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Evolución de las ciudades mexicanas en el siglo XX

MARIAPEEnsayo19 de Marzo de 2014

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Evolución de las ciudades mexicanas en el siglo XX

En México, las urbes con más de 1 millón de habitantes están conformando un nuevo patrón de concentración territorial de corte policéntrico, el cual atenúa la elevada preeminencia de la megalópolis de la ciudad de México, sin llegar a neutralizar su hegemonía, según lo destaca el autor del presente estudio.

Introducción

El crecimiento económico de México durante el siglo XX ha sido el determinante fundamental de la transformación del país de una nación esencialmente rural en 1900

a otra hegemónicamente urbana en el 2000. La relación entre el desarrollo económico y la urbanización no es lineal, pues aunque la transformación económica constituye la génesis del proceso, es en las ciudades donde se acumula el capital y se concentra la

mayor parte de las empresas, constituyendo una fuerza productiva en sí mismas indispensable para el crecimiento económico. Está fuera de las posibilidades de esta monografía analizar las relaciones histórico-estructurales entre estos dos grandes procesos del cambio social, y sólo se intentará esquematizar las principales características de la evolución de las ciudades mexicanas en el decorrer del siglo XX. Específicamente, se considerará su número, aumento del grado de urbanización (porcentaje de población urbana respecto a la total) y la distribución de la población urbana por tamaño de ciudades (localidades de 15 mil y más habitantes).

*

Profesor-investigador de El Colegio de México. Teléfono: 01 (55) 54 49 30 96. Correo electrónico: ggarza@colmex.mx.

Datos, Hechos y Lugares 7

Gustavo Garza*

Es necesario proponer, sin embargo, periodos de las etapas de urbanización que orienten la estructura del documento. Utilizando la tasa de urbanización (el incremento medio anual del grado de urbanización), se pueden derivar tres grandes etapas: crecimiento urbano moderado (1900-1940) a una tasa anual de 1.5%; crecimiento urbano acelerado (1940-1970) con tasa de 2.7%; crecimiento urbano bajo (1970-2000) con tasa de 1.2 por ciento. Considerando el incremento absoluto de la población urbana, se derivan etapas diferentes: crecimiento bajo (1900-1940) con un aumento de 2.5 millones de nuevos habitantes urbanos en los 40 años, a una media anual de únicamente 62 mil; crecimiento medio (1940-1970) con una media anual de 627 mil nuevos urbanitas y un aumento de 18.8 millones en las tres décadas; crecimiento acelerado (1970-2000) con un incremento medio anual de 1.4 millones (42.9 millones en todo el lapso). Utilizando ambas variables, se pueden diseñar periodos duales del proceso de urbanización en México en el siglo XX: moderado-bajo (1900-1940); acelerado-medio (1940-1980); bajo-acelerado (1980-2000). El análisis de la evolución del sistema de ciudades en México se dividirá en estas tres etapas.

La urbanización moderada-baja: de la Revolución a la consolidación del Proyecto Nacional, 1900-1940

El engranaje urbano mexicano se puso en marcha en un periodo verdaderamente turbulento, donde convergieron la Revolución de 1910 (que se extendió hasta el inicio de la

década de los años 30); la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Gran Depresión de 1929. Fue hasta el segundo lustro de los años 30 cuando el país se estabilizó políticamente y comenzó una significativa reactivación económica.

México tenía una población de 13.6 millones de habitantes en 1900, de los cuales sólo 1.4 vivían en 33 ciudades. El grado de urbanización (Gu) de 10.6% en ese año evidencia que al inicio de ese siglo el país era básicamente rural. En el sistema de 33 ciudades predominaban

localidades pequeñas, las cuales concentraban casi la mitad de la población urbana, mientras que el resto se distribuía en seis localidades medianas, siendo la ciudad de México la principal con 345 mil habitantes, seguida por Guadalajara con 101 mil.

Entre 1900 y 1910, la población total aumentó 1.5 millones de habitantes; el Gu, a 11.8% y las ciudades sumaban 36, únicamente tres más, por lo que se tuvo una década de urbanización moderada

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debido al declive económico experimentado en ese periodo y, quizás, a las turbulencias políticas anteriores al comienzo de la Revolución, en noviembre de 1910.

En la etapa revolucionaria, de 1910 a 1921, la población total se redujo en 825 mil personas. Paradójicamente, dado el lamentable estado de la economía por el conflicto, la población urbana creció en 317 mil y el Gu, a 14.6% en 1921, aumentando en tres unidades porcentuales respecto al de 1910. La tasa de urbanización (Tu)

fue de 2% anual, casi duplicando la de la década precedente.

La paradoja de una situación de crisis económica con mayor tasa de urbanización se explica por la reducción de la población total, que permitió que los 2.1 millones de habitantes urbanos elevaran su participación en forma verdaderamente accidental por la reducción de la total, esto es, el denominador del grado de urbanización. Además, el aumento absoluto de la población urbana

(317 mil) fue menor que el experimentado entre 1900 y 1910 (348 mil), por lo que la gran inseguridad en las áreas rurales no implicó mayor migración del campo a la ciudad.

En la década de los años 20 persistió la situación bélica, pero en forma más moderada, y la población total creció de 14.6 millones a 16.6 millones y la urbana, de 2.1 millones a 2.9 millones. Los 800 mil habitantes urbanos adicionales posibilitaron el surgimiento de seis nuevas ciudades para totalizar un sistema de 45 en 1930 y elevar el Gu a 17.5 por ciento. La Tu aumentó ligeramente a 2.1% anual, indicando la reactivación de la expansión urbana. Esto fue producto de cierto dinamismo de las manufacturas y la industria de la construcción, que crecieron más que el resto de la economía y que, junto con el estancamiento en el campo, atrajo población hacia las ciudades.

Entre 1921 y 1930, las localidades más dinámicas fueron Ciudad Juárez (de 19 mil a 40 mil habitantes, con tasa de 8.8%); Tampico (de 44 mil a 90 mil personas, con 8.6%); Monterrey (de 88 mil a 134 mil y una tasa de 5.1%); ciudad de México, que alcanzó 1 millón de habitantes y creció a 5.6% en 1930. Por el contrario, algunas ciudades del interior del país, como Colima, Durango y Guanajuato, disminuyeron su población.1

En la década de los años 30, la población total se elevó en 1.7%

anual, representando 3.1 millones de nuevos mexicanos. Con una población urbana de 3.9 millones de personas, distribuidas en

55 ciudades en 1940, el Gu alcanzó 20% y la Tu bajó a 1.3%, lo cual sorprende pues había ocurrido una clara recuperación económica entre 1933 y 1940, cuando las manufacturas crecieron a 8.4% anual. Esto evidencia cierto desfase entre la velocidad de ambos procesos por

el complejo vínculo causal que presentan en el tiempo.

Entre las localidades que más crecieron, de 1930 a 1940, se encuentra Villahermosa con 4.9% anual, impulsada por la recuperación de la industria petrolera; Torreón y Orizaba con tasas de 4.3 y 4.2%, respectivamente, la primera ligada al impulso de la Reforma Agraria después de 20 años de conflictos armados (el sector agrícola decreció en -1.74% entre 1921 y 1930, pero aumentó en 3.5% de 1930 a 1940); la ciudad de México, con tasa

de 3.9%, se incrementó en 510 mil habitantes, cifra superior a la población total de Guadalajara y Monterrey; esta última, con 5.1% anual, alcanzó 190 mil personas en 1940. La ciudad de México y la capital regiomontana se perfilaban como los núcleos manufactureros más importantes en los albores de la industrialización acelerada del país. La primera era, con mucho, la metrópoli industrial por excelencia, y elevó su participación en las manufacturas nacionales de 27.2 a 32.8% entre 1930 y 1940.2 Sea como fuere, en 1940, México continuó siendo “...fundamentalmente una

civilización rural, con una gran mayoría de sus habitantes viviendo en pequeñas comunidades y ganándose el sustento de

la agricultura”.3

Al final del periodo de urbanización moderada-baja (1900-1940), la ciudad de México era la única localidad urbana grande e iniciaba su consolidación como metrópoli altamente preeminente dentro del sistema urbano nacional, al pasar de 24% de la población urbana total en 1900 a 39.7% en 1940, superando en número de habitantes a las 13 ciudades medias que le seguían.

Desarrollo urbano acelerado-medio y milagro económico mexicano, 1940-1980

Las décadas de los años 40 y 50 constituyeron una primera etapa del milagro económico mexicano, y en la primera el producto interno bruto (PIB) creció a 5.8% anual, cifra que aumentó a 6.3% en la segunda. Este acelerado crecimiento económico, que se prolongó hasta 1980, estimuló al desarrollo urbano, y entre 1940 y 1950 la Tu alcanzó 3.3%, la más alta en todo el siglo XX, al crecer el Gu de 20 a 28 por ciento. Adicionalmente, el aumento de 3.3 millones de habitantes de la población urbana representó 53.5% del crecimiento total y, por primera vez en México, la dinámica demográfica era predominantemente urbana. Por otra parte, el surgimiento de 29 nuevas ciudades en la década elevó el sistema urbano nacional a 84 localidades en 1950.

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Garza Villarreal, Gustavo. La urbanización de México en el siglo XX. Distrito Federal, México, El Colegio de México, cuadro A-1 (en prensa). Garza Villarreal, Gustavo. El proceso de industrialización en la ciudad de México, 1821-1970. Distrito Federal, México, El Colegio de México, 1985, p. 143. Whetten, Nathan, L. Rural Mexico. Chicago, EE.UU., University of Chicago Press, 1948,

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