El Griego Bizantino
Bigail25 de Mayo de 2013
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EL GRIEGO MEDIEVAL O BIZANTINO
Desde que Constantino trasladó la capital del Imperio Romano a Constantinopla, en el año 330, hasta la conquista de esa ciudad por los turcos en 1453, el centro del poder político y cultural helénico pasa a esta ciudad, situada a orillas del Bósforo. La ciudad de Constantino, con sus tres nombres, Constantinopla, Bizancio o Estambul, se convirtió pronto en una nueva metrópoli magnífica, capital de un Imperio que se sigue llamando Romano (Romaiós), aun cuando después de Teodosio ya no sea el centro de todo el Imperio, sino tan sólo de la mitad oriental. Pero el Imperio Romano de Oriente va a sobrevivir mil años a la caída de la vieja Roma, arrasada por Alarico en 410, y a la destrucción del Imperio en Occidente, cuyo último emperador es depuesto por los bárbaros en 476.
En esa larga etapa histórica de tantos siglos, el Imperio de Bizancio conoce épocas de esplendor y una tormentosa agonía. Sus fronteras van reduciéndose, sus relaciones con el mundo latino son difíciles, su Iglesia Ortodoxa se escinde de la de Roma, Constantinopla sufre los horrores de la conquista en la Cuarta Cruzada en 1204, pero sigue siendo el baluarte de una civilización y el centro que conserva la tradición, y especialmente los textos clásicos antiguos. Tras la caída de Constantinopla, esos textos llegarán a Occidente, a través de Italia, y darán como fruto el Renacimiento. Durante muchos siglos en el Occidente bárbaro se ignora el griego, mientras que éste pervive como lengua del mundo bizantino. Es el griego medieval o bizantino, la lengua de Bizancio.
Tras la caída de la ciudad, tomada por los turcos, ya no quedó ningún poder político o un Estado que protegiera la lengua. Estambul fue entonces una espléndida capital otomana, de lengua turca. Los griegos estuvieron sometidos al Imperio Turco hasta bien entrado el siglo XIX. Ellos siguen hablando griego en un país empobrecido mientras que de la prestigiosa civilización del mundo antiguo persisten en la antigua Hélade tan solo las ruinas que descubrirán los viajeros románticos. En esos siglos, del XV al XX, el Humanismo recupera en Occidente los textos clásicos, que se copian y estudian con fervor, primero en Italia y luego en otros países. Renace el conocimiento del griego clásico a partir de los manuscritos traídos por los sabios escapados de Bizancio, que se traducen y editan, se comentan y sirven de estímulo a toda la cultura del Renacimiento y luego de la Ilustración, y a partir de ahí surgen los estudios filológicos sobre el Helenismo y la Grecia Clásica que culminan en las Universidades de Europa de los últimos siglos.
GRIEGO MEDIEVAL (330 A.C. - 1453 D.C.)
En este periodo, llamado helenístico, el dialecto ático, hablado por las clases cultas, los mercaderes y los emigrantes, se convirtió en lengua común por todo el Oriente Próximo. Al mezclarse los griegos con otros pueblos, la lengua cambió; el ático se convirtió en la base de una nueva forma del griego, la koiné (la norma), que se extendió por todas las áreas de influencia griega. Durante el imperio helenístico la koiné fue la lengua de la corte, de la literatura y el comercio.
Esta gradual divergencia de la lengua de Platón y Demóstenes fue contemplada por los puristas como una decadencia, marginando su uso escrito lo que creó una sima entre la lengua cotidiana y la arcaizante, poniéndose de moda publicar manuales de buen uso de la lengua en los que equivalentes áticos de las innovaciones koinés eran recomendados para la imitación del estudiante.
El dialecto así formado se llamó lengua común -he koine dialektos- y en ella escribieron sus obras, entre otros, el Filósofo Aristóteles, el historiador Polibio y el moralista Plutarco. Asimismo este dialecto constituye el fondo del griego bíblico, así del Antiguo como del Nuevo Testamento, siendo la base de la traducción de la Septuaginta hecha en el siglo III a. C. Numerosas inscripciones permitieron a los estudiosos trazar su progresión a expensas de los antiguos dialectos, al menos en la lengua del comercio y de la administración, aunque algunos dialectos rurales lograron sobrevivir hasta el siglo II d. C. La koiné fue la lengua coloquial en el Egipto urbano, pudiendo estudiarse su existencia por los papiros que se remontan hasta el siglo IV a. C. A grandes rasgos se puede decir que su periodo se extiende desde las conquistas de Alejandro en el siglo IV a. C. hasta el reinado de Justiniano en el VI d. C.
Durante el período bizantino la lengua griega perdió su antiguo carácter, por la evolución de sus formas y por la mezcla de elementos extraños, dando origen al griego moderno.
EL GRIEGO BIZANTINO
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, el mundo griego recobra su protagonismo cultural y político, pero tiene ahora su epicentro en la ciudad de Constantinopla, la antigua Bizancio que da nombre a este periodo de la historia del griego. En este periodo comienza de nuevo una fragmentación del griego en dos. Por un lado hay una tendencia culta y literaria que tiende a continuar lo más posible la lengua antigua, la koiné. Por la otra, la lengua popular se separa cada vez más de esta lengua culta. En esta lengua se producen cambios lingüísticos que podríamos comparar a los ocurridos entre el latín clásico y el vulgar. La declinación se reduce. Desaparece el dativo. El sistema vocálico pierde el rasgo de la cantidad como elemento diferenciador de fonemas. La conjugación sufre también una importante reducción, del rico paradigma verbal del griego clásico se pierden un buen número de sus formas
Sin embargo, esta evolución no llega a perder de vista nunca sus raíces, al contrario de lo que pasó entre el latín y las lenguas románicas. Este hecho hace posible que no se pierda la unidad del griego. En el periodo bizantino continúan las aportaciones al griego, como la enciclopedia de la Suda y muchas otras.
LA HISTORIA MEDIEVAL DE BIZANCIO
La historia del Imperio Bizantino es la de un lento pero continúo declinar. En primer lugar los pueblos eslavos limitaron los territorios europeos del Imperio a la propia Grecia y parte de Tracia. Después, en el siglo VII los árabes arrebatan al Imperio la parte más sustancial: Siria, Egipto, Palestina.
En el s XI las relaciones con el occidente cristiano se rompen tras el llamado cisma de Oriente, esto aleja definitivamente el Imperio Bizantino de la Europa occidental
Durante las cruzadas las malas relaciones con los reinos cristianos de Occidente hacen a Constantinopla caer en sus manos en el s XIII. Rodas y Chipre son usadas como plataformas para las incursiones a Tierra Santa.
Por último los turcos van arrinconando el antiguo Imperio en torno a su capital, que cae en manos turcas en 1453.
ETAPA HELENÍSTICA
A partir de la muerte de Alejandro Magno (333 a. C.) la lengua griega, gracias a la extensión alcanzada por las conquistas de Alejandro, se difunde como lengua de cultura por amplias zonas de Asia. A partir del siglo IV a.C., la lengua griega alcanzó cierta uniformidad (por eso fue conocida como lengua 'común' o coiné) con el dialecto jónico ático como núcleo, debido a la influencia de la cultura ateniense.
Los romanos, posteriormente, la adoptan como lengua de gran prestigio cultural.
ETAPA BIZANTINA
El legado cultural griego se mantuvo vivo en la zona oriental del Imperio Romano, donde el griego seguía siendo prácticamente la lengua oficial. Hacia el siglo XV, cuando el imperio bizantino se tambaleaba por el empuje de los turcos, se introdujeron en Europa, principalmente a través de Italia, numerosos testimonios escritos de la cultura griega. Ésta fue una de las razones que despertó un vivo interés por hacer 'renacer' en Europa los valores de la antigüedad clásica. De ahí el nombre de Renacimiento con que se suele designar en Europa las manifestaciones artísticas, culturales y sociopolíticas más notables que van desde el siglo XV a principios del XVI.
EL GRIEGO BIZANTINO Y EL GRIEGO MODERNO
Desde el traslado de la capital del Imperio Romano a Constantinopla (330) hasta su conquista por los turcos (1453), esta ciudad (llamada primero Bizancio, después Constantinopla y hoy Estambul) se convirtió en el centro de poder político y cultural helénico y su lengua es el griego medieval o bizantino. El Imperio Bizantino sobrevive diez siglos a la caída de la vieja Roma, arrasada por Alarico en 410 y a la destrucción del Imperio Romano de Occidente una vez depuesto su último emperador por los bárbaros en 476.
Los griegos, sometidos al Imperio Turco, en su país continuaron hablando griego pero hasta el XIX no volvió a ser su idioma oficial de la Grecia libre. Mientras tanto, en Occidente, durante la edad Media, se ignora la lengua griega (al margen de los manuscritos se anotaba Graecum est; non legitur), hasta que el Humanismo (S. XIV-XIX) recupera los textos clásicos, a partir de los manuscritos de los bizantinos huidos, que se traducen cuidadosamente, se comentan ampliamente y se estudian, primero en Italia y luego en otros países.
BIZANCIO
<<A ti apelo, oh alma, no ya leída, erudita, sabia, estudiosa; sino sencilla, ruda, inculta, analfabeta, alma del pueblo, del vulgo, del labriego. Me es necesaria tu impericia, porque de los peritos nadie fía>> TERTULIANO, 160-246
Al hablar de Bizancio, partimos del error de llamar por otro nombre a un pueblo que se consideraba a sí mismo romano, que se regía por sus leyes y que soñó toda su existencia con la reunificación del territorio que antaño estaba bajo el dominio de los césares. Esto
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