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Fenomenologia


Enviado por   •  1 de Noviembre de 2013  •  4.020 Palabras (17 Páginas)  •  227 Visitas

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LA FENOMENOLOGÍA EN AMERICA LATINA

Daniel Herrera Restrepo

Desde la década de 1930 los principales representantes de la fenomenología han sido objeto de un interés especial por parte de los pensadores latinoamericanos. Los estudios sobre Husserl, Scheler, Hartmann, Heidegger, Sartre, Marcel, Merleau-Ponty, Ricoeur y Levinas han sido numerosos desde ese entonces hasta nuestros días.

El surgimiento de este interés se debió, en primer lugar, al movimiento de traducción de obras filosóficas, movimiento alentado inicialmente por Ortega y Gasset y posteriormente por editoriales mexicanas, lo cual permitió a los latinoamericanos, que no dominaban lenguas extranjeras, el acceso al pensamiento contemporáneo.

Este interés se incrementó gracias al trabajo de divulgación llevado a cabo por los intelectuales españoles que llegaron a Latinoamérica con motivo del triunfo del fascismo. Se deben citar entre otros nombres los de Joaquín Xirau, Juan David García Bacca, Eduardo Nicol y, de manera especial el de José Gaos, quien tradujo de Husserl Las investigaciones lógicas (1929), Ideas (1949) y Meditaciones cartesianas (1942); de Scheler Resentimiento (1927), Sociología del conocimiento (1938) y El puesto del hombre en el cosmos (1938); de Jaspers Filosofía de la existencia (1950); de Heidegger Ser y Tiempo (1951) y, finalmente, de Hartmann Ontología e Introducción a la Filosofía.

Se debe anotar, igualmente, que hasta 1970 el interés por la fenomenología dominó ampliamente el pensamiento latinoamericano. Sin embargo, tuvo mucho de esnobismo y se redujo, en relación con Husserl, a la fenomenología como ciencia eidética y a la constitución de los fenómenos por parte de la conciencia. En relación con los otros pensadores, a la temática existencialista o ética. A partir de la citada fecha disminuye el interés, pero los estudios publicados ganan en rigor y en profundidad. La publicación de la obra inédita de Husserl y la facilidad que se dio de leer a los filósofos en su propia lengua, permitió un trabajo investigativo más serio y de mayores alcances: "Las obras investigativas más serias e importantes en relación con la fenomenología y el existencialismo en Latinoamérica se produjeron en la década de 1970 (como aquellas de Hoyos, Herrera Restrepo, Aguirre, Rosales, Cruz Vélez y Núñez, entre otros). Ocurre aquí un claro asincronismo entre la decadente aceptación de la fenomenología y el existencialismo y un incremento en el nivel de investigación concerniente a estas corrientes". (David Sobrevilla).

1. La fenomenología entre 1930 y 1970

Los estudios sobre la fenomenología publicados durante este período tuvieron como objetivo fundamental, en su mayoría, la divulgación o su acoplamiento con otras corrientes filosóficas, en especial con la llamada filosofía cristiana. En relación con Husserl, los estudios se apoyaron exclusivamente en Las investigaciones lógicas y en Ideas. De aquí que el interés recayera en la concepción intencional de la conciencia, en el carácter descriptivo del método fenomenológico, en la idea del mundo como estructura de sentidos ontológicos intuibles, en la posibilidad de delimitar la ontología propia de cada región de la realidad y, finalmente, en el análisis de la actividad constituyente de la conciencia. Un interés especial se dio en Argentina, Brasil y Colombia por la ontología regional de lo jurídico.

En relación con Scheler, el interés recayó sobre su pensamiento antropológico y axiológico, dada la inclinación de nuestros ensayistas por los temas relativos a los valores éticos y culturales.

Citemos, finalmente, el pensamiento fenomenológico de los llamados "existencialistas", especialmente el del Heidegger de Ser y Tiempo visto desde una perspectiva antropológica. Esto no es de extrañar, pues dicho pensamiento y dicha interpretación dominó igualmente el panorama filosófico europeo durante estos años. Añadamos que temas como los de la muerte, la condición humana, la libertad, la angustia, la finitud, etc., tan propios del existencialismo, eran de más fácil acceso para nuestros pensadores que los temas estrictamente metafísicos. Por lo demás, eran temas que se prestaban más para un tratamiento a través del ensayo, género tan propio del escritor latinoamericano.

Antes de hacer una referencia detallada de los estudios más significativos de este período, se debe citar el nombre de Adalberto García de Mendoza, quien fue el primero en dar a conocer en Latinoamérica el pensamiento fenomenológico en su cátedra de filosofía en la Universidad Nacional de México, durante los años 1927-1933. Dos obras publicó: La dirección ontológica en la epistemología (1928) y Lógica (Vol. I Significaciones; vol. II Esencias, juicio, concepto, 1932). García fue quizás el primer latinoamericano que hizo sus estudios de filosofía en Alemania.

Entre los principales estudiosos de la fenomenología durante este período se deben citar los siguientes:

JOSÉ GAOS. Gracias a sus traducciones, que ya se han citado, y a sus seminarios en la Universidad Nacional de México, Gaos se constituyó en el mayor divulgador del pensamiento filosófico en Latinoamérica. Nacido en España, obtuvo su doctorado en 1929 con la tesis La crítica del psicologismo en Husserl y poco después su habilitación como profesor de la Universidad de Madrid con la tesis Introducción a la fenomenología. "Transterrado" en México, publica en 1945 2 exclusivas del hombre: la mano y el templo, obra en la cual bajo la influencia de la fenomenología sostiene como características fundamentales del hombre su temporalidad y su corporeidad, resaltando en ésta el sentido de la mano. Su pensamiento antropológico es enriquecido en otras tres obras: De la Filosofía, Del hombre e Historia de nuestra idea del mundo, en las cuales ve al hombre como un ser que debe trascenderse a sí mismo y sopesa el sentido de la actividad filosófica en este trascenderse.

CARLOS ASTEADA (1894-1970). Este pensador argentino fue discípulo de Husserl, Scheler, Hartmann y Heidegger. Fue este último filósofo, interpretado desde una perspectiva antropológica, quien más influyó en él. Para Astrada es el hombre concreto y no el ego abstracto del racionalismo; el punto de partida y el sentido de todo filosofar. El mismo problema del ser -problema central de la filosofía-, si se ha de enfocar en su misma raíz, debe ser planteado y encontrar respuesta a partir de

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