Educación

 La conexión historia-lengua

Tradicionalmente, la historia se ha ligado con la geografía. Las dos materias son complementarias, ya que toda la historia se ocupa de un lugar, a parte de un tiempo. Los mapas, al igual que la cronología, deberían formar parte de cualquier tema de historia.

En la escuela primaria, la historia se combina igualmente con otras materias como el arte, la tecnología, los estudios religiosos, la música, el teatro y la ciencia.

La OFSTED (1995), remarcó que los temas de historia funcionaban muy bien cuando se enseñaban junto con otras materias. Por ejemplo, cuando se van a explicar los romanos, la representación de un mercado romano implica usar las matemáticas (el intercambio de moneda), además de la plástica (toda la decoración y ambientación del mercado).

Eso sí, no hay una materia más compatible con la historia como la lengua. La conexión historia – lengua, donde ambas se interpretan a través del lenguaje y se relacionan con el desarrollo lingüístico; son materias de lectura; ambas exploran los sentimientos, las situaciones, los motivos y las relaciones de las personas; y por entender los intereses de la especie humana.

La historia proporciona el material perfecto para enseñar lengua. En concreto, los tres primeros objetivos generales de la lengua son: la expresión y la comprensión oral, la lectura y la expresión escrita.

La expresión y la comprensión oral: explicar cuentos, una de las grandes puertas de entrada al pasado, es un vehículo para fomentar el desarrollo de las habilidades de comprensión oral, y también es un medio para dar vida a una situación histórica. El teatro, no solo promueve las habilidades de expresión y comunicación oral, sino que también incluye la reconstrucción imaginativa de situaciones del pasado. Y si los alumnos se implican en discusiones abiertas (este punto un poco más complicado para ellos debido a su edad), esto favorecería el desarrollo conceptual.

La lectura: la historia exige una lectura crítica de los textos, igual que la lengua y sus objetivos son congruentes. Leer documentos históricos es el mayor reto lingüístico para los estudiantes, porque la historia es la materia humanística más exigente del currículum. No encontramos en otra materia textos con tantas palabras largas, palabras nuevas y construcciones gramaticales difíciles. El principal peligro de trabajar con documentos es que la historia puede quedar en segundo término detrás de la lengua. El estudio de documentos debería ser más que un ejercicio de comprensión, pues debe responder a las preguntas históricas. Aprender donde encontrar y como seleccionar la información, es básico tanto para la historia como para la lengua (son los contenidos procedimentales). Las competencias comunicativas de los alumnos de segundo de primaria van a mejorar considerablemente después de haber

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