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EL GOBIERNO


Enviado por   •  28 de Enero de 2013  •  675 Palabras (3 Páginas)  •  229 Visitas

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El verbo gobernar no puede ser confundido con el sustantivo Gobierno, pese a los múltiples y claros ligámenes que existen entre ambos términos. En las páginas siguientes quedará explicada la distinción aludida. Pero aquí, y en resumen, cabe anticipar que mientras gobernar es una especie de actividad política consistente en el ejercicio del Poder o Soberanía, el Gobierno, en cambio, encierra variados significados. De estos, ahora es menester realzar los tres siguientes:

Primeramente, su sentido orgánico, sinónimo del sistema de órganos públicos que ejercen aquel Poder; en seguida, su acepción procesal o formal, concerniente al método que esos órganos deben seguir para que sus actuaciones sean válidas y, por ende, de obediencia necesaria ante la Constitución y las leyes vigentes; y por último, el significado material, sustantivo o de fondo, el cual se refiere al contenido de las decisiones políticas concretas que adoptan aquellos órganos en el desempeño de la Soberanía.

Evidentemente, en todo ordenamiento constitucional institucionalizado, uno de cuyos rasgos capitales yace en la vigencia del Estado de Derecho, los tres aspectos mencionados deben concurrir, copulativamente, para que el significado de la voz Gobierno sea preciso. Lamentablemente, no siempre ocurre así, generándose imprecisiones cuyas secuelas prácticas son importantes.

Del verbo gobernar y del sustantivo Gobierno se efectúan, además, conceptualizaciones diversas, cuya comprensión es útil para desprender las consecuencias de ellas.

Así y primeramente, gobernar es mandar o regir, como asimismo, guiar y dirigir, a seres humanos o cosas.

Conjugando ambas acepciones corrientes en relación con las personas, que es nuestra preocupación única aquí, puede afirmarse que el verbo gobernar significa mandar a una asociación y dirigirla al cumplimiento de sus finalidades. Sin duda, ambas potestades -mando y dirección- se complementan, pero puede ocurrir, aunque sólo en casos excepcionales, que mande quien no dirige formalmente a una asociación, o que la dirija quien, en la realidad o en los hechos, no es quien la manda.

Son esas, sin embargo, situaciones de extremada rareza, cuyo elemento característico se halla en la contraposición de la norma general (mandar y dirigir, simultáneamente) con la realidad (disociación de esos dos términos).

El sentido vasto de la definición transcrita puede llevar a concluir que cualquiera asociación debe ser gobernada para que cumpla los objetivos trazados al fundarla, o que le fueron fijados después con el fin de mantenerla o reformarla. Empero y si se quiere ser riguroso, resulta necesario circunscribir el sentido de la palabra Gobierno únicamente a su ámbito propio y original, especialmente político, del cual y por derivación han surgido extensiones inexactas. Aquel sentido se refiere sólo a las comunidades políticas,

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