El empirismo de Malinowski.

A finales del siglo XIX la antropología sufrió un cambio radical en el modelo básico de su actividad científica, es decir hubo una crítica a las teorías evolucionistas que se venían desarrollando y en particular en la Escuela Británica. De un lado, la teoría animista con que Edward B. Tylor explicó el origen del sentimiento religioso humano se percibía demasiado especulativa para el gusto del siglo XX —la cual afirmaba que la noción primitiva de ánima nacía a partir de experiencias en sueños con muertos — y, por otro, La Rama dorada (1890) de James George Frazer despertaba sospechas, no solo por el abuso del método comparativo, sino por la manera despectiva como había condenado las antiguas modalidades del saber nativo, etiquetando, por ejemplo, la magia como una “hermana bastarda de la ciencia” (Frazer, 1993: 76).

En función de comprender este cambio radical de la antropología encontré necesario partir de un punto de referencia que lo materialice, y este será el antropólogo polaco Bronislaw Malinowski. En primer lugar es importante tener claro qué planteamientos hizo Malinowski acerca de la cultura y el porqué de su corriente funcionalista para dar lugar al gran aporte que transformó el quehacer antropológico y cómo ha llegado hasta nuestros días.

La influencia del funcionalismo planteado por Durkheim es determinante en la formación como antropólogo de Malinowski, un punto de partida para conocer los alcances de su influencia es a partir del concepto primordial de función. En Malinowski la función se expresa a partir de dos aspectos: el primero se refiere al estudio de las instituciones a partir de su correspondencia funcional. El segundo hace referencia al análisis de la contribución de las instituciones para el mantenimiento de la estabilidad social. La correspondencia de las instituciones en Malinowski se basa en la afirmación de que un elemento cultural solamente adquiere significado en su relación con la totalidad (Romero Contreras, A.Liendo Vera, 2003).

Con base en lo anterior es como Malinowski concibe la existencia de la cultura en función de satisfacer las necesidades biológicas, psicológicas y sociales del individuo.

"La función, en este aspecto más simple y básico de la conducta humana, puede ser definida como la satisfacción de un impulso orgánico por medio del acto apropiado. Como es obvio, forma y función están inextricablemente relacionadas".

Malinowski (1944), Una teoría científica de la cultura: 90.

Lo anterior no significa que Malinowski pensara que los rasgos culturales tuviesen funciones simples, sino que las instituciones están relacionados en un sistema integrado (cultura) para cumplir unas funciones complementarias.

En síntesis para Malinowski la cultura es, en primer lugar, un instrumento; pero también es un sistema en el cual cada parte existe como un medio para un fin.

Teniendo en cuenta lo planteado podemos dimensionar cuál fue el aporte de Malinowski al proporcionar un fundamento teórico a una nueva antropología que respondiera a las características de una ciencia natural, empírica y moderna. Reformó todo el modelo, la posición del antropólogo, el objeto de estudio, los métodos con los que se hacía etnografía.

Malinowski en la introducción de su obra Los Argonautas del pacífico occidental escribe:

La información que recibí por boca de algunos residentes blancos del distrito, de cara a mi trabajo, fue todavía más desanimadora que todo lo demás. Había hombres que habían vivido allí durante años, con constantes oportunidades de observar a los indígenas y comunicarse con ellos, y que, sin embargo, a duras penas sabían nada que tuviera interés. ¿Cómo podía, pues, confiar en ponerme a su nivel o superarlos en unos cuantos meses o en un año? Además, la forma en que mis informantes blancos hablaban sobre los indígenas y emitían sus puntos de vista era, naturalmente, la de mentes inexpertas y no habituadas a formular sus pensamientos con algún grado de coherencia y precisión. Y en su mayoría, como es de suponer, estaban llenos de prejuicios y opiniones tendenciosas inevitables en el hombre práctico medio, ya sea administrador, misionero o comerciante, opiniones que repugnan a quien busca la objetividad

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