Finanzas Piblicas

PRESENTACIÓN

La Confederación de la Producción y del Comercio cree que las buenas relaciones laborales entre los trabajadores y los empleadores constituyen la base para el desarrollo de una empresa y, por lo tanto, su práctica resulta beneficiosa para ambas partes. Por lo mismo, es nuestra responsabilidad poner todos los medios posibles para lograr este objetivo.

Sabemos que la armonía laboral es la que permite confiar en las personas para las cuales se realiza un empleo, sentir orgullo por lo que se hace y disfrutar con los compañeros de trabajo. Asimismo, es un hecho cierto que las empresas que logran generar relaciones de confianza con los trabajadores, basadas en los principios de la credibilidad, el respeto y la rectitud del empresario, obtienen mejor rentabilidad que aquéllas en las que no se dan estas condiciones.

Es precisamente este tema el que la CPC y la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) han querido desarrollar en el presente texto, que constituye la cuarta de una serie de publicaciones destinadas a dar apoyo técnico a las empresas.

INTRODUCCIÓN

El término buenas prácticas laborales se asocia, a partir de una visión bastante simplista, casi exclusivamente al cumplimiento de la ley por parte de los empleadores y al respeto a los derechos que la legislación laboral garantiza para cualquier trabajador que se desempeñe en una empresa bajo alguna de las distintas modalidades contractuales que establece la legislación laboral. La conveniencia de mantener buenas prácticas laborales al interior de las empresas difiere en su razón de ser, dependiendo de quién esté analizando el tema.

Para algunos, la necesidad de preocuparse por materias tales como la no discriminación, la escrituración de los contratos de trabajo, el pago oportuno y completo de las remuneraciones,

el cumplimiento de lo referente a las jornadas de trabajo, las horas extraordinarias, los descansos, el derecho a la sindicalización, la negociación colectiva y la prevención de los accidentes del trabajo, en la práctica obedece sólo al hecho concreto de que la ley así lo determina y es mejor cumplir que pasar malos ratos con fiscalizaciones de la autoridad, sanciones y posibles multas posteriores.

Quienes así piensan, no visualizan mayores beneficios para la empresa en el desarrollo de este tipo de prácticas.

BUENAS PRÁCTICAS LABORALES

Como se señaló en la introducción de este trabajo, el concepto de buenas prácticas laborales es visto por algunos como intrínsecamente valioso, a pesar de que no les resulta fácil medir la rentabilidad que tiene su aplicación para la empresa. Por otros, es visualizado casi como una absoluta pérdida de tiempo que hay que cumplir sólo porque la ley así lo determina. Finalmente, están aquéllos que lo consideran valioso por el sólo hecho de beneficiar al trabajador, a quien consideran en una posición de absoluta desventaja al interior de la empresa en relación al empleador.

La verdad es que las buenas prácticas laborales son, por cierto, beneficiosas para el empleado, ya que no sólo tienen que ver con el respeto a sus derechos, sino con su legítima posibilidad de ser parte de una compañía, de aprender y desarrollarse profesionalmente; de aportar sus conocimientos, esfuerzos y aptitudes. De igual modo, son beneficiosas para la empresa, pues su desarrollo e implementación le permite tener, entre otras ventajas, una gestión más ordenada, una administración más eficiente, un mejor aprovechamiento de los recursos, una disminución de costos (ya sea medido en unidades de tiempo o en dinero); y, además, contar con trabajadores más informados, con mayor preparación y con más incentivos en su desempeño y en relación con la empresa. Estos bienes son perfectamente medibles, algunos de una forma bastante simple y directa, y otros de manera un poco más compleja, pero todos cuantificables al fin, en cuanto a la rentabilidad de su aplicación.

En primer lugar, se analizarán algunos casos de buenas prácticas laborales vinculadas al cumplimiento, por parte de las empresas, de la normativa laboral. Estas prácticas, como se podrá apreciar, tienen un beneficio financiero directo y relativamente fácil de medir. Luego, se expondrán otras buenas prácticas laborales que, si bien no están asociadas a la legislación laboral y, por ende, no se pueden considerar obligatorias, sí están ligadas a una sana administración de personas al interior de la organización. La medición de rentabilidad

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