El principe, Maquiavelo, Capítulos: XVI y XVIII
pauman1 de Agosto de 2012
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“EL PRÍNCIPE” DE MAQUIAVELO, CAPÍTULOS: XVI Y XVIII.
Introducción: Leyendo y analizando la obra de Nicolás Maquiavelo, escrita en 1513 y que considero es un tratado de una doctrina política que desarrolla los principios de una política rigurosamente realista, partiendo de lo que las cosas realmente son, han sido y serán siempre (no lo que deberían ser); comprendo más las estrategias utilizadas por los gobernantes, sobre todo ahora que se han llevado a cabo las elecciones para elegir a nuestro presidente.
Desarrollo: Las pasadas campañas electorales en México, realmente hicieron gala de prodigalidad, ya que los candidatos a la presidencia no mostraron lujos pero consumieron toda su fortuna e hicieron todo lo posible por conseguir dinero para ganar adeptos, mostrándose ante todos benevolentes, prometedores y sobre todo dieron la apariencia de que eligiendo a uno de ellos, México olvidará la pobreza, siendo que tal prodigalidad, perjudicará a muchos y beneficiará a unos cuantos. Porque la realidad es otra, quien ocupe la silla presidencial, para recuperarse, será tacaño y autorizará absurdos impuestos y todo aquello que le proporcione fortuna para seguir proveyéndose de riqueza, lo que a la larga le traerá el desprecio y la crítica del pueblo. Convendrá ser tacaño porque las entradas le servirán para defenderse de los que le hagan la guerra y de otras tantas cosas; gastará en obras sin perjudicar al pueblo pero con dinero de ellos. Cuidará su dinero y despilfarrará el ajeno, siempre entre el antagonismo de prodigalidad y tacaño, ganando con ello reputación. Tomando en cuenta que si sólo conservara la prodigalidad, lo conduciría a la pobreza y odio.
Por otro lado y siguiendo con los principios políticos de Maquiavelo, recordemos que la palabra dada, en antaño era digno de alabanza, hoy debe ser el presidente, astuto para no cumplirla y no perder credibilidad con los que confían en su lealtad y honestidad. Haciendo alusión, al pasaje literario que cita la crianza y educación que proporcionó el centauro Quirón a los príncipes, un presidente, debe para combatir utilizar dos armas, cualidades naturales e indispensables para lograr el triunfo, una la fuerza como las bestias y otra las leyes como hombre. Debe ser como el león, que no sabe protegerse de las trampas pero sí sabe espantar a los lobos y debe ser como zorro porque no sabe protegerse de los lobos pero sí conoce las trampas, debe tener presente que una sin la otra no sirve de nada, debe hacer uso de ambas, pues la política se basa en lo que la naturaleza y pasiones humanas son inevitablemente: maldad, volubilidad, ingratitud, ambición y envidia. Por otro lado, la palabra se sostiene si hay intereses y hasta que desaparezcan las razones por las que se prometió; se debe ser hábil en fingir y disimular, ya que el hombre obedece a las necesidades del momento, el que engaña siempre encontrará a quien engañar; es bueno tener estas habilidades en apariencia ya que no es bueno tenerlas y practicarlas siempre porque es perjudicial. En el poder se obra contra la fe, la caridad, la humanidad y la religión sin embargo el presidente debe tener la capacidad de adaptarse a las circunstancias y estar del lado del bien pero si es necesario ir a lado del mal, hacerlo. Cinco virtudes tendrá que mostrar, ser piadoso, fiel, humano, recto y religioso; al escucharlo debe transmitir clemencia, fe, rectitud y la religión misma, ya que no se debe olvidar que “Todos ven lo que pueden ver, no lo que realmente es” y las minorias, no se oponen a lo que la mayoría ve ya que en las acciones éstos, atienden a los resultados, el vulgo se deja engañar por las apariencias y éxito y siempre cuenta lo que la mayoría percibe, ve, acepta o rechaza. Por ello el presidente electo, predicará concordia y buena fe pero será enemigo de ello porque de lo contrario perdería fama
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