonio de Vega, librero también baezano, quien se hizo cargo del coste de las Meditaciones de San Agustín en 1588 y Francisco García, que costeó en 1596 la obra de Francisco Pérez de Valdivia titulada Aviso de gente recogida y especialmente dedicada al servicio de Dios .
Según apunta Cátedra , entre los libreros baezanos que mantenían relaciones comerciales con mercaderes de Medina del Campo, gran centro comercial de libros en el siglo XVI, se encuentran Juan Bautista de Montoya, Juan y Antón Vega, todos ellos citados en el libro de cuentas del Mercader lionés Gaspar Trechsel.
De la producción de su taller destaca la edición príncipe del Examen de Ingenios para las ciencias, de Juan Huarte de San Juan. Rodrigo Sanz informó cómo se gestionó la impresión de esta obra y dio a conocer el contrato de impresión realizado entre Juan Huarte de San Juan y Juan Bautista de Montoya el 30 de septiembre de 1574 ante Jerónimo Garrido. Montoya se comprometió a realizar mil quinientos ejemplares al precio de siete reales cada resma, sin incluir el papel, que también correría a cargo del autor. Pero, “por falta de pergamino para los forros”, Juan Bautista no pudo entregar todos los ejemplares, por lo cual tuvieron que suscribir otro contrato el uno de marzo de 1575, mediante el cual se comprometía a entregar todo lo acordado en seis meses. Por este contrato sabemos que fue el autor quien costeó toda la edición, incluida la encuadernación, así como que Juan Bautista de Montoya, además de impresor y librero, era encuadernador.
De esta primera edición del Examen de Ingenios para las ciencias existen aún ejemplares localizados en varias bibliotecas españolas y extranjeras. La segunda edición de esta obra saldría, también de su taller, en 1594.
Su producción fue bastante regular. Desde que comienza su actividad, casi todos los años salen de su taller obras impresas; sólo hay una laguna, desde 1599 a 1617, que no nos explicamos, ya que no tenemos noticia de que durante ese tiempo ejerciese su actividad en otros lugares, ni de Andalucía ni del resto de España.
Por lo general, sus trabajos de impresión presentan las características propias de las obras que aparecen al comienzo de la imprenta: suelen tener erratas en foliación, utilizan iniciales grabadas y siguen la costumbre de presentar con frecuencia calderones como adornos a lo largo del texto. Usa también grabados en
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