Educación En México
jalexyta27 de Febrero de 2013
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I. LA COLONIA
En una provincia indígena la enseñanza de los franciscanos a los aborígenes de la Nueva España, los principios del surgimiento de una cultura libre de América.
El colegio Santa Cruz de Tlatelolco, fundado en 1536 con el apoyo Virrey Antonio de Mendoza, se mantiene como el esfuerzo de los religiosos españoles por las enseñanzas de las bellas artes y la filosofía en lenguas indígenas.
La primera cédula de la creación de la Real y Pontificia Universidad de México fue firmada en 1547, a las constituciones de la Universidad de Salamanca.
Las academias de la Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España gozó, desde su fundación en 1781, de una posición de gran prestigio en Ameriza dentro del campo de la pintura, escultura y arquitectura.
Los españoles trataban a toda costa de imponer sus patrones culturales a los naturales de la Colonia: en especial, las creencias religiosas de la iglesia católica.
La obra poética y de Sor Juana Inés de la Cruz, conlleva el espíritu de la modernidad; su objetivo educacional se definió como teológico-religioso con bases científicas y filosóficas.
Sor Juana luchó durante año a favor del desarrollo de la educación femenina. Su presión sobre las autoridades civiles contribuyo a la fundación del Colegia San Ignacio de Loyola, conocido como “de las Vizcaína, en el siglo XVIII, en el que se tomarían a las jóvenes estudiantes con nuevos criterios pedagógicos y filosóficos desde 1767.
II. FIN DE LA NUEVA ESPAÑA.
La nueva España fines de siglo XVIII, la trayectoria recorrida por los 300 años de conquista española. Los centros de desarrollo económico social se conformaban en espacios urbanos teniendo influencia de las escuelas de arquitectura europea magia del simbolismo de las creencias indígenas.
Una copiosa producción de periódicos de papeles politicona, así como publicaciones de literatura circulaban entre los miembros de los medos intelectuales de México pese a las implacables sanciones de la Santa Inquisición, que vigilaba a la ortodoxia y a las versiones populares de los dogmas supremos e incuestionables de la Iglesia católica.
Hidalgo el Educador.
La educación superior, a fines del siglo XVIII, fue un eco de la Ilustración europea. El afán racionalizador de la experiencia individual y social convertía una tendencia filosófica en instrumento de crítica y aspiración de cambio.
La obra y la vida de Hidalgo demuestran que la revolución es consecuencia de una profunda renovación intelectual. Sin espíritu crítico, visión histórica y revive la condición política, es imposible emprender una obra de cambio social.
El México Independiente.
Igualdad y libertad para todos, protección a las propiedad privada y el derecho al trabajo fueron heredados de la influencia francesa que fortalecen al país.
La observancia del plan general de la educación correspondía al cuerpo legislativo.
Los intelectuales destacados eran los responsables de organizar la enseñanza y la forma de gobierno más adecuada para la nación.
La vida política nacional denotada, entonces, una amplia participación de personas egresadas de instituciones de educación superior. Las ideas del sector de vanguardia en el ámbito académico y político del país fueron canalizadas a través del que Mora llamó “partido del progreso”.
Todas las ciencias deberían estar incluidas en esta acción renovadora en la que, necesariamente tendrían que incorporarse y renovarse las antiguas instituciones.
Durante 1833, pensadores eminentes aceptaron las preposiciones de Alamán para reformar el contenido de la educación de las instituciones existentes en el país.
El seminario Conciliar se abocaría a la enseñanza de la teología; el Colegio de San Idelfonso, se encargaría del derecho y literatura clásica; el de Minería, de las ciencias exactas y físicas; medicina, en San Juan de Letrán
III. EDUCACIÓN PARA LA LIBERTAD.
Los antecedentes educativos y las innovaciones tecnológicas establecieron las bases para una importante refirma legislativa mexicana.
Una nueva concepción de los asuntos gubernamentales orientaba las acciones políticas hacia causes populistas, gracias a tendencias liberales de los grupos de avanzada intelectual durante las primeras décadas del siglo XIX.
Desde la primaria, los estudiantes mexicanos recibían instrucción cívica y política. La nueva orientación pedagógica se sujetaría a los cambios establecidos por el gobierno.
Los decretos establecidos por Gómez Farías daban facultades legales, en materia educativa, a todas aquellas personas interesadas en abrir escuelas con sus propios recursos.
Al abrir las sesiones ordinarias del Congreso de la Unión, el 1 de enero de 1834, Gómez Farías denuncia ante diputados y senadores, la existencia de levantamientos armados desastrosos para la armonía del desarrollo del país, a lo largo de la república.
El panorama social de la educación superior, durante el periodo de reforma, se refleja en la confusión de la vida pública: levantamientos armados en Puebla, Orizaba, Oaxaca, Cuernavaca y México, principalmente.
El programa de educación popular quedo desprovisto de alternativas para progresar adecuadamente debido a la inestabilidad que reinaba en el país.
Durante este período, el gobierno se encuentra ocupado en el conflicto de Texas y la política interna, que precisamente en estos años manifiesta desajustes peligrosos para la estabilidad nacional.
La educación superior, hasta 1857, sobrevivía con los inestables intentos privados o gubernamentales por mantener un orden en la enseñanza.
Manuel Baranda, dio a conocer datos reveladores sobre la situación del sistema educativo a su cargo, a través del informe que rindió al Congreso, el 2 de enero de 1851 Baranda informó que se habían multiplicado considerablemente las escuelas primarias a lo largo de la República; en 1843, México contaba con 1310 planteles registrados.
A los grupos pudientes interesaba el fomento de la docencia e investigación especializada, ya que los beneficios de estos servicios formaban parte de las necesidades de subsistencia de las clases acomodadas.
La Universidad de México, entre tanto continuaba clausurada por considerarse “irreformable”, “inútil” y “perniciosa”.
Tras la victoria lograda por los liberales en 1855, sus representantes en el poder se dedicaron a llevar a cabo los principios conjugados en el Plan de Ayutla con el objeto de iniciar el desarrollo nacional basándose en procedimientos de tipo capitalista.
Laicismo y descolonización educativa.
El laicismo es el liberalismo en la enseñanza. Sus conceptos fundamentales se manifiestan en la constitución de 1824, se reforman en 1833, durante el corto gobierno de Valentín Gómez Farías, se decanta en la Ley de Instrucción Pública de 1868 y se expresan, finalmente en el artículo 3° de la Constitución de 1917.
En la excelente prosa de Ramírez, se consideran los problemas educativos de los indios mexicanos, de los libros de texto y de la instrucción de las mujeres.
“El clero no demanda al gobierno fe, sino coacción; esto necesitaríamos inventar, un cuarto poder: el creyente. No trastornaría el mundo sus instituciones por volver a la teocracia”.
Nuestro país es precursor de la instauración del laicismo: de 1824 datan las primeras proposiciones, de 1874 su implantación legal. Francia pudo lograrlo después de1880.
1803: Artículo 366 de la Constitución de Cádiz: “En todos los pueblos de la monarquía se establecerán escuelas en las que se enseñara a los niños a leer, escribir y contar, y el catecismo de la religión católica, que comprenderá también una breve explicación de las obligaciones civiles.”
Artículo 367. “Asimismo se arreglará y creará el número competente de universidades y de establecimientos de instrucción, que se juzguen convenientes para la enseñanza de todas las ciencias, literatura y bellas artes.”
Artículo 369. “Habrá una dirección general de estudios, compuesta de personas de conocida instrucción a cuyo cargo estará, bajo la autoridad del gobierno, la inspección de la enseñanza pública.”
El artículo 371, estrechamente vinculado a la instrucción pública, dice: “Todos los españoles tienen libertad de escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas sin necesidad de licencia…”
1814. Artículo 39 de la Constitución de Apatzingán. “La instrucción, como necesaria a todos los ciudadanos de be de ser favorecida por la sociedad con todo el poder.”
El artículo 40, como el 371 de la Constitución de Cádiz, relaciona la educación a la libertad de expresión: “En consecuencia, la libertad de hablar, discurrir y de manifestar opiniones por medio de la imprenta, no debe prohibirse a ningún a menos que en sus producciones ataque turbe la tranquilidad pública u ofenda a los ciudadanos”
1833. la labor educativa del vicepresidente Valentín Gómez Farías, fue esencial en el laicismo mexicano: creación de la Dirección General de Instrucción Pública y supresión de la Real y Pontificia Universidad de México; libertad de enseñanza; creación de escuelas normales; nacionalización de las fincas del clero en beneficio de la instrucción; difusión de la educación primaria entre la masa del pueblo; fundación de la Biblioteca Nacional; fundación de escuelas nocturnas para adultos; dotación de fondos especiales para la instrucción pública.
Nación semicolonial.
Treinta y cuatro años que
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