Ensayo – Los líderes de la Revolución Mexicana

Tecnológico Nacional de México.[pic 1]

Campus Querétaro.

Ensayo – Los líderes de la Revolución Mexicana

Autor: Gustavo Martínez Guerrero.

Taller de liderazgo

Prof.:

Grupo:

Semestre AGO-DIC 2020

Los líderes de la Revolución Mexicana

Normalmente relacionamos en liderazgo en ámbito que para nosotros son los más comunes o donde se supone que debemos de aplicarlo pues en esas situaciones es necesario que destaquemos para comenzar a dirigir. Desde muy pequeños se nos enseña que un líder es aquel hombre que ha estudiado en los mejores colegios del país o del extranjero, un hombre sumamente educado, bien vestido, formal, con una gran presencia, bastante inteligente y hasta cierto punto bien parecido; ese hombre normalmente es el Ceo o el gerente general de cualquier empresa transnacional, que se la pasa solo en juntas donde da el visto bueno a los proyectos, administra las tareas y rápidamente llama a la gente que está a su servicio para que los más pronto posible le lleven el auto último modelo que se encuentra en su garaje para que pueda acudir a su club deportivo favorito. Ese hombre no escatima en gastos porque tiene dinero de sobra, una familia feliz, una reputación intachable, viaja la mayor parte del año y para todo el que lo conoce parece ser el hombre más afortunado del mundo, prácticamente tiene la vida resuelta.

Pero lo cierto es que un verdadero líder no tiene nada que ver con el tipo de educación que hayas recibido, las marcas de las prendas que utilices, el número de lenguas que hables, el dinero disponible en tu cuenta o si eres parte del club más exclusivo de la ciudad.

Ser un líder va incluso más allá de todas las definiciones que podamos encontrar en diferentes libros, páginas web, diccionarios o enciclopedias, cada individuo tiene características tan únicas y especiales que incluso es difícil determinar específicamente su estilo de liderazgo pues, aunque logre encajar en alguno de los ya establecidos podemos distinguir características que lo van a hacer diferente a todos los miles de líderes que existieron, existen y existirán.

La forma en la que vemos a un líder cambia y depende de la época en la que estemos viviendo pues si bien para nosotros un líder se ve como un gran empresario dueño de varias empresas valoradas en millones de dólares podemos decir que tal vez para nuestros padres o abuelos la idea de un líder era muy diferente, tal vez para ellos un líder era un actor, un basquetbolista o un gran cantante. Para generaciones anteriores seguramente un líder era un gran militar o teniente, seguramente también lo era un hacendado o un maestro de alguna escuela rural.

Ahora bien, también es cierto que sin importar la era en la que nos encontremos algunos líderes suelen destacar más que otros porque sus acciones tienen repercusiones (positivas o negativas) mucho mayores. Estos líderes logran que sus ideales se dispersen por todos lados, que estas ideas crucen fronteras, sean escuchadas, leídas y plasmadas por cientos de comunidades que se maravillan ante la llegada de una nueva oleada de pensamientos que parecen darle un nuevo aire a su cotidianidad y que pase lo que pase darán de que hablar por un buen rato.

Muchas personas se identifican con aquel personaje que se opone al régimen, al que parece rebelde, al que alza la voz, al que está dispuesto a luchar y dar la vida por aquel cambio que tanto él como millones de personas quieren ver en su nación con la esperanza de tener un futuro más próspero y prometedor, no sólo para ellos sino para sus hijos, nietos, bisnietos y las demás generaciones que vengan en las próximas décadas. Se identifican con ellos porque en el fondo es eso lo que siempre habían soñado hacer pero que, por el temor, la falta de visión o la preparación impidió que ellos fueran los líderes que hablarían por su pueblo y por muchos otros alrededor del mundo.

Si lo que deseamos es identificar con claridad a un líder entonces lo correcto sería fijar la mirada a cualquiera de las guerras y conflictos armados que han ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad pues es aquí donde son más fáciles de identificar, la diversidad es impresionante ya que a pesar  de luchar por los mismos ideales cada uno lo hace de una forma distinta, cada quien desde su “trinchera” y es realmente fascinante conocer la historia de cada uno de ellos, aprender de los motivos que los llevaron a destacarse entre toda la población, qué los hizo rebelarse, como decidieron llevar a cabo su lucha, conocer su carácter, su personalidad, incluso su apariencia física pudo ser fundamental para ser o no un verdadero líder.

En nuestro país la cantidad de conflictos armados que han ocurrido es basta, interesante, compleja y contrastante, pero podemos identificar ciertas batallas que fueron fundamentales para darle un cierto rumbo a nuestra nación y que de no haber ocurrido pues la situación en la que hoy nos encontramos sería realmente muy distinta. Si bien podemos hablar de la Independencia de México, Guerra de Reforma, la Batalla de Otumba, Batalla de Puebla, las Xochiyáoyotl, la Batalla del puente de Calderón, etc., existe en un movimiento que se desarrolló hace no mucho tiempo pero que hasta el día de hoy tiene una gran repercusión y que sin el nacimiento de este conflicto prácticamente la organización y la dirección del país sería muy diferente y nuestra carta magna seguiría siendo la de 1857; este movimiento es la Revolución Mexicana. A pesar de que como mexicanos recordamos muy bien este capítulo en la historia siempre es bueno volver a recordar este gran movimiento.

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que se dio entre 1910-1917 se inició como una lucha en contra de la perpetuación en el poder del general Porfirio Díaz, pero derivó en una guerra civil entre facciones que luchaban por la "auténtica revolución".

Diferentes grupos que tenían como bandera derechos políticos y sociales se unieron por ese objetivo, pero luego llevaron a cabo una guerra de guerrillas a lo largo de una de las épocas más convulsas para México, que dejó más de un millón de muertos.

Pese a ser una cruenta lucha por el poder, también tuvo frutos positivos (BBC News, 2018).

El domingo 20 de noviembre de 1910, desde las seis de la tarde, iniciaba el levantamiento armado convocado por Francisco I Madero para poner fin al gobierno de Porfirio Díaz, y establecer elecciones libres y democráticas. Así lo establecía el llamado Plan de San Luis proclamado por Madero desde su exilio en San Antonio, Texas. Ese manifiesto denunciaba los abusos del régimen porfirista y ofrecía, entre otros proyectos, restituir a los campesinos los terrenos que les habían sido arrebatados arbitrariamente.

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