Guerra De Los 30 años
Nadiatl18 de Octubre de 2014
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ORÍGENES DE LA GUERRA
A mediados del siglo XVI, la frágil Paz de Augsburgo, un acuerdo firmado por el emperador Carlos V de Alemania (Carlos I de España) y los príncipes luteranos en 1555 había confirmado el resultado de la primera Dieta de Espira y en realidad había hecho acrecentar con el tiempo los odios entre católicos y luteranos. En dicha paz se había establecido que
• Los príncipes alemanes (alrededor de 360 de ellos) podían elegir la religión (luteranismo o catolicismo) en sus señoríos de acuerdo con su conciencia. Era el principio de cuius regio, eius religio.
• Los luteranos que viviesen en un Estado eclesiástico (bajo el control de un obispo), podían continuar siendo luteranos.
• Los luteranos podían conservar el territorio que habían tomado a la Iglesia Católica desde la Paz de Passau (1552).
• Los obispos de la Iglesia Católica que se convirtiesen al luteranismo tenían que entregar su diócesis.
En los inicios del siglo XVII se incrementaron las tensiones entre las naciones de Europa. España estaba interesada en los principados alemanes, debido a que Felipe III (nieto de Carlos V) era un Habsburgo y tenía territorios alrededor de la frontera occidental de los Estados alemanes (Flandes, el Franco Condado). Francia también estaba interesada en los Estados alemanes porque deseaba recuperar la hegemonía a costa del poder de los Habsburgo, como había tenido durante la Edad Media. Suecia y Dinamarca estaban interesadas por razones económicas en los Estados germánicos del norte aorillas delMar Báltico.
Durante la segunda mitad del siglo XVI, las tensiones religiosas también se habían intensificado. La paz de Augsburgo tuvo consecuencias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI, ya que los obispos se negaban a abandonar sus obispados. De hecho, los términos del tratado de Augsburgo fueron utilizados para un resurgimiento del poder católico. Las tensiones y resentimientos entre católicos y protestantes no habían hecho sino acrecentarse desde la firma del tratado, y en muchos lugares de Alemania se destruían iglesias protestantes y había limitaciones y obstáculos al culto protestante. La disminución de estas tensiones no ayudó nada al calvinismo que se extendía por toda Alemania, lo que añadió otra religión a la región; los católicos de la Europa central (los Habsburgo de Austria o los reyes de Polonia) estaban tratando de restaurar el poder del catolicismo.
Los Habsburgo estaban principalmente interesados en extender su poder, así que estaban a veces dispuestos a transigir y permitir el protestantismo. A la larga esto incrementó las tensiones. Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y su hermano y sucesor, Matías I, no practicaban una política católica agresiva, ya que estaban más interesados en incrementar el poder y las posesiones de los Habsburgo. Eran también muy tolerantes (como su abuelo y su padre,Fernando I y Maximiliano II), lo que permitió que diferentes religiones se extendieran a su aire y que chocasen entre sí libremente. Suecia y Dinamarca (que querían dominar los Estados alemanes del Mar Báltico) eran países de confesión luterana.
Estas tensiones estallaron con violencia en la ciudad alemana de Donauwörth en 1606. La mayoría luterana obstaculizó los intentos de los residentes católicos de hacer una procesión y provocaron así una revuelta violenta. Los católicos de la ciudad solicitaron la intervención del duque Maximiliano I de Baviera en su apoyo.
Una vez hubo cesado la violencia, en Alemania los calvinistas, cuya religión estaba todavía en sus comienzos y constituían una minoría, se sintieron amenazados y se agruparon en la Liga de la Unión Evangélica (también conocida como Liga Protestante), creada en 1608, bajo el liderazgo de Federico IV, el Príncipe elector delPalatinado. Este príncipe tenía en su poder el Palatinado de Renania, uno de los Estados que España deseaba para sí a fin de proteger el camino español. Esto provocó que los católicos también se agrupasen en la Liga Católica, bajo la jefatura del duque Maximiliano I.
El emperador del Sacro Imperio y rey de Bohemia, Matías de Habsburgo, falleció en1619, pero habiendo testado a favor de su primo hermano, Fernando III de Estiria. Fernando, que al convertirse en rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio había pasado a llamarse Fernando II, era un católico convencido que había sido educado por los jesuitas y quería restaurar el catolicismo. Por ello era impopular en Bohemia, la cual era predominantemente calvinista. El rechazo de Bohemia a Fernando fue el detonante de la guerra de los treinta años.
La revuelta de Bohemia (1618-1625)
La elección del católico Fernando II como emperador había puesto a la nobleza de Bohemia, de mayoría protestante, en una situación prácticamente de rebelión.
Además, dado que la dignidad de rey de Bohemia se confería por elección, los bohemios eligieron como su líder a Federico V del Palatinado (sucesor de Federico IV, que había creado la Liga de laUnión Evangélica). Cuando Fernando II envió a dos consejeros católicos (Martinitz y Slavata) y sus representantes al castillo de Hradcany en Praga en mayo de 1618 para preparar el camino a su llegada, los calvinistas de Bohemia los secuestraron y los arrojaron por una ventana del palacio.
Los dos dignatarios y el escriba que fueron arrojados cayeron sobre un montón de estiércol y no sufrieron lesiones importantes (al contrario que en la primera defenestración, acontecida 200 años antes y en la que murieron siete concejales). Este evento, conocido como la Tercera Defenestración de Praga se toma como punto de referencia del comienzo de la rebelión bohemia, aunque la rebelión ya estaba gestándose mucho tiempo antes. El conflicto bohemio se extendió pronto a la totalidad de los Países Checos (Bohemia, Silesia, Lusacia y Moravia), que ya estaban divididos por enfrentamientos entre católicos y protestantes. Esta confrontación iba a encontrar muchos ecos en todo el continente europeo, viéndose afectada Francia y Suecia, inter alia.
Si la rebelión bohemia se hubiera limitado a un asunto puramente de la Europa central, la Guerra de los Treinta años podía haberse concluido en sólo 30 meses. Sin embargo, la debilidad tanto de Fernando II como de los propios bohemios llevó a la extensión de la guerra al oeste de Alemania. Fernando se vio obligado a reclamar la ayuda de su sobrino y yerno, el rey Felipe III de España (hijo y sucesor de Felipe II).
Los bohemios, desesperados por encontrar aliados frente al emperador, solicitaron ser admitidos en la Unión Protestante, liderada por elcalvinista Federico V del Palatinado. Los bohemios acordaron que el Elector Palatino podría convertirse en rey de Bohemia si les permitía adherirse a la Unión y así quedar bajo su protección. Sin embargo, otros miembros de los Estados bohemios hicieron ofertas similares al duque Carlos Manuel I de Saboya, al Elector Juan Jorge I de Sajonia y al húngaro Gabriel Bethlen, soberano del Principado de Transilvania. Los austriacos, que parecían haber interceptado todas las cartas que salían de Praga, hicieron públicas estas duplicidades y desentrañaron gran parte de este apoyo a los bohemios, particularmente en la corte de Sajonia.
La rebelión fue inicialmente favorable a los bohemios. Gran parte de la Alta Austria, cuya nobleza era luterana y calvinista, se les unió (sin embargo, las simpatías religiosas de esta zona cambiarían en los siguientes años). La zona meridional de Austria se rebeló durante el año 1619. El conde de Thurn llegó a llevar un ejército hasta los mismos muros de Viena. En el este, el Príncipe protestante de Transilvania,Gabriel Bethlen, condujo una inspirada campaña en el interior de Hungría con las bendiciones del sultán turco Osman II. Fernando II se había convertido en 1618 en Rey de Hungría e intentó implementar en sus territorios húngaros las mismas medidas que había aplicado en Bohemia contra los protestantes. Sintiéndose agraviados, los húngaros de Transilvania declararon la guerra contra Fernando aprovechando como excusa el asunto religioso, pues los Príncipes transilvanos tenían como objetivo desde hacía décadas liberar a Hungría del control de los Habsburgo y reunificar el reino. Así apelaron inclusive a la ayuda del sultán turco en muchas ocasiones, quien también deseaba ver al Sacro Imperio Romano Germánico de rodillas.
El emperador, que estaba ocupado en la Guerra Uzkok, se apresuró a formar un ejército para detener a los bohemios y sus aliados, que anegaban completamente su país. El conde de Bucquoy, el comandante del ejército imperial, derrotó a las fuerzas de la Unión Protestante lideradas por el conde Ernesto de Mansfeld en la Batalla de Sablat, el 10 de junio de 1619. Esto cortó las comunicaciones del conde de Thurn con Praga, el cual abandonó inmediatamente el sitio de Viena. La derrota de los protestantes bohemios en Sablat también costó a los protestantes un importante aliado -Saboya-, que había sido durante mucho tiempo un oponente a la expansión de los Habsburgo y había enviado ya considerables sumas de dinero y tropas irregulares a las guarniciones de las fortalezas de Renania. La captura de la cancillería de campo de Mansfeld desenmascaró el complot de los saboyanos y forzó al avergonzado duque a abandonar la guerra.
A pesar de la derrota de Sablat, el ejército del conde de Thurn continuó existiendo como fuerza efectiva, y Mansfeld consiguió reformar su ejército más al norte, en Bohemia. Los estados de Austria septentrional y meridional, todavía en rebelión, firmaron una alianza con los bohemios a comienzos de agosto, y el día 22
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