El Imperio Romano
lalitanaye26 de Noviembre de 2013
3.273 Palabras (14 Páginas)306 Visitas
Desde el siglo II a. C., la actividad política de Roma se transforma para llegar a la desgracia de las guerras civiles. Las exigencias de un Estado extenso territorialmente eran agravadas por las de las numerosas provincias, y no se podía hacer frente a estos problemas con la estructura de las ciudades- estado; esto llevó a una creciente desunión que llevó a las luchas armadas desde los Graco a los triunviros, dentro de las clases sociales y políticas dominantes.
La transformación de Roma de ciudad- estado a un Imperio, fue un proceso largo que comienza con el expansionismo por el Mediterráneo, esto produce una crisis en las estructuras republicanas y la única solución es el fin de la República; ya que se había profundizado la distancia entre las masas y los grupos dirigentes, y las guerras civiles eran la solución a estos conflictos armados.
La constitución de un fuerte poder central y de carácter personal es la respuesta a la fragmentación del poder cívico y a la profunda crisis que se vivía en todos los ámbitos, tanto sociales, políticos, militares y económicos en el Estado romano.
En la situación Imperial de la segunda mitad del siglo I a. C., la restauración republicana es una utopía, y así lo vio Octaviano, que luego de vencer la última guerra civil es el único dueño de Roma, y él le dio a su gobierno una apariencia republicana que no esconde la realidad monárquica de este, llamado “principado”.
Desde Sila (138-78 a. C.) en adelante, y especialmente con Pompeyo y Cesar se notaba la necesidad de reestructurar las relaciones del poder y las provincias, ya que no podían seguir siendo consideradas solo como fuente de recursos para el Estado; comenzaban a descubrir la coherencia de los poderes concentrados de tipo monárquico para los gobiernos vastos territorialmente, y que los regímenes republicanos eran un sistema para territorios más pequeños. Con la muerte de Julio Cesar queda demostrado que la tiranía no es el método para llevar todo esto a cabo dentro del Estado romano.
Una vez muerto Cesar (44 a. C.), Antonio como cónsul lleva a cabo una tradición de la república, la repartición de las provincias y lo hace entre Lépido, Dollabella y él; pero llega a Roma Octavio, heredero, sobrino e hijo adoptivo de Cesar, adoptó el nombre de C. Julio Cesar Octaviano, se enfrenta con Antonio y para esto hace una alianza con el Senado y vencieron. El Senado quería imponerse, pero Octaviano logró que lo nombraran cónsul el año 43 a. C. Octaviano y Antonio volvieron a enfrentarse con Lépido como mediador, y así nace una nueva forma de gobierno, aunque con antecedentes del primer triunvirato, pero con base legal. Ocvtaviano, Antonio y Lépido asumieron el título de tresviri rei publicae contituendae, una dictadura de tres encubierta. Octaviano debía vengar a Cesar y cumplir con su testamento, preocuparse de los veteranos; lo primero lo logró Antonio y lo segundo le fue de gran ayuda cuando fue nombrado enemigo público por el Senado (debido al problema del testamento), y recibió el respaldo de los veteranos. Este asunto enturbió las relaciones de los triunviros y se llegó a un nuevo reparto de territorios (40 a. C.), pero en el 36 a. C logra quitarle las tierras a Lépido y queda como el señor de Occidente, el Senado lo llena de honores y logra la tan ansiada paz para su territorio.
Mientras tanto, Antonio está en Oriente. Cleopatra, nombrada por Antonio como la soberana del Estado cliente de Roma, ella logra gran influencia sobre él, y Antonio reorganiza los territorios de Oriente, y Egipto salió ampliamente favorecida. Antonio rompe relaciones con Octaviano, pero Roma seguía siendo soberana de Oriente. Pero Antonio no era querido en Roma y Octaviano logró que no se aceptaran las organizaciones en Oriente, y esto llevaría a ña guerra civil, y se convence al pueblo de que el enemigo no era Antonio, que no era una guerra civil, sino que la lucha de Roma con un gobierno exterior, que eran Cleopatra y Antonio; y se acusó a Antonio de querer destruir el dominio romano. Antonio se suicida el año 30 a. C. y luego, Cleopatra siguió el mismo camino, quedando Octaviano como señor de Roma y como heredero de los Plotomeos en Egipto.
Hasta ahora hemos visto brevemente como y en que situación Octaviano asumió el poder solo en su persona, él noto desde el año 36 a. C. la gran necesidad de paz y seguridad que el Imperio quería, él se presentó como un restaurador del orden del Imperio y son su labor principal tanto en Italia como en las provincias del Imperio. La concepción de esta paz no era otra cosa que las bases para un nuevo orden, el que no debía alejarse de las líneas tradicionales de la república y sus instituciones, pero igualmente él fue el único monarca y así pudo alejar a Italia de las guerras civiles. El paso de República a Imperio respondía a la exigencia de ciertos grupos por la legalidad, aunque nunca se asumió al Imperio como una real monarquía y se esmeraron por definir al Imperio como una República, hay algunos que apoyaron al poder centralizado, como algunos que lo querían lo más lejos posible por constituir una pérdida de libertad.
Agripa, en una discusión ficticia con Mecenas, de Dion Cassio, le aconseja a Augusto que tome el gobierno republicano, ya que él considera que la raza humana no podría aceptar el gobierno de uno solo ya que ha vivido con libertad, y no le conviene satisfacer a unos pocos, como sería en una monarquía, ya que lograría rebeliones. Y que este sistema de gobierno de uno solo no es bien visto por los romanos, ya que ellos lucharon por una república, por su bien. También le dice que por lo extenso del territorio no es posible que pueda gobernar bien solo, entonces debe entregar los gobiernos del ejercito, de los cargos de Estado y fondos públicos, no solo por darle autoridad al pueblo, sino que por lo vasto del territorio es mucha presión para un solo hombre; también le plantea que solo en una república logrará que el pueblo pague sus impuestos de buena gana, ya que ellos verán que son por su bien, algo que no ocurriría en una monarquía. Él debe seguir estos consejos si desea morir en su cama de viejo.
En el caso de Mecenas, él le recomienda que continúe con un régimen monárquico, ya que él plantea que lo ha seguido antes, entonces cambiarlo sería su ruina.
Él le plantea que este sistema de gobierno llevado por buenas manos es fuente de beneficios para todos. Le recomienda que tenga un régimen centralizado y que termine con el comportamiento ingobernable de las masas, pero que no esclavice al pueblo y al senado, sino que mantenga las tradiciones e instituciones para así mantener cierta continuidad con la república, que revalorice las tradiciones ancestrales y la religión. También le sugiere que mantenga un gobierno tal, que no se tenga muy claro si realmente es una monarquía o una república, y que para llevar esto a cabo le quite influencia a las instituciones, pero que mantenga todos sus honores; o que les dé poderes a los caballeros, ya que entre más gente involucre en el gobierno, más súbditos tendrá y el Orden Ecuestre es un sector que depende exclusivamente de él. Esta clase es vital, ya que el régimen imperial es producto de ella y la representa, como la aristocracia es con la república. Es la forma de gobierno que le conviene, por lo que sus ministros y funcionarios deben venir de ahí.
Mecenas le explica que el Senado es una institución muy importante para los romanos, que es soberano, entonces le recomienda que compartan el poder pero aunque no tiene título de rey, que actúe como Cesar, su padre adoptivo, y que le de una serie de facultades y que hiciera una revisión de esta institución y luego una selección que se basara por habilidades y no por dinero, y que no reclute solo gente de Italia y que vuelvan a ser 600 hombres.
Mecenas también le plantea que debe engrandecer a Roma como capital del mundo, ya que como ahí vive el princeps, es un símbolo de poder. Pero también que a pesar de todas las medidas centralizadoras en su persona, no debe asumir el título de monarquía, ya que era mal visto. Y que tuviera cuidado con el poder, ya que podía llenarse de lujos y eso podía generar envidia y también el pueblo verá que el pago de los impuestos no van en beneficio del emperador. Que siempre defienda los intereses de los ciudadanos y que gobierne con el ejemplo, ya que la virtud lo llevará a la divinización y a ganarse el cariño de los súbditos, por lo que tampoco debe aceptar que le hagan estatuas.
Con todos estos consejos, podemos notar que al parecer, Octaviano habría escuchado a Mecenas, pero Agripa fue su colaborador y nombrado sucesor cuando el emperador enfermó; como esta fue una discusión ficticia y debemos ver la fuente del Res Gestae, sus memorias políticas, para definir desde las palabras del mismo Augusto a quien escuchó. Pero al parecer sería a Agripa, ya que él insistió en el hecho de que restableció la república como sistema de gobierno. En ella él parece hablar sobre tres temas: las obras que él realizó, los honores que recibió y los gastos en los que incurrió. El documento está escrito en primera persona y resalta la imagen del emperador.
El emperador se presenta como un restaurador de la república romana, y niega que él haya instaurado una nueva forma de gobierno, y lo negaba más a medida que se acercaba más a la monarquía, algo que por mucho que negara, no se podía ocultar la real presencia de factores monárquicos en su gobierno. Sostiene que su poder viene de su prestigio, y esto fue así porque él fue el pacificador del pueblo y defendió a la república amenazada por Antonio.
Augusto relata todos los logros de obtenidos durante
...