El Estado
andreabolivar17 de Marzo de 2015
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Índice
1. El Estado
2. Elementos del estado
3. Evolución del estado
a. Estado Antiguo
i. Estado Egipcio
ii. Estado Persa
iii. Estado Romano
b. Estado en la Edad Media
i. Feudalismo
c. Estado Moderno
i. Formación y evolución
ii. Renacimiento
iii. Estado Absoluto
iv. Consecuencias
d. Estado Contemporáneo
i. Estado de derecho democrático y liberal
4. Funciones y fines del estado (conclusión)
5. Bibliografía
a. Libros
b. Web
El Estado
Existen distintas concepciones de la palabra Estado, desde su magnificación hegeliana, al decir que todo lo que el hombre es, se lo debe al estado, hasta la consideración de Marx de ser un instrumento de dominio de una clase sobre otras; sin embargo, también se denomina Estado un territorio que cuenta con organización jurídica para gobernar a la sociedad integrante del mismo, en pro de la convivencia, la armonía, la paz social y el bien común.
Estado antiguo (escrit. – Siglo V)
Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por cuanto surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se apoderase de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el sentimiento de vinculación de la población, generalmente invocando una investidura divina y contando con la lealtad de jefes y jefezuelos regionales. Así fueron los imperios de la antigüedad, el egipcio y el persa, entre ellos.
Estado egipcio
Los egipcios eran gobernados por el Faraón, quien se ayudaba de funcionarios, gobernadores y militares para extender su poder por todos los territorios bajo su mando y hacer cumplir las leyes establecidas. A esa organización encabezada por el rey se le llama Estado. El Faraón además tenía un carácter divino, es decir, se consideraba que era un dios viviente. Como tal, su poder era ilimitado y todos sus súbditos estaban bajo su mando. Este tenía la misión de defender con su ejército al pueblo, así como de organizar las ciudades, construir canales para riego, favorecer la agricultura, fomentar el comercio y administrar los excedentes agrícolas para superar con éxito los años de malas cosechas.
El país estaba dividido en dos: el Alto Egipto, al sur y el Bajo Egipto, al norte, en la desembocadura del Nilo en forma de delta. Ambas regiones fueron unificadas hacia el año 3100 aC por el rey Nemes, soberano del Alto Egipto quien se habría convertido en el primer faraón y quien situó la capital en Menfis. Esta unificación se extiende durante varios siglos, pero se mantiene sin embargo, una estructura dualista, la de los “dos países”: el “Alto y Bajo Egipto” con dos capitales: Menfis al norte y Tebas al sur. El faraón usaba doble corona: blanca por el Alto Egipto y roja por el Bajo Egipto; dualismo que se continúa en otros símbolos políticos como el buitre por el sur y el papiro y la serpiente por el norte.
Fue Nemes quien estableció la primera dinastía (línea de reyes) del antiguo Egipto. El rey era la persona más poderosa del antiguo Egipto, y se le veneraba como la encarnación del dios Horus. A partir del año 1554 a.C., el rey recibió el título de «faraón» que significa «gran casa». Dos visires le ayudaban a gobernar y a recaudar impuestos. Otros funcionarios se encargaban de dirigir los principales departamentos del Estado: tesoro, obras reales (que supervisaba la construcción de las pirámides y las tumbas), graneros, ganado y asuntos exteriores. Todos y cada uno de los aspectos de la vida egipcia estaban bajo control del faraón.
Así, el gobierno de Egipto se convirtió en una monarquía absoluta y teocrática. El faraón era la autoridad indiscutible, sus súbditos lo creen dios o hijo de dioses, descendiente de Horus y de Ra; por ello la monarquía era sagrada, vitalicia y hereditaria. Todo Egipto le pertenece al faraón: la tierra, los hombres, las cosechas. Dirige toda la vida económica: la producción agrícola, la actividad artesanal, el comercio y la construcción de las obras públicas. Es el jefe de los ejércitos, sus decisiones son siempre respetadas, es el principal sacerdote y el juez supremo.
Estado Persa
El origen del imperio persa se encuentra en los pueblo pastores de origen indoeuropeo (medos y persas) que se asentaron en la meseta del Iran hacia el año 1.500 a. C. Organizados como tribus, eran dirigidos por las familias mas poderosas, (nobleza). Una de estas familias, la de los Aqueménidas fue la creadora el imperio.
Un miembro de esta familia, Ciro el grande (550-530 a.C.), unificó a los persas, sometió a los medos, tomó Babilonia y extendió el territorio hasta Asia Menor, después de anexionarse las colonias griegas de esta zona. Su hijo Cambises (530-521 a. C.) conquistó Egipto. El gran organizador del imperio fue Darío I (521-486), que conquistó los territorios hasta el río Indo por el Este, y de Tracia y Macedonia (Grecia) por el Oeste.
El rey mandaba en el ejército, era juez supremo y gobernaba en todo el territorio, que estaba dividido en satrapías. La satrapía era como una gran provincia administrada por un sátrapa, que representaba al rey; sin embargo el monarca los tenía controlados mediante un jefe militar y un secretario real, que a su vez eran controlados por inspectores reales (los ojos y oídos del rey).
La decadencia del imperio empezó a mediados del siglo V a. C. por el enfrentamiento con los griegos en las guerras médicas (del nombre que recibían los persas, que habían incorporado por conquista el pueblo de los medos), y desapareció en el siglo IV a. C. bajo el dominio de Alejandro Magno.
Estado romano
La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres libres (ciudadanos, libertos y clientes) y esclavos. Patricios y plebeyos formaban el grupo de ciudadanos aunque con diferentes derechos.
Los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gentes, familias con un antepasado común. Formaban una clase privilegiada, gracias a la posesión de grandes latifundios, y política, ya que eran los únicos ciudadanos con derechos políticos.
Los plebeyos eran ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación y únicamente poseían derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales
Había también un pequeño número de clientes, libertos y esclavos que realizaban todo tipo de trabajos. Los clientes eran libres pero mantenían alguna relación de dependencia jurídica con el patrono del que recibían protección. Los esclavos pertenecían a un señor o al Estado y carecían de derechos. Habían llegado a esta situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra.
Los libertos eran antiguos esclavos que habían conseguido la libertad por compra o por los méritos realizados.
• Forma de gobierno:
El gobierno de Roma se organizaba a partir de tres instituciones, rey, senado y asambleas (comicios centuriados). El rey poseía amplios poderes (militar, legislativo, religioso...). Era electivo y con carácter vitalicio. El Senado, formado por los páter de familias de las principales gentes, asesoraba al rey en los principales asuntos.
Los comicios eran las asambleas en las que participaban los patricios. Tenían ciertas competencias legislativas y judiciales, y elegían también al rey a propuesta del Senado.
• La creación y desarrollo de un nuevo sistema político de tipo republicano:
La expulsión de los etruscos trajo consigo la creación de un nuevo sistema político, una república de tipo oligárquico. Los patricios reforzaron sus privilegios al sumar a su riqueza el control del poder político. La aristocracia patricia monopolizaba las dos instituciones clave, magistraturas y Senado, ya que las asambleas tenían menos poderes.
• Instituciones de la República ( 509 a.C.- 27 a.C.)
La República estableció un sistema que evitaba los abusos de poder al separar las funciones ejecutivas y legislativas, y al ser los cargos colegiados, electivos y temporales. A pesar de ello, era un modelo claramente oligárquico, ya que el acceso a las principales instituciones estaba reservado a los patricios.
La exclusión de los plebeyos provocó una sucesión de conflictos sociales que terminaron con una igualación de los derechos políticos entre patricios y plebeyos en el s. III a.C.
Las instituciones que regían la vida romana eran las magistraturas ordinarias y magistraturas extraordinarias, el Senado y las Asambleas.
Los cargos del período republicano tienen tres características siempre; son electivos, colegiados y temporales. La carrera política se hacía siguiendo un escalafón, el denominado cursus honorum.
Se comenzaba en las magistraturas menos importantes. Si se demostraba capacidad, y se contaba con apoyos económicos y políticos se obtenían por elección magistraturas de mayor rango. De esta forma el sistema romano garantizaba la competencia y honestidad de los cargos de mayor responsabilidad.
• Alto Imperio: el principado ( 27 a.C-192 d.C.)
Se mantiene una estructura social similar a la de la última época republicana. Los únicos cambios son el aumento del número de esclavos y libertos, como consecuencia de la continuación de la expansión, y la concesión que hizo en el 212 el emperador Caracalla de extender el derecho de ciudadanía a todos los hombres libres del Imperio (en esos momentos no suponía ningún privilegio, ya que
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