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Funcionalismo En La Arquitectura

FERNANDOORTIZ21 de Noviembre de 2013

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Funcionalismo En La Arquitectura

El concepto de función se aplica al planeamiento en general, pero existe también un enfoque funcional de la estructura, puede involucrar o no una teoría de la belleza. La utilidad y la adecuación pueden ser consideradas como la medida de la excelencia o perfección de un edificio, pero no forzosamente como la medida de su belleza. Las teorías funcionalistas de la arquitectura son aquellas que hacen de la estricta adaptación de la forma a la finalidad el principio rector básico del diseño y el cartabón fundamental para medir la excelencia o la belleza de la arquitectura.

La forma se halla siempre determinada por la función, cambiando cuando ésta cambia, en tanto que la arquitectura renacentista “representa un ideal conforme al cual se ha de acomodar la función, en cierta medida a formas y disposiciones elegidas en vista no tanto de su exacta conveniencia y expresividad, como de su belleza innata”.

La expresión funcional de la construcción; las necesidades psicológicas de sus ocupantes; la función social y la función simbólico monumental de la arquitectura, cuyo objetivo es crear relaciones emocionales por medio de la materia bruta. La importancia del problema del funcionalismo justifica su análisis, el concepto de funcionalismo ha ejercido una gran influencia sobre el pensamiento arquitectónico moderno y constituye un concepto fundamental en la moderna arquitectura.

La validez del funcionalismo no ha sido demostrada científicamente, siguiendo un método de laboratorio. Los análisis modernos del funcionalismo presentan un doble enfoque: el racional y el poético. Le Corbusier adirmó la superioridad de “la estética de la ingeniería sobre el enfoque ecléctico de la arquitectura. El objetivo de la arquitectura es la creación de la eficiencia perfecta y, por ende también bella.

La analogía orgánica, pese a las objeciones de William Lescaze, se halla hoy día sumamente difundida y Bruno Zeviconsidera que: Los mejores arquitectos de la actualidad tienden hacia un tipo de arquitectura que se ha llamado orgánica.

Las grandes mentes de la Edad media establecieron fuertes vínculos y finas distinciones entre las ideas del uso práctico, de la belleza formal, de la vida justa y del divino propósito. A partir de entonces descubrimos que frecuentemente son los sacerdotes o los filósofos del arte de mentalidad teológica quienes sustentan el punto de vista funcional.

Los arquitectos renacentistas y barrocos se distinguieron a menudo por sus soluciones social y artísticamente progresistas para los problemas de la planificación; sin embargo, si bien un crecido número de estos hombres contribuyó, con el ejemplo concreto de sus proyectos, al desarrollo de los conceptos funcionales de la planificación, solo unos pocos contribuyeron a la literatura del funcionalismo.

Existen dos causas de la belleza: la natural y la habitual. La natural proviene de la Geometría y consiste en la uniformidad (igualdad) y en la proporción. La belleza de la costumbre procede de la familiaridad de nuestros sentidos con aquellos objetos que habitualmente nos resultan gratos por otras causas, así como la familiaridad o la inclinación particular engendra un amor por cosas que no son de uno mismo.

La segunda interpretación de la analogía orgánica, la funcional es en algunos aspectos la consecuencia o explicación de la primera. Aquí la analogía viene a constituir una parte de la, más general, estética del funcionalismo, la equiparación de lo bello con lo útil o con la expresión de la utilidad, la idea de que un objeto bien diseñado y adaptado a su finalidad se vería como hermoso por el reconocimiento de su adecuación al uso. También esta es una idea muy antigua que podemos buscar en Aristóteles, para quien nuestra percepción de la belleza de los animales tiene de la apreciación racional de la

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