Educacion
vividella8 de Octubre de 2013
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El caso de México (1900-1940).
Alfredo Macías Narro
030810.
Las reformas educativas en México tienen un largo (y muchas veces tortuoso) camino recorrido, desde la época revolucionaria y cuyos resultados han sido, en términos generales, desiguales.
Para dimensionar los cambios habidos en la óptica de las políticas educativas mexicanas, es necesario recordar que, el sistema educativo moderno, se constituyó a partir de la segunda mitad del siglo XIX, después de que la Constitución de 1857 adoptara la idea de una educación elemental pública laica, obligatoria y gratuita. Desde entonces hasta la época de la Revolución (1910-1917), y en concordancia con el régimen federal, el manejo de la educación fue responsabilidad de cada estado, y al gobierno federal sólo le correspondió manejar las escuelas del distrito federal y los entonces territorios federales (hoy estados de Baja California Sur y Campeche). A la aprobación de la Constitución de 1917, el gobierno federal se impuso política, económica y administrativamente a los estados en todos los ámbitos. En lo relativo a educación, esto se reflejó en la creación de un ministerio federal: la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921. A partir de ese momento, el peso del gobierno federal en el manejo de todo el sistema educativo nacional se hizo cada vez mayor.
A partir de esa fecha, se pueden distinguir algunas tendencias reformistas en las políticas educativas:
• En una primera época (1901 a 1905), Justo Sierra, a la sazón Subsecretario de Justicia e Instrucción y, posteriormente, Secretario de Instrucción Pública (hasta 1911), se abocó activamente a la consecución de una reforma integral de la educación, desde su postura política e ideológica, basada en el liberalismo del siglo anterior, orientada hacia la pedagogía social. Con este fin, se creó el Consejo Nacional de Educación Superior, que tenía como metas, lograr la coordinación de las instituciones educativas, al tiempo que determinar las pautas a seguir en la tarea educativa nacional.
• La primera escuela de tendencia racionalista[1] en nuestro país, fue fundada, en plena revolución, por los trabajadores de la Casa del Obrero Mundial (posteriormente, fue suprimida por el gobierno).
Es altamente significativo que la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), en sus tercera y cuarta convenciones nacionales (1921 y 1922, respectivamente), respaldase a la escuela racionalista. No obstante, para su quinta convención (1923), la CROM declaró insuficiente a la escuela racionalista para satisfacer las aspiraciones del proletariado.
“En el transcurso de los dos siguientes años, las organizaciones obreras que habían respaldado a la escuela racionalista, ya no la aceptaron y, hacia el año de 1924, la CROM, en su sexto congreso (realizado en Cd. Juárez, Chih., la rechazó)”[2].
• En el año de 1933, hubo diferentes pronunciamientos, en los que se delineaba la educación de corte socialista. A estos pronunciamientos, se sumaron de inmediato la Confederación de Maestros, diversas agrupaciones obreras y campesinas y, finalmente, el 16 de julio de ese mismo año, la Convención Nacional Estudiantil Pro-Cárdenas, en Morelia, en Morelia Mich.[3] Presentó una propuesta de reforma al Artículo Tercero Constitucional, en la que se propugnaba por la sustitución, en las instituciones educativas oficiales, de la enseñanza laica, por la educación integral socialista.
En el texto de la propuesta, se advierte con toda claridad la postura de clase que le dota del impulso y del sustento teórico. Para agosto del año siguiente (1934), la propuesta fue estructurada por el Partido Nacional Revolucionario (PNR)[4] y preparada para su dictaminación en la trigésima quinta legislatura, de cuyo proyecto, es particularmente ilustrativo su párrafo segundo, que puntualiza, de manera muy concreta
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