El oficio de historiar

Fecha:

19 Junio 2020

Alumno:

Alberto Tadeo Piedras Arteaga

Ficha bibliográfica:

González, Luis,

El oficio de historiar

Zamora, Mich.

El Colegio de Michoacán,

1999.

Trayectoria del autor:

Luis González y González, San José de Gracia, Mich. (1925-2003)

Nació en San José de Gracia, Mich. (1925). La carrera de historia la hizo en El Colegio de México (1946-49), bajo la dirección de célebres maestros españoles en el exilio, y de los doctores Daniel Cosío Villegas y Silvio Zavala.

Posteriormente hizo estudios de posgrado en la Universidad de París, Francia (1952), y asistió a diversos cursos en el Collège de Francia, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y en El Colegio de México. Obtuvo la maestría en ciencias históricas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia con la tesis La tierra y el indio en la República Restaurada (1956).

Fue becario del gobierno de Francia, de la Fundación Rockefeller y, posteriormente, copresidente de la Sociedad Mexicana de Historia (1953).

Entre sus obras más conocidas se encuentran Invitación a la microhistoria (1972), Nueva invitación a la microhistoria (1982), El oficio de historiar (1988), con Emma Cosío Villegas y Guadalupe Monroy La República restaurada. Vida social (1956), El liberalismo triunfante (1975), Los artífices del cardenismo (1978), Los días del presidente Cárdenas (1981), La ronda de las generaciones (1984), El Congreso de Anáhuac (1963), Pueblo en vilo. Microhistoria de San José de Gracia (1968), La tierra donde estamos (1971), Zamora (1978), Sahuayo (1979), Michoacán (1980), La querencia (1982), entre otros.

Fue director de Historia mexicana (1960-1964), editada por El Colegio de México, y colaborador de la revista Historia de América, Cahiers de l’Histoire Mondiale, América indígena, Humanistas, etc.

Recibió numerosos homenajes y reconocimientos: desde 1973 era miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia, correspondiente de la española y, desde 1974, miembro correspondiente en el extranjero de la Académie des Sciences, Agriculture, Arts et Belles Lettres, de Aix en Provence, Francia.

Asimismo, era miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y, desde 1987, miembro del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México. Fue presidente de la Junta de Gobierno de El Colegio de Michoacán desde su fundación en 1979, hasta 1985, institución de la que fue nombrado Profesor Emérito en 1995. En el año 2001 la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo lo nombró Doctor Honoris Causa.

Por Pueblo en vilo obtuvo el Premio Haring de la American Historical Association (1971), y en 1983 recibió el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Filosofía. En 1999, el rey Juan Carlos I de España le confirió la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y, el 23 de octubre del 2003, el Senado de la República le otorgó la Medalla “Belisario Domínguez”.

Ingresó a El Colegio Nacional el 8 de noviembre de 1978; su conferencia inaugural, “La historia académica y el rezongo del público”, fue contestada por el doctor Silvio Zavala.

El doctor Luis González y González murió el sábado 13 de diciembre de 2003 en su pueblo natal, San José de Gracia, en cuyo cementerio fue sepultado un día después.

https://colnal.mx/integrantes/luis-gonzalez-y-gonzalez/

Análisis del texto:

Es un texto donde el historiador, siendo uno de los grandes historiadores en México, da la pauta a seguir escribiendo historia, da el cómo, poniendo sus principios, sus ideas, su propio ímpetu, para hacerlo.

El libro es su propio curso para historiadores, enriquecido con toda la experiencia adquirida por los años, por las vivencias, por sus propios textos y por los de sus colegas.

Se enriquece también con su propio ser, su pasión por escribir historia, por contar, como el dice, la verdad, la verdad sobre lo que sucede, y sucedió, para que quede muestra a generaciones venideras de lo que paso, en tal o cual lugar.

En su texto se lee la dedicación puesta en su trabajo, como logra interpretar años y años de incansable investigación, estudio y largos ratos de escribir y escribir. Busca un todo, desde lo menos, lo universal desde lo particular.

Demuestra que el no hace una catedra, hace una conversación, donde poco a poco va haciendo y diciendo la verdad de las cosas, la verdad en la historia. La conversación que logra en su libro, te lleva a una típica platica de pórtico provinciana.

En su naturaleza esta la generosidad. La generosidad en su ser se demuestra al no esconder el “secreto profesional” del historiador, lo revela, lo comunica en todo momento, para el no hay secreto, todo lo comparte y lo explica en sus conversaciones.

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