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Generalidades sobre fuentes históricas


Enviado por   •  10 de Mayo de 2015  •  Tutoriales  •  11.715 Palabras (47 Páginas)  •  137 Visitas

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Fuentes y su clasificación. La crítica de las fuentes. Los elementos de la investigación histórica

Heurística. (Conocimiento general de las fuentes)

Generalidades sobre fuentes históricas

Puede ser fuente de la Historia, en el sentido más amplio de la palabra, todo lo que nos proporciona el material para la reconstrucción de la vida histórica. Desde el momento en que el historiador tiene que recorrer un camino que ha quedado atrás debe buscar la clave siempre en el efecto y partir de éste para llegar a la causa, no hacer nunca lo contrario, y son, precisamente, los efectos de la vida actual y pretérita, en la medida en que le ilustran, los que le sirven como fuentes de cono¬cimiento. El concepto de fuente histórica no es algo de contornos perfecta¬mente dibujados. Un trozo de tejido antiguo no ha sido considerado desde siempre como una fuente histórica. Pero puede serlo para el historiador de la técnica textil y puede proporcionarle, en la medida en que avancen los progresos del microscopio, de la química, etc., esclarecimientos sobre la composición, el colorido y las particularidades de los hilos que lo componen.

Ahora bien: estamos habituados a considerar desde antiguo ciertas cosas como fuentes históricas, esto es, por una parte, aquellas que se com¬pusieron con la intención de que sirvieran de enseñanza a futuras gene¬raciones; por otra, las que la investigación histórica puso a contribución experimentalmente como medios de conocimiento. Sin embargo, esta con¬sideración habitual no puede determinar, de ninguna manera, al histo¬riador a que se base precisamente sólo en esas fuentes. Más bien le obligará a dirigir su atención sobre ellas cuando no se le ofrezcan nuevas posibilidades de conocimiento. Lo que puede ser puesto a contribución y utilizado como fuente depende de dos circunstancias: a) de la elección del objeto a tratar, y b) del estado de investigación en que en ese mo¬mento se encuentre la ciencia, y, desde luego, no sólo del de la ciencia histórica sino también del de las demás ciencias.

Que la elección del objeto importe es cosa que salta a la vista; por ejemplo, para la consideración de un tema económico o histórico-político de una misma época será común un número determinado de fuentes, pero las sendas de la investigación se separarán en cuanto ésta se aproxime a los problemas especiales. Los libros de cuentas de una gran casa de Banca proporcionarán también luces sobre la historia política, pero co¬rresponden, en primer término, al grupo de las fuentes económicas. Más, no hay que considerar sólo el aspecto relativo al contenido del tema, sino también la relación temporal y cultural dentro de la cual está situado el objeto de que se trate. Desde el momento en que las fuentes, como hemos dicho, no son sino efectos de determinadas circunstancias de la vida, se distinguen también según las consecuencias de estas circunstancias. La cultura egipcia ha dejado tras de sí huellas distintas de las de la cultura ¬asirio-babilónica, el ciclo cultural oriental, en su conjunto, huellas dife¬rentes de las del europeo; la Antigüedad, de las de la Edad Media. Para mostrar esto con un ejemplo patente, remitámonos al periódico en cuanto fuente de la Historia. El periódico representa, prescindiendo de antece¬dentes de la Antigüedad y de algún pormenor asiático occidental, una producción de la vida europea del siglo XVI, o bien del XVII. Si las ins¬cripciones desempeñan para nosotros un papel relevante es, igualmente, en cuanto se cimentan profundamente en los fenómenos esenciales del ser cultural de la Antigüedad, mientras que en la Historia de la Edad Media preferimos como fuente los documentos. No debe silenciarse que a esto cooperan también las contingencias: la casualidad del material y la posi¬bilidad de conservación. El estado de investigación en que de momento se encuentra la ciencia hay que tenerlo en consideración en cuanto que de él dependen los medios que están a nuestra disposición para hacemos accesibles fuentes nuevas o para aprovechar mejor las antiguas. Así, la utilización sistemática del documento como fuente histórica sólo se ha instituido con la profundi¬zación de los conocimientos de ciencia jurídica. El lenguaje sólo penetró en el círculo de los medios de conocimiento históricos desde que hubo una ciencia del lenguaje. Antes de que fuesen descifrados los jeroglíficos egip¬cios, las inscripciones de los países del Nilo no supusieron una verdadera fuente histórica. La elaboración de la Paleografía medieval, que distingue según provincias territoriales el material escrito llegado hasta nosotros y con ello se coloca en situación de ofrecer cómputos cronológicos más exac¬tos, significa, a su vez, una mejor valoración de las fuentes escritas de aquel periodo.

“Fuente”, con el sentido de Fuente histórica, es una expresión que, en la época moderna, aparece repetida en casi todas las lenguas cultas europeas. Probablemente arranca de la orientación humanista, que, en sus tendencias históricas y políticas, quiso inquirir lo Antiguo en su origen, allí donde se hubiera conservado en su abso¬luta pureza. De fons= origen a fons = medio de conocimiento no había más que un paso, y a veces en los clásicos latinos se encuentran insinuadas tales transposi¬ciones; por ejemplo, en TITO LIVIO, 3, 34, 6, cuando dice de una ley “fons omnis publici privatique est juris”. - Con la imagen de la fuente se expresa, además, muy acertadamente, que no es tanto objeto de conocimiento como medio de conocimiento.

División de las fuentes

Si no se sujeta uno solamente al concepto usual de fuente histórica en estricto sentido, se debe ampliar más su círculo de lo que es práctica habitual. Cuanto nos rodea se ha producido paulatinamente, es decir, se ha originado históricamente y hay que considerarlo, por lo tanto, como efecto de una determinada vida histórica. Así, EDD. FUETER, G. des europüisclten staatensystem von 1492-1559. Hbb. der mittelalterlichen u. neue¬ren G. (1919), p. 54, puede afirmar al tratar de la tierra de Francia y de sus habitantes: “La fuente propiamente dicha de la ejecución directiva la forman, naturalmente, las circunstancias geográficas, que no pueden ser referidas en este lugar.” Desde este punto de vista pueden servir como fuente de la Historia los hechos del mundo geográfico circundante (por ejemplo, clima, situación, etc.) en sí mismos, las realidades físicas (por ejemplo, la estructura física de un pueblo, las deformidades típicas; etcétera), las actividades prácticas, la Técnica, la Economía en cuanto tales, y también los hechos que pertenecen al orden volitivo (por ejemplo. Moral, Derecho) y no menos los resultados

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