El Ideal de lo Práctico

Safford, F., (1989). El Ideal de lo Práctico. El desafío de formar una élite técnica y empresarial en Colombia. Empresa editorial Universidad Nacional. El Áncora editores. Bogotá.

El Ideal de lo Práctico, es un libro que surgió, según su autor, Frank Safford, historiador norteamericano, en 1965, de manera inesperada, gracias al encuentro por el autor de algunas cartas de jóvenes colombianos que hicieron carreras universitarias en Estados Unidos durante el siglo XIX.  El autor propone dos vías de influencia que pueden ayudar a entender el poco éxito alcanzado por dicha empresa, que son, en una vía, la influencia de los valores sobre las formas culturales, y en vía contraria, la influencia de las formas culturales sobre la conformación y mantenimiento de dichos valores.

La primer vía de influencia analizada es la de los valores sobre las formas culturales, esta vía se presenta como La herencia cultural, esto es, el legado adquirido de generaciones pasadas que de una manera u otra terminaron influyendo y determinado las formas culturales propias de Colombia, principalmente, los ideales burocráticos heredados en la época de la colonia; se eternizó la idea de “la asociación del trabajo con la servidumbre y del ocio con el honor” (1989, p. 26). Estos ideales, llevaron a un interés tardío sobre el trabajo técnico, las carreras honorables, a las que además tenían acceso sólo la clase privilegiada, estaban relacionadas con la filosofía y el derecho, y no con la ingeniería o la artesanía.

La segunda vía de influencia, la de las formas culturales sobre la conformación y mantenimiento de dichos valores, ésta vía está formada tanto por las condiciones geográficas como por la estructura social, Por un lado, tanto las zonas montañosas, como las zonas costeras apartadas, dificultaron el desarrollo temprano de vías de transporte en el territorio colombiano, lo que hacía que cada departamento desarrolla una economía en su mayoría independiente y apartada de los demás, sin un interés o posibilidad de un crecimiento económico, que impulsara deseos de nuevas formas de producción. Por otro lado, la estructura social, conformada por una pequeña clase alta privilegiada, y una mayoritaria cantidad de sirvientes y esclavos.

Aunque, cualquiera que quisiera hacer parte de este progreso de capacitación técnica, debía estar establecido dentro de la clase alta. Esto se refleja en la situación paradójica, que quienes fueron los principales impulsores de los fundamentos de lo prácticos, siguieron a su vez, en el desarrollo de sus vidas personales, metas honorificas alcanzadas por la instrucción intelectual.

La ciencia y la tecnología se constituyeron en nuevos símbolos de poder, y solo unos pocos de quienes se mostraban interesados tenían un compromiso real con ellas, y pese a que las condiciones económicas se hacían poco a poco más favorables, un verdadero avance en las formas técnicas aún hoy no alcanza los niveles de cambio esperados.

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