Guerra Civil
sol_16095 de Agosto de 2014
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LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (1936-1939)
I- El desarrollo de la Guerra
Los planes para derribar a la República se iniciaron en el momento de conocerse los resultados de las elecciones de febrero que dieron el triunfo al Frente Popular. El más importante de los organizadores de la conspiración fue el general Emilio Mola, en Pamplona. Estaban con él el general Manuel Goded, el general Gonzalo Queipo de Llano y el general Cabanellas. La participación del general Franco en la sublevación no estuvo clara hasta el final.
También colaboraron en la preparación algunos diputados de la CEDA y su principal dirigente, Gil Robles, prestaría apoyo económico con los fondos de su partido.
No se pensó en la posibilidad de una guerra civil ya que se preveía una actuación rápida para conseguir el triunfo en Madrid y posteriormente establecer un régimen dictatorial, que no debía ser permanente.
Es imposible que el gobierno ignorase que se estaba preparando un golpe de Estado, cuando incluso la prensa hablaba de ello. La realidad es que sí tomó algunas medidas para evitarlo como:
- Los mandos militares superiores se confiaron a personas que se pensaba fieles a la República: El general Pozas se convirtió en inspector general de la Guardia Civil; el general José Miaja fue destinado a Madrid, el general Molero a Valladolid, el general Batet a Burgos y el general Núñez de Prado fue nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas.
- Se decretó que el ministro de la Guerra podía modificar los mandos por supropia iniciativa, sin seguir las reglas de antigüedad en el cuerpo.
- Fue nombrado ministro de la Guerra el general Masquelet, fiel republicano.
- En África, cuyo ejército fue uno de los elementos más importantes de los sublevados, los altos mandos eran fieles al régimen
- Diversos militares sospechosos habían sido trasladados a puestos donde su actuación sería menos peligrosa: Goded a Baleares y Franco a Canarias. Otros generales como Várela y García Escámez fueron sancionados. Se desconfiaba de Mola, pero pensaban que no se pondría de acuerdo con los carlistas de Pamplona.
- Las fuerzas de orden público, en las grandes ciudades, fueron puestas bajo el mando de autoridades adictas a la República.
El error del Gobierno fue no prever la magnitud de la sublevación ya que esperaban un estallido similar al de agosto de 1932 (Sanjurjada), que se hundiría por su propia debilidad. Los dirigentes políticos, Azaña y Casares Quiroga, también se equivocaron en la valoración de sus fuerzas ya que cuando se produjo la sublevación algunos grupos políticos iniciaron una revolución social que redujo el poder del Gobierno a la nada.
En los primeros días de julio, la tensión entre los militares jóvenes era muy grande. El 12 de julio, el teniente José Castillo, de la Guardia de Asalto, fue asesinado por cuatro falangistas. Sus compañeros decidieron llevar a cabo una venganza espectacular y pensaron asesinar a un dirigente derechista importante. Así, en la noche del 12 de julio, se presentaron en lacasa de José Calvo Sotelo y poco después lo asesinaron.
El Gobierno condenó este brutal asesinato, pero muchos lo acusaron de estar detrás del mismo. Los asesinatos de Castillo y Calvo Sotelo coincidieron con las últimas etapas de los planes de conspiración del general Mola. Los generales y coroneles que habían de apoderarse del mando en cada región, gobierno o comandancia militar ya habían recibido sus designaciones, y todos sabían que el alzamiento habría de ocurrir entre el 10 y 20 de julio.
En las Canarias, el general Franco se preparaba para hacerse cargo del mando que le habían asignado en Marruecos. Ei 11 de julio saiió de Londres un avión inglés que habría de llevarle a Casablanca, contratado por Luís Bolín, corresponsal de ABC en Londres.
La sublevación se inició en Marruecos, el 17 de julio. Los generales fieles a la República y el alto comisario en Marruecos, Álvarez Buylla, fueron fusilados. Dos días más tarde asumió el mando el general Franco, que se había sublevado en Canarias y se había trasladado a Marruecos en un avión inglés alquilado por conspiradores monárquicos. A partir del 18 de julio el alzamiento se extendió a la Península, dependiendo su resultado, en las distintas zonas, de varios factores: La preparación de la conjura, el ambiente político de la región, la unidad o división de los militares y las fuerzas de orden público, el grado de decisión de las autoridades, etc.
Los conspiradores se proponían derribar el régimen republicano, tomando con rapidez las principalesciudades, pero el fracaso inicial de los mismos y la incapacidad del Gobierno para derrotarlos, durante las primeras horas, convirtieron el golpe militar en una larga y sangrienta guerra civil.
Falangistas, carlistas, alfonsinos, la CEDA y parte de la Lliga Catalana fueron las fuerzas políticas que apoyaron a los sublevados, mientras que los grandes terratenientes y alta burguesía los financiaron. También contó con el apoyo de los pequeños propietarios agrarios castellanos. Dentro de las Fuerzas Armadas, la mayor parte de los oficiales y la totalidad del ejército de Marruecos se unieron a la sublevación, mientras que la mitad de los efectivos del ejército peninsular y de la Guardia Civil permaneció leal a la República.
Podemos distinguir tres etapas en el desarrollo bélico de la Guerra Civil:
1-Desde julio de 1936 hasta mediados de 1937:
El 17 de julio de 1936 los militares más conservadores del Ejército se sublevaron contra el Gobierno de la República. El alzamiento empezó en Melilla y pronto se extendió a Tetuán y a Ceuta, donde el coronel Juan Yagüe se apoderó de la ciudad. Prácticamente todo el Marruecos español estaba en manos de los rebeldes antes de que Franco, procedente de las Canarias, se pusiera al mando de las tropas sublevadas. Al día siguiente, 18 de julio, el levantamiento se extendió a la Península. Ese día los principales levantamientos tuvieron lugar en Andalucía: En Sevilla, el general Gonzalo Queipo de Llano, que se hallaba accidentalmente en la ciudad, llevó a cabo lasublevación, con el apoyo de diversas formaciones militares y de la Guardia Civil, y se hizo con el control de la ciudad, aplastando la resistencia obrera. También, las guarniciones de Cádiz se sublevaron dirigidas por los generales Enrique Várela y López Pinto. En Córdoba, el gobernador militar consiguió la rendición del gobernador civil. En Granada, el enfrentamiento quedó momentáneamente equilibrado por ambas partes, pero las autoridades se negaron a repartir armas entre la población y dos días después los militares rebeldes salieron de sus cuarteles y tomaron la ciudad. En Jaén, el coronel al mando de la Guardia Civil se declaró leal a la República y no se sublevó. En Málaga, la guarnición se sublevó pero ante las amenazas del gobierno de un bombardeo por parte de la escuadra leal, los sublevados depusieron las armas. También Almería y Huelva fse mantuvieron fieles a la República, aunque ésta ultima había quedado totalmente aislada, rodeada de territorio controlado por los rebeldes.
En Madrid, el 18 de julio la sublevación aún no se había producido, Casares actuaba como si fuera posible detener el golpe por medios constitucionales pero los sindicatos y partidos de izquierda no dejaron de reclamarle las armas que impedirían la ¡sublevación de la capital. El jefe de Gobierno continuó negándose a proporcionarlas.
El 19 de julio Barcelona, que hasta entonces había permanecido tranquila, dio el relevo a Andalucía en cuanto a la gravedad de la situación. El general Fernández Burriel tomó el mando de la sublevación enla capital catalana a la espera de la llegada de su jefe, el general Manuel Goded, desde Mallorca, de la que se había apoderado el día anterior. El plan era que los soldados sublevados llegaran al centro de la ciudad, ya que suponían que sería más fácil dominarla. Pero los militares no tuvieron en cuenta la escasa respuesta que encontrarían por parte de la Guardia Civil y la de Asalto que apoyaron a la República. Además, no habían contado con el entusiasmo del movimiento anarquista. Los anarquistas salieron a combatir a los rebeldes y se encontraron luchando junto a sus tradicionales enemigos, la Guardia Civil y de Asalto. Goded, que acababa de llegar de Mallorca, trató de convencer a la Guardia Civil de que se uniera a la sublevación pero su comandante en jefe le repitió constantemente que dicho cuerpo sólo obedecía órdenes de la Generalitat. Goded fue finalmente capturado y obligado a radiar un comunicado en el que pedía a sus partidarios que depusiesen las armas. La rendición de Goded dio nuevos ánimos a la resistencia republicana en el resto de España. Lo ocurrido en Barcelona fue crucial para el posterior desarrollo de la guerra.
A pesar del triunfo de Barcelona, en Madrid el 19 de julio la situación aún era incierta. El nuevo jefe de Gobierno, el republicano José Giral, que había accedido al cargo tras la dimisión de Casares Quiroga, accedió finalmente a repartir armas entre los partidos de izquierda y los sindicatos. El coronel al mando del cuartel de la Montaña, en el centro de Madrid, inició el alzamientoen la capital, mientras el general Joaquín Fanjul se puso al mando de las tropas sublevadas. Pronto se inició el asedio del cuartel por parte de las fuerzas republicanas. En el interior, Fanjul, confiaba en que se recibiera ayuda del exterior pero realmente estaba aislado y era imposible que llegara ningún refuerzo. Finalmente, el 20 de julio la fortaleza fue bombardeada y la multitud penetró violentamente en el patio del cuartel donde se produjo una auténtica carnicería. Murieron varios
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