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Gobiernos


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  Informes  •  2.047 Palabras (9 Páginas)  •  246 Visitas

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Gobiernos

Las guerras civiles. Las luchas fratricidas por el poder, el enfrentamiento de los estamentos políticos condujeron en Venezuela a descuidar la política exterior. Las guarniciones en Venezuela casi todas estaban reconcentradas en el centro del país. Venezuela había perdido la perspectiva de que lo único en la historia de los países que otorga respetabilidad y equilibrio con otras naciones es poseer un ejército fuerte y moderno.

Todo la segunda mitad del siglo XIX venezolano estuvo inmersa en las guerras civiles. Los propios presidentes de la República se lanzaban al ruedo para defender el honor y la responsabilidad de su gobierno. Se gobernaba más para las “castas” que para el pueblo. Mientras estas disputas ocurrían perdíamos partes importantes del territorio venezolano, lo que corresponde a la Guyana Esequiba, éramos despojados en los Laudos Arbitrales por Colombia, y Brasil que avanzaban sobre nuestro territorio. De tal manera que la división territorial que la Reyna María Cristina había dejado cuando separó a la Capitanía General de Venezuela del Virreinato de Santa Fe había sido alterada.

El país se hundía en el atraso. El odio, la guerra y las disputas por el poder llevarían al fraude frecuente y de nuevo al reincidente flagelo a la lucha en los campos de batalla. Finalizando el siglo XIX, Joaquín Crespo sale a combatir al Mocho Hernández; quien había sido objeto de un fraude electoral, donde se impuso el candidato de Crespo. Las aguas presagiaban el mismo destino. Crespo cae muerto en la Mata Carmelera por un tiro de las fuerzas del Mocho Hernández. Las luchas de los caudillos seguían ensangrentando al país y tornando lejana la modernidad.

Todo hombre inconforme con el gobierno de turno tomaba sus aperos y se venía a guerrear a Caracas. Así lo hizo Cipriano Castro con su Revolución Liberal Restauradora. De nuevo las mismas promesas, restaurar la libertad y otorgarle una vida mejor a los hombres.

A Castro le toca defender las banderas del orgullo venezolano cuando nuestro país fue invadido por las potencias coloniales extranjeras, las cuales reclamaban el pago de las deudas que Venezuela tenía con ellas. Sin embargo en el gobierno de Cipriano Castro, como lo ha dicho Antonio Gramsci, disputas en el bloque de dominación hicieron posible la fisura entre Gómez y Castro.

Castro venía enfrentando rebeliones civiles. Había luchado contra Antonio Paredes. Sostenía con ahinco la idea de soberanía del país y estas ideas no parecían gustarle del todo a las potencias extranjeras, sobre todo a Estados Unidos de Norteamérica; nación que comienza a emerger como una nueva potencia de gran poder. Es así como se decide deponer el poner el gobierno de Castro.

Cipriano Castro es desconocido por Juan Vicente Gómez; quien era Vicepresidente de los Estados Unidos de Venezuela. Gómez le envía a su compadre de sacramento un telegrama anunciándole que él había asaltado el poder, y que no regresara al país. Factores de orden político parecen haber insidido en este desenlace; uno de ellos, la muerte de Nicolás Paredes. Se dice que Gómez guardaba un telegrama que demostraba que Castro desde su lecho convaleciente en Macuto lo había mandado a ajusticiar. Castro representó el nacionalismo, su ideal político era la patria y resarcir a Bolívar de las heridas que le habían sido inflingidas.

La estructura social y política en Venezuela no se modificó durante los gobiernos de Castro y Gómez, las cárceles continuaban llenas, y los grillos eran el instrumento de castigo predilecto. Castro se enfrenta a los banqueros. Gómez por el contrario empieza a modernizar el país, el ejército comienza a tomar una esructura diferente y pacifica definitivamente al país.

Una de las últimas batallas de Gómez contra el caudillismo fue la de Nicolás Rolando, luego se decreta el Concejo Federal en donde confiere a los caudillos funciones aulicas para terminar posteriormente eliminando esa figura política.

En torno al caudillismo diversos historiadores han emitido sus opiniones, entre ellos Vallenilla Lanz. Este historiador consideraba que Gómez era el gendarme necesario en un pueblo hundido en la barbarie y en la pasión de la guerra y de la sangre. Era la eterna lucha entre civilización y barbarie.

La tiranía de Gómez se valió del ideal bolivariano, ensayó un estado de orden y de progreso. Intelectuales como Arcaya, Vallenilla Lanz y Gil Fortoul le sirvieron como soporte teórico a este despotismo. Este período ve aparecer la célebre generación de 1928. Ésta generación estuvo representada por Jóvito Villalba, Gustavo Machado, Eduardo Machado, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Andrés Eloy Blanco y otros.

Muchos hombres de la generación del 28 como Armando Zuloaga Blanco y José Rafael Pocaterra intentaron invadir Venezuela para deponer al gobierno de Gómez sin éxito. En 1929 llega el Falke a Cumaná y se produce un estallido de violencia que conmociona al país.

Otro intento de fracturar el período gomecista lo llevo a cabo Arévalo Cedeño, quien intentó durante siete oportunidades desde el exterior deponer al gobierno. Arévalo Cedeño fusila a Funes en San Fernando de Atabapo, dando así cierre a uno de los períodos más violentos de la historia moderna venezolana.

El gobierno de Gómez se había hecho prácticamente inexpugnable debido a que este dictador había modernizado el ejército. Mientras los hombres combatían a caballo como era el caso de Maisanta, Gómez había introducido la aviación, los Winchester de repetición, y una tecnología militar que el caudillismo no alcanzaba a tener. Sin embargo los mismos problemas de base seguían persistiendo en la nación venezolana: analfabetismo, incomunicación geográfica, falta de libertad pública. Todo aquel que se atreviera a disentir del gobierno era conducido a la Rotunda. El Estado era definitivamente Gómez, las instituciones continuaban siendo atrasadas y el gran dispensador del poder era el tirano.

VIII. Venezuela crisis y cataclismo

La guerra federal surge ante la necesidad de implantar en Venezuela la justicia social. Era irresistible la situación del peonaje en las haciendas, y el estado de atraso en el cual estaba sumergido el país. En lo político Venezuela se había hundido en la autocracia. Lo más importante no eran las leyes, sino la voluntad de los caudillos que controlaban el poder.

Producto de los alzamientos que se producen en el llano el gobierno central decide equipar toda una fuerza de choque que tuviera la capacidad de sofocar la desobediencia social.

La Guerra Federal es dirigida por los Liberales. Tanto Ezequiel Zamora como su cuñado Juan Crisóstomo Falcón se lanzan a esta aventura. La idea continuaba siendo la redención del país. Se trataba de devolverle a los hombres los legitimos derechos de los cuales habían sido expropiados.

Los caudillismos regionales mantenían a los pueblos bajo el imperio de su bota autoritaria. Los Andes y Barinas como lo dice la historia regional eran controlados por los Araujo.

El Federalismo no buscaba otra cosa que devolver a las regiones su autodeterminación. El país se lanzó en brazos de esta guerra, finalizada la misma el saldo de muertos fue de 50 mil personas. Pueblos enteros fueron arrasados. La idea había dejado de ser la de liberación y se trataba de devolverle a los pueblos sus derechos por las armas.

Un punto neurálgico es común tanto en la Guerra de Independencia como en la Federal: la violencia. La posibilidad de las negociaciones se había agotado. Ezequiel Zamora es declarado el Comandante en Jefe de los Ejércitos Federales y Juan Crisóstomo Falcón como Presidente en campaña.

Las fuerzas del centralismo y el conservadurismo organizan un enorme ejército que trata de fustigar y liquidar las ambiciones redentoras de los federales, y lanza en ristre se van a la batalla. En 1859 se produce en Barinas la batalla de Santa Inés; ésta junto con Coplé representan en lo militar el hecho más importante ocurrido en la Guerra Larga.

En 1859 las fuerzas del Ejército Zamorano derrotan al Ejército Central. El ideario de estos hombres, como queda claramente resaltado en la constitución del Estado de Barinas, fue construir un país donde fuera posible la libertad de expresión, de cultos, el derecho a fijar residencia de acuerdo a los intereses particulares de cada ciudadano, y un no definitivo al latifundio. La figura de Zamora ha sido maltratada por la historiografía tradicional, muchos de los historiadores oligarcas lo ubican como un vulgar asaltante de caminos (equiparándolo incluso con Bóves).

Zamora, pretendía luego de la batalla de Santa Inés y de haber conquistado San Carlos, y arrasado con las fuerzas conservadoras, ir a Caracas a tomar el poder y darle un término definitivo a la oligarquía. Una de las estrofas del himno Zamorano dice “oligarcas temblad”. La dinámica y los intrigules de la vida política no harían posible el sueño Zamorano, el 10 de enero de 1860 una inefable bala sesgó la vida de nuestro General.

Sobre la muerte de Zamora ha corrido mucha tinta. Se dice que la bala que sesga su vida provino de su propio ejército. Posiblemente una emboscada por las luchas de poder dieron al traste con el General del ejército soberano. La historiografía clásica le atribuye el asesinato de Zamora a un tal G. Moron (Brito Figueroa), otras versiones ponen en sospecha de esta muerte a su propio cuñado Juan Crisóstomo Falcón, también se señalan como posible responsable al mismo Antonio Guzmán Blanco.

El federalismo pareció estar encarnado en dos proyectos diferentes. El Zamorano de una profunda radicalidad y el de Juan Crisóstomo Falcón que termina por pactar el 24 de mayo de 1863 con la oligarquía conservadora. Ese pacto se conoce como el pacto de Coche. Allí se acordó la pacificación del país, el cese de las hostilidades, la abolición de la pena de muerte. Este pacto concluiría con la salida del presidente para la época Jose Antonio Páez. El reclamo que se le hace a Falcón es el no haber llevado hasta sus últimas consecuencias los postulados de la Federación.

La Guerra Federal parece haber sustituido a unos caudillos por otros, los antiguos dueños de tierras fueron desplazados por el nuevo generalato. La propiedad de la tierra continuo igual. El país siguió hundido en las desigualdades sociales. Sin embargo algo se había conquistado, la disposición igualitarista del pueblo venezolano. El federalismo ve incorporar a sus luchas a líderes populares como Martín Espinoza, la gesta federalista abrió heridas casi incurables en el alma típica del pueblo venezolano. Todo el esfuerzo por cambiar el país había sido insuficiente, la misma casta centralista seguía gobernando.

El empuje y la radicalidad del federalismo después de la muerte de Zamora parece ver su final con la derrota que sufrieron los federales en la batalla de Coplé. Esta batalla significa la derrota y la dispersión de las fuerzas federales. El ejército federal se había resentido profundamente con la perdida del General del Pueblo Soberano. El pacto de Coche, no significó la toma de un atajo político diferente para el país. Las mismas calamidades siguieron subsistiendo, la desnutrición, la falta de asistencia médica, el tifus y la malaria consumían a una Venezuela profundamente dividida.

3ra. Parte

Ideologías políticas: transito hacia la modernidad.

Introducción general

Mariano Picón Salas ha dicho que la modernidad en Venezuela comienza tardíamente. Mientras en países como Argentina desde comienzos del siglo XX el proceso de industrialización y la conformación de la clase obrera se cimentaban, en Venezuela las relaciones sociales de producción se asemejaban muchísimo a las relaciones feudales y a las formas precapitalistas.

El campo venezolano estaba dominado por el caciquismo. El peón rural era sometido a relaciones de vasallaje. La mano de obra no tenía unas relaciones capitalistas con los dueños de los medios de producción. Venezuela era una ínsula aparte en lo agrícola, con una escasa economía de mercado.

Las guerras civiles habían destruido el campo, las bestias y el ganado yacían famélicos. La política se había ejercido como pasión, el partidismo hundió al país en luchas fratricidas. Venezuela era un país incomunicado, hundido en el atraso, con regiones inexploradas como los Andes y diezmado por las enfermedades tropicales.

Los positivistas pensaron en el blanqueamiento de la población. Ese mito alimentó la idea y la posibilidad de que a través de la inmigración europea pudiese desarrollarse el país. Guzmán Blanco en el siglo XIX, quiso hacer de Caracas una pequeña París. Sin duda se intentó modernizar, se comenzó el Acueducto Metropolitano, se dieron el ejecútese a las primeras líneas ferroviarias, pero los hombres seguían hundidos en la exclusión, y en la miseria. Venezuela seguía siendo un país rural. La funcionalidad caudillo-masa era la orden del día. Se necesitaba la paz social y un gendarme necesario, ese era Gómez; quien sin mucha retórica había creado un Estado de orden.

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