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HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO.

Durante los años de 1750 a 1780 los novohispanos se fueron ormando una percepción desfavorable de la política ilustrada que se llevaba a cabo en ese tiempo. Ya que las medidas españolas no eran vistas como “reformas” que les beneficiara, sino como “cambios” que les restaban poder político y económico.

La secularización de las doctrinas y la expulsión de los jesuitas debilitaron al clero regular criollo; ya que el ejército no solo mantenía la defensa externa, sino aseguraba la obediencia interna, y en todos los ramos de la dirección civil, militar y eclesiástica el aumento en el número de españoles y su colonización en altos puestos desembocó en un control español mayor.

Una vez que se consolido el dominio político y el aumento a las divisas, España inicio alrededor de 1775 a hacer más hincapié en medidas que estimularan la economía mexicana, principalmente a los sectores externos de minería y comercio.

Se intento mejorar el sistema político-administrativo promulgando las ordenanzas de intendentes en 1786. En 1789 se extiende a Nueva España el libre comercio con los puertos principales de España, con esto se fomentaron obras publicas de alumbrado, agua potable y caminos a varias ciudades, esto ocurrió durante el gobierno del virrey Revillagigedo.

En Nueva España la corona directamente promovió la fundación de tres nuevas instituciones al nivel superior para ciencias y artes, los acontecimientos educativos y leyes de España influyeron para que durante ese periodo, los novohispanos extendieran la enseñanza primaria.

La mayor participación de dirigentes laicos en la promoción de la enseñanza primaria tenían sus antecedentes en las Sociedades Económicas de Amigos del País, el objetivo de las sociedades era la de fomentar la modernización industrial y agrícola de España por medio de la enseñanza técnica, el estímulo a los inventos y propuestas de cambios en la organización económica y social para premiar la iniciativa individual, la competencia y el ahorro, y así se disminuyeran los privilegios de los gremios, las Iglesias y la nobleza.

En 1782 dos regidores del ayuntamiento de México, propusieron la fundación de escuelas gratuitas de primeras letras que serian sostenidas por el municipio y ubicadas en las partes pobres de la ciudad.

Existieron dos proyectos; en el primero se sugirió la apertura de doce escuelas sin indicar medidas para financiarlas, el segundo fue más modesto, pero mejor pensado ya que proponía un impuesto adicional sobre la harina para costear la construcción de cuatro escuelas, de las cuales incluía el croquis arquitectónico.

Aunque los proyectos no prosperaron, ayudaron a estimular discusiones en las que se perfilaron las actitudes y opiniones del ayuntamiento sobre la educación primaria. Con esto se esperaba que la enseñanza

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