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GUERRA DEL PACIFICO


Enviado por   •  11 de Agosto de 2013  •  10.287 Palabras (42 Páginas)  •  283 Visitas

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INTRODUCCION

La guerra del Pacifico es ciertamente el evento más trágico de la historia de Bolivia. El país ha perdido esta guerra contra Chile, una parte de su territorio (su único punto de acceso al océano Pacifico) y enormes riquezas minerales. Mutilado de esta región capital, Bolivia no ha logrado jamás arrancar económicamente. El sentimiento de impotencia y de injusticia del pueblo boliviano frente al potente vecino chileno esta siempre en la actualidad. Los medios y los políticos bolivianos no desaprovechan una ocasión para recordar les las injusticias pasadas y la necesidad de reabrir el asunto histórico viejo de más de un siglo con el fin de encontrar una solución a este problema territorial. La esperanza está latente en todos los corazones bolivianos, un día Bolivia recuperara su acceso al Pacifico.

La guerra del Pacifico se produjo en el Desierto de Atacama, entre los años 1879 y 1883. En esta guerra participaron los países de Perú, Bolivia y Chile.

Machismos años de paz aun no logran borrar definitivamente las cicatrices de esta guerra. El Clarín de guerra sonó en los pueblos, ciudades y caseríos de tres Patrias- Chile, Perú y Bolivia- Llamando a sus hijos a reconocer cuartel. Miles de campesinos, mineros y ciudadanos se transformaron en soldados para escribir con su sangre derramada, gloriosas páginas de historia.

Fue una sangrienta lucha en que Por más de 4 años se puso a prueba la fuerza de los pueblos y el valor, la nobleza e hidalguía de soldados y marinos.

INICIO DEL CONFLICTO

Los derechos bolivianos sobre el Pacífico vienen de la etapa prehispánica, probada por la presencia de Tiahuanacu en el Litoral y la expansión incaica posterior. El virreinato del Perú definió claramente sus limites al sur en el paralelo 25 a la altura del Paposo (valle de Copiapó). Este limite fue heredado por Bolivia como consta en toda la cartografía internacional de la época. La superficie del litoral era de aproximadamente 120.000 km2. Si bien era parte del departamento de Potosí, tenía un estatus equivalente al de un departamento al tener su propio prefecto. Su capital era Cobija, pero sus centros más importantes eran Antofagasta y Caracoles. En el momento de la guerra su población aproximada era de 15.000 habitantes. Los productos fundamentales de la región eran el guano, el salitre y la plata, verdaderos móviles del conflicto.

En 1866 se firma el Tratado de Límites entre Chile y Bolivia poniendo término a una cuestión limítrofe pendiente entre Bolivia y Chile, planteada desde la fundación de Bolivia en 1825 cuando se independiza de España y se separa del Perú. En este tratado se fijaban por primera vez los límites y se establecían los derechos de exportación correspondientes a cada país. Las dificultades encontradas para implementar la administración del tratado llevaron en 1873 a su modificación, buscando una solución pacífica entre ambas naciones.

En 1878, el congreso de Bolivia se abocó al estudio del acuerdo celebrado por el gobierno en 1873. Para Bolivia, el contrato firmado en 1873 con la Compañía de Salitres de Antofagasta aún no estaba vigente porque los contratos sobre recursos naturales debían aprobarse por el Congreso, de acuerdo con la Constitución boliviana. Ello se hizo por la Asamblea Nacional Constituyente boliviana mediante una ley, el 14 de febrero de 1878, a condición de que se pagara un impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado por la compañía.

Artículo Único. Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo en 27 de noviembre de 1873 con el apoderado de la Compañía Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a condición de hacer efectivo, como mínimo, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre exportado.

Asamblea Nacional Constituyente de Bolivia. Ley de 14 de febrero de 1873

En lo que respecta a Chile, el cobro del impuesto de 10 centavos sobre quintal exportado violaba el artículo IV del Tratado de límites de 1874. Por ello, dicho impuesto encontró una gran resistencia por parte de los propietarios de la empresa afectada y una cerrada defensa de su causa por parte del gobierno de Santiago, desencadenándose un conflicto diplomático.

A lo largo de los meses subsiguientes, el gobierno boliviano se abstuvo de implementar la ley mientras se discutían las objeciones presentadas por el gobierno chileno. El 8 de noviembre, el canciller Alejandro Fierro envió una nota al canciller Martín Lanza indicando que el Tratado de 1874 podría declararse nulo si se insistía en cobrar el impuesto, renaciendo los derechos de Chile anteriores a 1866. El 17 de noviembre, el gobierno de La Paz ordenó al prefecto del departamento de Cobija que aplicara la ley del impuesto para iniciar las obras de reconstrucción de Antofagasta. Aunque ambas partes propusieron la resolución del conflicto por vía de un arbitraje, tal como lo contemplaba el Protocolo de 1875, este no llegó a realizarse ya que mientras el gobierno de Chile exigía que se suspendiera la ejecución de dicha ley hasta que su legalidad fuese determinada por un árbitro, el gobierno de Bolivia exigía que el blindado Blanco Encalada y sus fuerzas navales se retiraran de la bahía de Antofagasta. El 6 de febrero, ante las protestas por parte de la Compañía de Salitres por la ley del impuesto y dado que el contrato no había cumplido con los trámites para declararlo, el gobierno de Bolivia rescindió el contrato con la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta. El prefecto Zapata ordenó rematar sus bienes para cobrar los impuestos generados desde febrero de 1878.

En Chile, la decisión de impedir el remate se tomó la mañana del 11 de febrero, cuando, en una sesión especial del gabinete chileno, se recibió un telegrama del norte, conteniendo textualmente un mensaje del ministro plenipotenciario de Bolivia "Anulación de la ley de febrero, reivindicación de las salitreras de la compañía". Este gatilló la decisión del presidente Aníbal Pinto de ordenar la ocupación de Antofagasta, que se realizó el 14 de febrero de 1879, ocupando tropas chilenas el litoral reclamado por Bolivia hasta el tratado de 1866. El 14 de febrero, el día del remate, tres naves chilenas arribaron a Antofagasta, Mejillones, Cobija y Caracoles reinvindicándose estos territorios. El 16 de febrero, llegó a Lima el ministro boliviano Serapio Reyes a fin de exigirle al gobierno peruano que cumpliera con el tratado de alianza defensiva de 1873. El 27 de febrero, Hilarión Daza decretó el estado de sitio en Bolivia.

Gracias a los archivos de la Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta, se sabe que en Chile no existía interés en ir a la guerra por salvar a la compañía, a pesar de

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