Etapa Venezolana 1830 Al 1864
texasboy3 de Abril de 2013
3.310 Palabras (14 Páginas)786 Visitas
Antes del nacimiento de Venezuela como republica autónoma hay que tener en cuenta que previamente pertenecía a la Gran Colombia. Los documentos legales de esa unión era la Ley Fundamental de Colombia elaborada por el Congreso de Angostura en 1819 y la constitución de Cúcuta promulgada en 1821.
Había un Presidente y Vicepresidente: Bolívar y Santander. Páez era el jefe civil y militar del departamento de Venezuela. La Gran Colombia se dividía en tres departamentos; Cundinamarca, Venezuela y Quito.
Durante la vigencia de la Gran Colombia , en el departamento de Venezuela existía descontento sobre la forma que se llevaba a cabo las tomas de deciciones en Bogota, por tal motivo emerge con fuerza , el movimiento separatista conocido con el nombre de LA COSIATA, dicho movimiento dirigido por el General Paez, el 30 de abril de 1826.
Páez entonces decide formar un Gobierno Provisional al constituirse en Jefe de la Administración y expide un decreto donde convoca a la elección de diputados para un Congreso Constituyente que se reuniría en la ciudad de Valencia el 6 de mayo de 1830, el cual culminó con la creación de la República de Venezuela y el establecimiento de Valencia como capital provisional. La Constitución que debía regir la nueva República de Venezuela fue sancionada el 22 de septiembre de 1830, entrando en vigencia ese mismo mes.
El 24 de marzo de 1831 se practicó el escrutinio legal para elegir al Presidente de la República, resultando electo para el primer período constitucional de cuatro años como Presidente de la República, el General José Antonio Páez Herrera, quien obtuvo 136 votos (86,07%) de los 158 electores que sufragaron. Al día siguiente, se practicó la votación para elegir al primer Vicepresidente de la República, y como ninguno de los candidatos obtuvo mayoría legal, fue perfeccionada la elección y resultó designado por dos años, el Licenciado Diego Bautista Urbaneja. El 11 de Abril de 1831, el general José Antonio Páez prestó juramento legal como Presidente Constitucional de Venezuela
El presidente Páez gobernó con una paz relativa durante su período, estando integrado su gobierno en su mayoría por militares de alto rango veteranos de la Guerra de Independencia, logrando en su gestión una leve recuperación de la economía devastada por la guerra, principalmente por la promulgación de la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y las exportaciones de Café. Sin duda alguna, bajo su dirección se constituyó la República (naciendo bajo el mando del Partido Conservador.)
Sin embargo hubo que hacer frente a varias revoluciones, como la encabezada en Barcelona y Cumaná por el general José Tadeo Monagas, la Revolución Pro-Monárquica de José Dionisio Cisneros y Pro-Colombianista de Cayetano Gabante ambas en el Guárico durante 1834. Junto a esto hizo frente a serias dificultades de orden religioso, con el Arzobispo de Caracas, Doctor Ramón Ignacio Méndez, y político, auspiciadas por militares descontentos por no intervenir directamente en la administración pública, otros por grupos civiles y miembros de la comunidad universitaria que apoyaban la candidatura civilista del médico José María Vargas a pesar de la renuencia de éste a aceptar su postulación.
Finalmente en 1835 José Antonio Páez delegó el poder en manos de José María Vargas, el primer civil en dirigir el país.
La primera fricción importante de Paéz con sus sostenedores socio-políticos: el mantuanaje del centro del país, los exrealistas y canastilleros y los militares, se produce con motivo de las elecciones de 1834 para escoger a su sucesor constitucional.
José Antonio Páez prefería a un militar identificado con él y su obra, un hombre de tacto, con larga experiencia administrativa y buena imagen entre los civiles, considerado buen diplomático, austero, sereno y serio, entre otras cualidades; pero sobre todo una figura del "círculo de los fundadores de la patria"; ese hombre era el General Carlos Soublette.
El grupo del mantuanaje del centro del país, los exrealistas, comerciantes (canastilleros), los jóvenes de "la sociedad" y estudiantes de la Universidad, preferían al ilustre médico José María Vargas, al cual consideraban adornado de virtudes tales como la de ser un científico egresado de la Universidad caraqueña, con post-grado en Gran Bretaña en la Universidad de Edimburgo y larga práctica en Puerto Rico y Venezuela. Un ilustre civil, sabio y emprendedor de obras de aliento progresista, como la "sociedad económica de amigos del país". Así sectores civiles del país aprovechaban la división reinante entre los militares para presentar una alternativa de gobierno civil.
La candidatura del Dr. Vargas fue objeto de una violenta oposición por parte de los militares que apoyaban a Mariño. Según este sector a los militares les correspondía el derecho exclusivo de gobernar el país, por haber sido ellos, según pretendían, quienes conquistaron la independencia en los campos de batalla.
"En 1834 temían los militares que la República se convirtiera para siempre en una organización puramente civil, perdiendo ellos de este modo el derecho de dirigirla que creían haber adquirido en las guerras de Independencia."
Por su parte los seguidores del Dr. Vargas defendían el derecho de los civiles a ejercer el gobierno. Alegaban que los militares debían volver a los cuarteles, ser garantes de la constitución y defensores de la soberanía, lo cual constituía su verdadero papel en la república.
Desde un principio sólo estos tres candidatos atrajeron la opinión mayoritaria del país. Sin embargo, la candidatura de Mariño se convirtió para los partidarios de Vargas y los de Soublette en el principal enemigo a eliminar en la elección.
El doctor Vargas asumió la Presidencia de la República el 9 de febrero de 1835. Por dos años más, según disposición constitucional, continuaría a su lado Andrés Narvarte como Vicepresidente. Su gabinete estuvo integrado de la siguientes manera: Antonio Leocadio Guzmán en la Secretaría de Interior y Justicia; General Francisco Conde, en la Secretaría de Guerra y Marina; Santos Michelena, en Hacienda y Relaciones Exteriores.
Desde el momento mismo de la victoria de Vargas se va creando una suerte de conjura en su contra por parte de los seguidores de Santiago Mariño, no hace lo mismo Soublette que se va a Europa, ni Páez que se retira a sus haciendas. Muy pronto, Vargas entra en diatriba con el Congreso de la República cuando este último propone una ley de Impuesto Subsidiario del 1 %, recabado en las aduanas, con destino a la Hacienda Pública. El Presidente objeta el proyecto de ley, pero las Cámaras lo aprueban, a lo que Vargas responde invocando la violación de la Constitución por parte del Senado. Esta prueba de fuerza condujo a que el doctor Vargas presentara su renuncia el 29 de abril de 1835, pero no le fue aceptada, aunque alegaba no disponer de la suficiente fuerza para mantener la paz de la República entre las facciones en pugna.
La renuncia de Vargas fue interpretada por sus adversarios como una muestra de debilidad, aunque no le hubieses sido aceptada. Así fue como se estructuró una conjura en su contra que se denominó “La Revolución de las Reformas”, integrada por Mariño, Diego Ibarra, Luis Perú de Lacroix, Pedro Briceño Méndez, José Tadeo Monagas, Estanislao Rendón, Andrés Level de Goda y Pedro Carujo.
Esta asonada se expresó el 8 de julio en Caracas, cuando Carujo penetró en casa del doctor Vargas para detenerlo y se produjo un intercambio de palabras que la historia ha recogido insistentemente. Dijo Carujo: “Doctor Vargas, el mundo es de los valientes”, y Vargas le respondió: “El mundo es del hombre justo”. Después de la detención del Presidente y del Vicepresidente Narvarte, fueron embarcados ambos con rumbo a Saint Thomas en la misma tarde del día fatídico.
Al no más conocerse la asonada, acompañada de un texto de nueve puntos en que los conjurados querían el mando de las Fuerzas Armadas para el general Mariño, el entonces Jefe de esas misma fuerzas, designado por Vargas para tal efecto: José Antonio Páez, se puso en marcha para dominar la situación y restablecer el hilo constitucional. Páez entra triunfante a Caracas el 28 de julio de 1835, y el 20 de agosto está de nuevo Vargas en la Presidencia de la República. El movimiento insurreccional, sin embargo, no terminó de ser derrocado sino en 1836, en Puerto Cabello.
Por otra parte, era evidente que la figura del General Páéz había crecido mucho más con esta situación, ya que se había convertido en suerte de árbitro mayor y absoluto de la República, de modo que las posibilidades de Vargas de imponer sus criterios por encima de los del caudillo llanero, era imposible. A vargas le fue aceptada la renuncia el 24 de abril de 1836. A partir de entonces se dedicaría exclusivamente a la docencia y a la investigación científica y su consecuente escritura.
Como consecuencia de la renuncia del presidente José María Vargas, que es aceptada por el Congreso el 24 de abril de 1836, el congreso acepta la renuncia de Vargas a la presidencia de la Republica y designa al general Carlos Soublette para terminar su period presidencial. Al ser notificado de la decision, Soublette regresa de España donde cumplia mission diplomatica, y el 11 de marzo de 1837 asume la responsabilidad de conducer al pais en tan dificiles circunstancias. A pesar de las dificultades economicas, se verifica un avance en la organizacion de las finanzas publicas. Prevalence la armonia
...