Estados Unidos
llorena_ramirez30 de Octubre de 2012
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LOS MILITARES, LA CIA Y EL FBI
La clase superior los controlan a través del Poder Ejecutivo y los relegan a un papel subordinado.
Los Militares
Los militares se han, convertido en una parte importante del sistema norteamericano, las necesidades de la 2ª GM y de la Guerra Fría llevaron a los militares a su posición destacada, en tanto que los beneficios de una economía de guerra permanente hicieron grata esta situación a aquellos que temían que podrían resultar una depresión de la reducción de los gastos de defensa; sin embargo el papel de los militares sigue siendo secundario en el contexto norteamericano.
En la lista de Hunter, de 475 jefes superiores de los años cincuentas, solo se incluía a tres militares aparte del presidente Eisenhower. Estos tres individuos apenas pueden considerarse como militares típico. Así es probable que el papel conferido a los militares durante los años cuarenta y principios de los cincuentas no fuera más que un fenómeno de la posguerra que empezaba a desvanecerse. Mills concordaba con Janowitz de que una gran parte del poder aparente de los militares se debía a deficiencia civil.
También la reorganización final del Departamento de Defensa y los acontecimientos de principios de los años sesenta hablan en contra de la tesis de que los militares habían adquirido una igualdad de posición en el seno de la élite del poder.
Robert McNamara subordinó más todavía a los militares durante los años sesenta. La estructura de la defensa había ido experimentando un cambio a partir del período de la posguerra. Los jefes de los departamentos del servicio fueron eliminados del gabinete y subordinados a un Secretario de Defensa que por ley no podía ser un elemento militar. Para tratar política militar se creó un Consejo de Seguridad Nacional que no incluye oficiales militares. El control de los militares por miembros de la clase superior se demuestra a través de un estudio que dirige el Departamento de Defensa, que es responsable de la selección automática a los puestos militares superiores y el Poder Ejecutivo del gobierno tiene completa libertad, por intermedio del Secretario de Defensa, de escoger sus jefes militares de entre el personal de rangos inferiores. De los secretarios que han dirigido el Departamento de Defensa los ocho que han desempeñado el cargo, cinco estaban inscritos en el Social Register y los otros tres eran: un abogado de una gran empresa, un presidente de la General Motors y un presidente de la Ford Motor Company.
Mills y Catton están en lo cierto cuando subrayan que los años de la guerra fueron críticos para la elite del poder en la posguerra, el propio Catton menciona, al final de su libro que los intereses creados de los conservadores habían vuelto a asumir a otra élite nueva. Durante el Nuevo Trato, los cabecillas de las grandes empresas se unieron al directorio político y para la 2ª GM ya habían logrado el dominio. Enlazados con el gobierno, ahora han pasado a la plena dirección política y han acelerado el relego de los políticos profesionales del Congreso a los niveles de poder intermedios.
Los elementos dominantes entre las grandes empresas eran contrarios a la reconversión a la producción del tiempo de paz, mientras la guerra no hubiese terminado. Catton opina que esto se debía al miedo de que una reconversión gradual confiriera una ventaja a los pequeños productores, pues los gigantes industriales seguían produciendo todavía para la guerra.
El conflicto de la reconversión empezó en el seno del War Production Board (Consejo de la Producción de Guerra), dirigido por Donald Nelson, vicepresidente de Scars Rocbuek. El hombre número 2 de WPB era Charles E. Wilson a quién el presidente Roosevelt y el director de la Defense Movilization, James Byrnes, consideraban indispensable, Nelson y Wilson estaban secundados en su tarea de adaptar el poder económico norteamericano a la producción de guerra con personal de 500 directivos de negocios. A la mayoría de estos directivos se les conocía como dollar-a-year men.
Nelson sorprendió a sus compañeros al ponerse del lado de los partidarios del Nuevo Trato y de los abogados de los pequeños negocios, que estaban a favor de un programa de reconversión del tiempo de paz cuando comenzara a disminuir el gasto de la defensa, más Wilson y una mayoría de los dollar-a-year men se opusieron al plan, lo mismo que el Departamento de la Guerra. Igualmente impotente en este conflicto era el Secretario de Marina, James Forestal, quien formaba causa común con el Departamento de Guerra y la mayoría del WPB. El desacuerdo acerca de la reconversión era una batalla entre Nelson y Wilson. Terminó cuando Nelson fue enviado en una misión especial (barco lento) a China y Wilson dimitió.
Según concluye Janowitz un pequeño grupo de civiles actuaban en los niveles superiores de los departamentos de Guerra y Marina, con considerable influencia en la adopción de decisiones relativas al abastecimiento y la organización. Las decisiones estratégicas las formulaban el Presidente con sus asesores inmediatos de confianza y algunas figuras principales de los jefes de Estado Mayor. Según Coffin, los militares fueron elegidos por votación por las grandes empresas. Durantes la guerra hubo otras cuestiones económicas importantes, además de la reconversión que fueron decididas en favor de las grandes empresas y de los dollar-a-year men; como fueron las concesiones de investigación científica y técnica de la guerra a grandes corporaciones y laboratorios; así como la exclusión del elemento obrero.
Por los motivos anteriores, los jefes militares están subordinados a las grandes empresas que son los que financian y los emplean al retirarse. A pesar de los lazos entre las empresas y las asociaciones, la interacción social entre los miembros de la clase superior y los militares sigue siendo mínima y no hay ninguna prueba de que los altos militares fueran asimilados a la clase superior.
Janowitz señala asimismo que se llevan a cabo pocos matrimonios entre la clase superior y la clase militar.
Los que no se adaptan al sistema tal como se le ordena desde arriba, no tardan en quedar eliminados, en tanto los que sí lo hacen son estimulados y ayudados por sus superiores. El proceso educativo culmina en la Industrial College of the Armed Forces (Escuela Industrial Superior de las Fuerzas Armadas), en donde los nuevos miembros de la élite militar son instruidos en la forma en que lo hacen los elementos de las grandes empresas con sus principales directivos. Los militares no desempeñan un papel predominante en el importantísimo proceso político de tomar decisiones.
La Central Intelligence Agency (CIA)
Creada en 1947 como parte del National Security Act (Acta Nacional de Seguridad) que inició la reorganización del control civil de los militares y creó el National Security Council.
La CIA es el elemento principal en un gobierno invisible dentro del poder ejecutivo, del que los periodistas de Washington David Wise y Tom Ross creen que lleva a cabo las decisiones políticas de Estados Unidos desde la Guerra Fría.
Es el núcleo de una organización que incluye otros nueve servicios de información, así como grandes empresas, fundaciones caritativas secundarias y algunas universidades e institutos universitarios. Este gobierno invisible está encabezado por el Special Group, encargado de trazar la política y cuyo cuartel general, en el Situation Room (Cuarto de la Situación), en los sótanos de la Casa Blanca, no incluye ni siquiera al Vicepresidente. Desde sus inicios, la CIA ha sido dirigida solo por miembros de la élite del poder.
Al estudiar todos los nombres mencionados por Wise y Ross en The Invisible Goverment, encontramos que muchas de las principales figuras de la intrigas de la CIA, por ejemplo, durante la Guerra Fría, son miembros de la clase superior, lo cual no parece tan antinatural por que son los miembros de la clase superior los que más experiencia tienen en materia de viajes, en el dominio de idiomas extranjeros y en todos los demás requisitos para desempeñar esta clase de función.
El Federal Bureau of Investigations (FBI)
El FBI no está dirigido por miembros de la clase superior, ni es probable que alguno de sus agentes provenga de dicha clase. Sin embargo, no llegó a su posición actual de poder sin el consentimiento expreso de miembros de la élite del poder. Muchos agentes del FBI se retiran después de 20 años de servicio o más para ocupar cargos en el mundo de los negocios.
Según Fred Cook el FBI debe su existencia y su carácter actual a dos de los presidentes del siglo veinte: Theodore Roosevelt y Franklin D. Roosevelt. El primero creó el servicio por decreto en 1908, desafiando la voluntad del Congreso, y el segundo le otorgó un mandato liberal para ejercer una vigilancia estrecha sobre la política del ala izquierda.
El organismo empezó a destacar por el papel que desempeñó en la 1ª GM, en la histeria del espionaje y el miedo a grupos de izquierda.
El poder y el relieve adquiridos por el FBI en los años treinta, en tiempos de Roosevelt no puede comprenderse por completo sin tener en cuenta a la National Crime Comisión (NCC), fundada en 1925 y que era un comité extragubernamental dedicado al desarrollo de una fuerte política gubernamental.
Los militares, la CIA y el FBI desempeñan papeles subordinados en el seno de la élite del poder. No posee iniciativa política, pero reúnen información para los que adoptan las decisiones y cumplen instrucciones de sus superiores en el Poder Ejecutivo del gobierno federal.
Excepto en tiempo de guerra,
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