Guerra De Arauco

los españoles le tuvieron que dar el territorio sur a los indígenas ya que era muy difícil de mantener ya que lo único que para ellos valía la pena eran los lavaderos de oro.

La dispersión de las escasas fuerzas españolas en ciudades y fuertes de vida precaria, rodiados de densa población india, había sido un pésimo plan estratégico. Mientras no hubiese recursos de milicia y colonización suficientes, era necesario conformarse con reducir el dominio hasta los márgenes del Biobío.

Para arreglar esto el gobernador Alonso de Ribera el que comenzó por imponer organización y disciplina. Este fijo con precisión la separación de las tres armas, caballería, infantería y artillería.

En general el reorganizo a los españoles generando ejércitos. además de establecer un nuevo plan estratégico para poblar nuevamente la araucania. Esta estrategia planteada por Ribera fue perturbada algunos años por el ensayo de la guerra defensiva, auspiciado por el jesuita Luis de Valdivia. La base de este sistema fue la mantención de la línea fronteriza en el río Biobío, para lo cual era necesario desmantelar los fuertes situados más al sur. En esta posición debía mantenerse el ejercito en actitud defensiva, sin intentar ataques al territorio araucano. Así misioneros se internarían hacia los pueblos indígenas a predicar y enseñar principios de civilización. Según el padre Valdivia esta era la única forma no violenta de predicar la religión y convertirlos en personas “mas” civilizadas.

Pero el asesinato de los tres primeros misioneros izo fracasar el ensayo del padre Valdivia, y se volvió a la lucha armada

Durante todo el siglo XVII la guerra continuo viva, pero sufriendo importantes variaciones y adquiriendo nuevos matices.

Los españoles buscaron una forma de tomar prisioneros y dejarlos como esclavos, ellos acordaron que a los indios que encontraran con armas los dejarían en estado de esclavitud.

Pero no respetaron este acuerdo y simplemente tomaban prisioneros a cualquier indígena incluso mujeres y niños.

La crueldad de estos procedimientos solía desatar la venganza de los araucanos y en esta forma la lucha se hizo interminable. Bajo el gobierno de Antonio de Acuña y Cabrera, en 1655, los excesos llegaron a tales extremos que estallo una formidable rebelión que se extendió hasta el río Maule, dejando asolado un importante territorio que parecía definitivamente pacificado.

En 1683 una real cédula puso fin definitivo a la esclavitud de los araucanos y con esto una de las causas de la guerra. Para entonces la población mestiza había aumentado notoriamente y representaba un sustituto de la mano de obra indigena.

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